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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/12/2025 02:49
Por noveno año consecutivo se realiza frente al Congreso de la Nación la "Navidad solidaria" el 24 de diciembre (Prensa MTE) “La marginalidad no es una patología individual, es una enfermedad social”. “El loco, el marginal, el excluido, no son el problema: son el emergente de una sociedad enferma”. “Cuando una sociedad expulsa, después encierra o reprime a los que expulsó”. “El Estado llega tarde: primero abandona y después castiga”. Las cuatro frases pertenecen a Alfredo Moffatt, un referente de la psicología social crítica, la salud mental comunitaria y el trabajo con sectores excluidos y vulnerables. Las definiciones del seguidor del médico psiquiatra Enrique Pichon-Rivière se aplican a la perfección a la acción solidaria que se realizará en la Plaza de los Dos Congresos, frente al Palacio Legislativo, el miércoles 24 de diciembre. La consigna es simple y contundente: “Ninguna familia sin Navidad”. Pero detrás de esas palabras hay un despliegue enorme que, una vez más, busca transformar la noche más simbólica del año en un abrazo colectivo de abrigo, afecto y dignidad. A partir de las cinco de la tarde, uno de los principales epicentros políticos del país se convertirá en una mesa gigante a cielo abierto, preparada para recibir a 5.000 personas en situación de calle y familias sin techo. La iniciativa, impulsada por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), celebra su novena edición, aunque este 2025 llega atravesada por un contexto social más duro. Este año se esperan unas 5.000 personas sin techo y en situación de calle Quienes organizan la jornada lo dicen sin rodeos: la calle está cada vez más hostil y son cada vez más las familias que, quizás por primera vez, enfrentan una Navidad sin un techo donde refugiarse. El año pasado fueron unas 4.000 las personas que compartieron la cena; esta vez, la expectativa creció de manera significativa y obligó a redoblar esfuerzos. Desde temprano, la plaza comenzará a mutar. Donde habitualmente se cruzan discursos, protestas y debates legislativos, se desplegará una escena distinta: mesas largas, guirnaldas, música y una marea humana que, en pocas horas, convertirá el espacio público en el patio de una familia enorme. Mientras dentro del Palacio Legislativo todavía resuena el impacto por intentar derogar dos leyes sensibles: la de emergencia en discapacidad y de financiamiento universitario, y la “reforma laboral” que impulsa el gobierno de Javier Milei, afuera se construirá una respuesta concreta desde la comunidad organizada. El objetivo de la cena navideña no es asistencialista, sino profundamente humano: que el brindis sea un derecho y no un privilegio, que nadie pase la Nochebuena en soledad. Para eso, más de 1.000 voluntarios ya se capacitaron y se preparan para sostener una jornada que va mucho más allá de servir un plato de comida. “No le vamos a resolver la vida a nadie, pero esperamos que sea una noche distinta”, repiten desde la organización, conscientes de los límites, pero también del enorme valor simbólico del encuentro. Están previstas distintas actividades recreativas, pero también una posta sanitaria La propuesta apunta a restituir dignidad en todas sus formas. Desde la tarde habrá duchas móviles, un sector de peluquería, maquillaje y manicuría, y postas de salud, servicios básicos que la calle suele negar y que permiten recibir la Navidad con otro ánimo. Para las infancias se montará un espacio exclusivo con inflables, peloteros y actividades recreativas, y cerca de la medianoche llegará uno de los momentos más esperados: la aparición de Papá Noel, que repartirá juguetes para que ningún chico se quede sin regalo. La cena contará con un menú de tres pasos —entrada, plato principal y mesa dulce— elaborado por más de 50 cocineras socio-comunitarias, las mismas mujeres que durante todo el año sostienen las ollas populares en los barrios más postergados del país y muchos de los cuales dejaron de ser asistidos por el Estado Nacional. La noche estará acompañada, además, por bandas en vivo y artistas que pondrán su talento, su música, su compromiso social, que busca ser, ante todo, un abrazo colectivo. La cena contará con un menú de tres pasos —entrada, plato principal y mesa dulce— elaborado por más de 50 cocineras socio-comunitarias Detrás de la logística se articulan figuras que, desde el sector de la economía popular, impulsan la novena luna navideña. Entre ellos destacan Sergio Sánchez, Juan Grabois, Natalia Zaracho, Fernanda Miño, Mariana González, Itai Hagman, entre otros dirigentes del bloque social. La difusión del evento, explican, no apunta solo a convocar, sino también a sumar donaciones y voluntades: los vecinos y vecinas en situación de calle ya conocen la cita y no necesitan invitación formal. En tiempos marcados por el “sálvese quien pueda”, la Navidad en el Congreso vuelve a encenderse como un faro de comunidad. Una mesa larga, un plato caliente y la convicción de que, incluso en medio de la crisis, es posible construir una sociedad donde nadie quede afuera. Una noche distinta, para recordar que la dignidad también se defiende compartiendo. En línea con el pensamiento de Alfredo Moffatt, los excluidos son aquellos que el sistema deja afuera, no porque no existan, sino porque nadie los mira. El jueves pasado, en un repleto Estadio José Amalfitani, el talentoso cantautor Milo J interpretó “El Invisible”, una notable poesía cargada de imágenes de la realidad social argentina que escribió junto a Cuti y Roberto Carabajal. En una de sus más sentidas estrofas expresa: “Sueño con un sueño Que me está prohibido Soy el invisible El que nunca ha sido”
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