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Parana » APF
Fecha: 18/12/2025 13:30
Con apenas seis diputados en su haber -la cifra más baja de su historia-, el radicalismo sumó un nuevo capítulo a su crisis de identidad durante el debate del Presupuesto 2026. Al momento de tratar el polémico Capítulo XI (que deroga las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento universitario), el bloque se atomizó: hubo tres votos afirmativos, dos abstenciones y uno negativo, desnudando cómo día a día se intensifica la pérdida de su brújula legislativa. jueves 18 de diciembre de 2025 | 12:50hs. Tras el duro golpe electoral de octubre de 2025, donde el partido centenario solo logró renovar cuatro de las 14 bancas que ponía en juego, el bloque quedó herido de muerte. La migración de dirigentes hacia las filas de La Libertad Avanza (LLA) y los acuerdos individuales de gobernadores con el Ejecutivo nacional terminaron por configurar este "micro-bloque" que hoy conduce la mendocina Pamela Verasay y que no logró unificar la orientación de sus votos. Este jueves a la madrugada la Cámara de Diputados de la Nación aprobó en general el proyecto de ley del Presupuesto 2026 por 132 votos a favor, 97 en contra y 19 abstenciones. Para esto el oficialismo contó con apoyo del interbloque PRO-UCR y los gobernadores peronistas alineados con la Casa Rosada: Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Hugo Passalacqua (Misiones) y Marcelo Orrego (San Juan). Sin embargo, en la votación en particular -que tal cual se había votado al principio de la sesión se hizo por capítulos y no por artículos- el capítulo XI fue rechazado por 117 votos a favor, 123 en contra y 2 abstenciones. En este capítulo se encontraba el artículo 75, que derogaba las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento universitario votadas este año por el Congreso, vetadas posteriormente por el presidente Javier Milei e insistidas por ambas cámaras por dos tercios de los votos. Una votación, tres caminos Lo ocurrido durante el tratamiento del Presupuesto no fue una simple diferencia de criterios, sino una muestra de anomia política. Mientras el oficialismo consolidaba sus 95 bancas (y sumaba votos), los seis radicales se dividieron en las tres direcciones posibles que había. Los mendocinos Pamela Verasay y Lisandro Nieri, junto al chaqueño Guillermo Agüero, aportaron sus votos afirmativos, alineándose con la estrategia de ajuste del Gobierno nacional. El correntino Diógenes González fue el único del grupo que optó por el negativo y manifestó su desacuerdo con el recorte en discapacidad y educación. El entrerriano Darío Schneider y el chaqueño Gerardo Cipolini eligieron el camino de la abstención. Esta fragmentación interna responde a una realidad ineludible: los diputados que quedan ya no responden a una plataforma nacional, sino a las urgencias de sus territorios o a sus propias trayectorias profesionales, y ni siquiera logran ponerse de acuerdo para votar en defensa de uno de sus principios históricos: la defensa de la universidad pública y gratuita. (APFDigital)
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