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  • Cosas del verano: ¿Cola less sí o no? ¿Soportaremos las tetillas de ellos?

    » Clarin

    Fecha: 19/12/2025 06:42

    Llega otro verano a nuestras vidas y con él los clásicos de siempre. Me refiero a todas esas cosas que durante el año nos olvidamos que suceden o existen, y llega el verano y vuelven con todo. -Estar en paños menores delante de todo el mundo. Algunas incluso nos atrevemos al cola less y eso que en cualquier otro momento del año sería una locura, ahora no es tan descabellado: que cualquiera conozca tu culo. Porque sí. Será lycra ok, pero nos paseamos semidesnudas delante de gente que no sabemos quiénes son. O peor, sí sabemos. Y de repente estás ahí en la playa y te cruzás con tu jefe o tu vecino, y vos no solo estás ahí toda despechugada, sino que también vas a tener que verlo a él en tetillas, y esa imagen que va a quedar para siempre en tu retina. -Tema helado. Se vuelve EL POSTRE VEDETTE de la temporada. AMO. Me erotizo de solo verlos exhibidos. Pienso en los gustos que quisiera pedirme. Me frustra un poco que tengan que ser solo dos. ¿Y si me pido un cuartito? Tranqui Dalu. ¿Por qué mejor no cortamos sandía y melón y nos ahorramos un poco la ingesta de crema y la posterior inflamación?. Bueno está bien, uno chiquito. Vasito comestible por favor. Y no nos discriminen más a los que somos team menta granizada. Tenemos gustos particulares, respétenos. -Mate todo el año, sí. Pero a esta altura se intercala con tereré. Yo lo hago al estilo porteña trucha: en vez de jugo de naranja, lo hago con juguito en polvo y queda espectacular. Todo con mucho hielo, sí. -El hielo pasa a tener un protagonismo sin igual en esta etapa del año. Atención familiares y “roomies” que no rellenan cubeteras: los odiamos. Si usás los hielitos, volvé a cargar la cubetera con agua. Yo sé que el camino desde que ponés el agüita en la cubetera hasta que llegás a abrir la puerta del freezer no es fácil para nadie, ¡pero vamos que vos podés! -No quiero dejar de mencionar a esa gente con oficios que en éste momento del año deberían llegar a nuestros hogares con capas de superhéroes. Como por ejemplo los arregladores de aires acondicionados. Los necesitamos. Si no funcionan bien y los reparan, nos devuelven las ganas de vivir, de respirar. Aunque también están los detractores que prefieren el ventilador. Por mi parte soy FAN de los ventiladores de techo que distribuyen el aire de una manera única sin resfriar a nadie. No se pongan celosos reparadores de aires acondicionados, y si los llamo ¡no me claven!. Gracias. -Idem rubro pileteros. Y dejo para el final lo que para mí es un tema CRUCIAL en el verano: TENER O NO TENER PILETA. ¿Tenés pileta? ¿puedo ir? Pelopincho entra, sí. Se sabe que todos queremos una. Que amigo con pileta cotiza en bolsa a esta altura del año. Pensamos que tener una propia sería un sueño cumplido. Que lo logramos. Que como ciudadanos de una sociedad capitalista, “llegamos”. Sobre todo si nunca tuviste una. Entonces soñás con lo fabulosa que sería tu vida con ella, lo que la gozarías, lo que la aprovecharías. Te visualizás ahí haciendo la plancha arriba de un inflable con forma de sandía, o de helado, o de muffins. Te prepararías tererés con mucho hielo mientras escuchás música y te das la gran vida. Y un día la tenés, porque sí, “cuidado con lo que sueñas porque se te puede cumplir". Y cuando por fin lográs tener una, ojo que puede convertirse en un clavo porque hay que ocuparse de muchas cosas: Que esté pintada, sin rajaduras, que el agua esté en condiciones, que no se te ponga verde, ni se te enturbie, que si lográs el milagro de que esté para usar, quieras entrar. Porque excusas para no hacerlo, sobran: Que se me arruina el pelo, que ”que fiaca mojarme”, que tiene mucho cloro y me hace mal a los ojos, que el agua está muy fría, o caliente, y me parece que alguien meo adentro… Que de mi generación no creo que sea porque todos quedamos bastante traumaditos con el mito de que si hacías pis se te formaba un círculo de color alrededor del cuerpo, y todos iban a saber que fuiste vos. Y a todos esos motivos para no entrar, se suman los nuestros, los de “las chicas”: que estoy re indispuesta, o “venida” como se dice ahora, que no me depilé, y no sé cuántos más. En cambio cuando sos chica meterte a la “pile”, lo es todo. No te importa nada. Ves una y lo único que querés es tirarte de palito, o de bomba o como la mujer maravilla dando una vuelta en el aire. O del trampolín alto, porque todavía no sos tan cagona. En fin… Termina el año y suele ser época de balances y de pensar qué cosas quisieras para el 2026. Dalia y la época de balances. Y hablando de tirarse a la pileta deseo hacerlo sin tantos miedos, sin tanta excusa. Literal y metafóricamente. Que este 2026 seamos una versión más parecida a quienes soñamos ser. ¡Hasta el año que viene!

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