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  • La arbitro Ariadna Ávalos explica el funcionamiento del rugby y las faltas que más se cometen en cancha

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 17/12/2025 15:05

    En el rugby, la figura del árbitro ocupa un rol central. Para entender más en profundidad ese lugar, Despertar Entrerriano dialogó con Ariadna Ávalos, árbitra con siete años de experiencia, que hoy recorre canchas de toda la región aportando a la disciplina desde un rol clave. Ariadna explica que el camino para convertirse en referee comienza con una formación sólida: “Durante el año se dictan cursos de Nivel 1, donde se trabaja sobre el reglamento, la ubicación en la cancha, los distintos usos del silbato y también se complementa con capacitaciones online de Conectar Rugby, que incluyen evaluaciones por tema”. Ese primer paso permite luego iniciar la práctica en cancha: infantiles, juveniles y, con el tiempo, Primera División: “Una vez que completás esa formación inicial, empezás arbitrando categorías infantiles y después vas creciendo hasta llegar a torneos Desarrollo, Femenino, Regionales o Seleccionados”, resume. Sus propios inicios siguieron ese camino progresivo. Contó que comenzó dirigiendo “partidos de entrenamiento infantil en mi club”, un espacio que le permitió ganar confianza y aplicar lo aprendido. Después vinieron los seven sociales, los juveniles y finalmente Primera. Hoy, con siete años en actividad, reconoce que cada escalón fue formándola tanto en lo técnico como en lo personal. Uno de los rasgos que diferencia al rugby de muchos otros deportes es el respeto hacia quien imparte justicia. Ariadna lo explica desde el inicio de la disciplina: “El rugby es un deporte con valores muy arraigados. La mayoría de los clubes trabajan activamente para transmitirlos, y dentro de esos valores aparece el respeto hacia el árbitro y también entre los propios jugadores”. Esa construcción, asegura, no es casual sino un componente esencial del juego. Dirigir infantiles no es lo mismo que dirigir juveniles, y mucho menos que Primera División. Para Ariadna, en las categorías formativas la función del referee es acompañar: “En esas etapas uno orienta y explica cada sanción cuando es necesario”, explica. En infantiles, los chicos necesitan entender por qué algo no se debe hacer o cómo pueden aprovechar el reglamento de manera correcta. En juveniles el juego ya es más fluido y hay una base sólida. Y en Primera llega el momento de competir en serio: “Ya no se explica tanto y las decisiones deben ser más rápidas y precisas”. Cuando se le pregunta por los mayores desafíos, Ariadna no duda: la seguridad. “El mayor desafío es garantizar la seguridad de los jugadores”, afirma. El árbitro debe conducir el partido, favorecer la continuidad del juego y tomar decisiones rápidas. Por eso, hay aspectos del reglamento que requieren estudio permanente, especialmente “las formaciones fijas, el tackle y el post-tackle, porque son puntos de contacto donde se busca mejorar la seguridad y la fluidez”. Además, menciona que las faltas más comunes siguen siendo las mismas de siempre: knock-on, forward pass y offside. Ariadna también compartió cómo vive su rol en un ambiente que históricamente estuvo dominado por varones. Aunque reconoce que la presencia femenina es cada vez mayor en todas las uniones, algunas situaciones todavía generan sorpresa. Contó que hace poco dirigió una final de plata del Torneo Provincial de Desarrollo Masculino y que, al llegar, “muchos se sorprendieron de que una mujer fuera la referee”. Pero el resultado fue el mejor: “Quizás no tenían mucha confianza al inicio, pero al finalizar ambos equipos quedaron conformes”. Para ella, es cuestión de tiempo y de dejar atrás prejuicios. Más allá de lo técnico, arbitrar también tiene una dimensión emocional: “Para mí, arbitrar es una forma de disfrutar del rugby desde otro lugar”, expresa. Antes de cada pitido inicial, confiesa sentir “una mezcla de entusiasmo y ganas de que el juego comience”, una sensación que nunca se pierde. A quienes piensan dar los primeros pasos, Ariadna deja un mensaje claro: “Les diría que se animen. Es una manera hermosa de estar dentro de la cancha, un camino que te regala amistades y te permite conocer muchos lugares”. Y agrega que conoce muchos árbitros que empezaron sin haber jugado, solo por gusto, y que hoy son excelentes profesionales. Fuente: Despertar Entrerriano.

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