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  • Concordia entre el diagnóstico y el relato: cuando gobernar se confunde con declamar - Diario Análisis Litoral

    Parana » Analisis Litoral

    Fecha: 20/12/2025 10:39

    El cierre de un año de gestión suele ser el momento propicio para evaluar con seriedad qué se hizo, qué no y, sobre todo, hacia dónde se dirige una ciudad. En el caso de Concordia, ese balance deja una sensación inquietante: abundan las declaraciones y los diagnósticos discursivos, pero escasean los planes concretos, los datos verificables y los resultados medibles. Más que un análisis de gestión, el repaso oficial expone una forma de gobernar basada en la palabra, donde el relato parece ocupar el lugar que deberían tener la planificación, la ejecución y la rendición de cuentas. En la ciudad más pobre del país, esta dinámica no es un detalle menor: es una señal de alarma. La “in-gestión” como práctica El intendente Francisco Azcué insiste en conceptos como orden, eficiencia, desarrollo humano y cambio cultural. Sin embargo, no presenta un plan integral de gobierno que permita comprender cómo esas consignas se traducen en políticas públicas sostenidas. La enumeración de proyectos —Centro de Convenciones, Centro Comercial a Cielo Abierto, Citrón Verde— funciona más como una lista aspiracional que como evidencia de una estrategia en ejecución. La pregunta central sigue sin respuesta: ¿de qué manera estos proyectos impactan en la pobreza estructural, el desempleo y la informalidad que atraviesan a miles de concordienses? Sin indicadores comparativos, sin evolución de variables sociales ni mediciones de impacto, los supuestos avances quedan reducidos a logros retóricos o, en el mejor de los casos, resultados marginales frente a un problema de escala histórica. Seguridad: el mérito ajeno como propio Uno de los puntos más discutibles del balance oficial es la apropiación de resultados en materia de seguridad. Las afirmaciones sobre una ciudad que “volvió a vivir en paz” omiten un dato clave: la seguridad pública es competencia primaria del gobierno provincial, ejecutada a través de la Policía de Entre Ríos y articulada con la Justicia y fuerzas federales. Atribuirse esos avances no solo resulta impreciso, sino que revela una práctica recurrente: capitalizar políticamente acciones que no dependen del municipio, desdibujando responsabilidades y confundiendo a la ciudadanía. Desarrollo humano sin estructura económica El discurso sobre el abandono del asistencialismo y la promoción de la cultura del trabajo ocupa un lugar central. Programas de alfabetización, huertas familiares y centros de familia son presentados como señales de un cambio profundo. Sin embargo, vuelve a aparecer la misma falencia: no se informan cifras claras de alcance, continuidad, inserción laboral ni evaluación de resultados. Sin políticas activas de generación de empleo privado, sin incentivos productivos reales y sin una estrategia económica local sostenida, el discurso del mérito corre el riesgo de convertirse en una consigna vacía en una ciudad atravesada por la precariedad y la dependencia del Estado. Comunicación deficiente y ausencia de rendición de cuentas Otro déficit estructural es la incapacidad de comunicación institucional efectiva. En una ciudad con alta presión fiscal, servicios deficientes y caída del consumo, los contribuyentes tienen derecho a conocer con precisión cómo se administran los recursos públicos. Las declaraciones públicas no reemplazan lo que falta: informes accesibles, datos abiertos, balances claros y explicaciones concretas. Gobernar también implica rendir cuentas, no solo enunciar intenciones. Fragilidad política y limitaciones ejecutivas Sin profundizar en el análisis partidario, resulta evidente la debilidad del sustento político propio del intendente, lo que se traduce en una gestión dependiente y con escaso margen de maniobra. Esa fragilidad termina condicionando decisiones y retrasando definiciones de fondo. A esto se suma una cuestión clave: la falta de experticia ejecutiva. Administrar una ciudad con los niveles de pobreza de Concordia requiere capacidades de gestión complejas, que exceden la formación legal y tribunalicia del jefe comunal. Tal vez allí radique una de las claves de este gobierno: mucha narrativa, poca ejecución. Esperanza sin plan: del deseo a la utopía Cuando se habla de esperanza y de un futuro de progreso, la pregunta no es si esos objetivos son deseables, sino qué plan concreto existe para alcanzarlos. Sin un programa de gobierno, sin indicadores públicos y sin liderazgo político consolidado, la esperanza se diluye en promesas. En Concordia, el problema ya no es solo quién gobierna, sino cómo se gobierna. Y el balance de cierre de año muestra una gestión atrapada en el relato, incapaz de demostrar con hechos, datos y políticas sostenidas que puede sacar a la ciudad del estancamiento estructural que la define desde hace décadas. Redacción Análisis Litoral : https://www.analisislitoral.com.ar/

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