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» Misionesopina
Fecha: 19/12/2025 20:36
Ante la proximidad de las fiestas de fin de año, muchos vecinos vuelven a violar la ordenanza que prohíbe la comercialización y el uso de pirotecnia de alto impacto sonoro dentro del ejido urbano. En Posadas se rige la Ordenanza II-n°81 y se dio a conocer que se pueden efectuar las denuncias por incumplimientos, ante la División de Ruidos Molestos (Whatsapp al 3764134650). Recuerdan que por la citada norma se prohíben los artefactos con efectos audibles que produzcan estruendos notorios, tanto en espacios públicos como privados, ya sean abiertos o cerrados. Pero apenas comenzó a aproximarse las fiestas de fin de año, volvieron el uso de pirotecnia en los barrios. La ordenanza establece que los dispositivos autorizados para la venta son aquellos que generan efectos lumínicos y fumígenos, sin producir impacto sonoro superior a los 90 dB. Desde principio de este mes, la Fundación de Apoyo a Padres de Hijos del Espectro Autista en Posadas viene requiriendo intervención concreta al municipio. “No es que a estos niños no les guste la pirotecnia; el efecto neurológico es real. Incluso un estruendo breve puede sentirse como un ataque al cerebro”. Es lo que sostiene Eduardo Sixto, presidente de la Fundación, una de las dependencias que intenta hacer entender lo nocivo para la salud el uso de la pirotécnica tanto para seres humanos como animales y considera que la Municipalidad de Posadas debe actuar de oficio cuando se viola la norma. Con el fin de hacer cumplir lo establecido por ordenanza, por ejemplo en Eldorado, la jueza de Faltas de esa ciudad, Nora Ortiz, había explicado que cuando se recibe una denuncia de algún vecino, inician un expediente y remite la actuación al área de Saneamiento Ambiental, que funciona como órgano de contralor. “Si el hecho ya ocurrió, los inspectores van al lugar, constatan la situación y notifican al vecino denunciado”. Una forma de evitar que se sigan repitiendo similares episodios. El año pasado, a esta altura del año se insistió en Posadas con una campaña denominada “Más luces, menos ruido” apuntando a resguardar y evitar el uso de estos explosivos que afectan a los niños recién nacidos, adultos mayores y pacientes con afecciones como síndrome de Asperger, trastorno digestivo infantil, y otros síntomas asociados al Trastorno del Espectro Autista. En el caso de niños con afecciones neurológicas, experimentan alteraciones psicofísicas que afectan su bienestar y su estado de tranquilidad y deriva en ataques de ansiedad.
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