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» Elterritorio
Fecha: 17/12/2025 14:55
Le siguieron el sobrepeso, la obesidad y los problemas oftalmológicos, auditivos y del lenguaje. Los datos surgen del relevamiento del Programa de Salud Misionera Escolar (Prosame), que en 2025 evaluó a 14.088 chicos, un 42,7% más que los 9.870 del año pasado. miércoles 17 de diciembre de 2025 | 13:00hs. Los datos se presentaron esta mañana en las instalaciones del Ministerio de Educación. En el cierre del año del Programa de Salud Misionera Escolar (Prosame), los controles realizados en escuelas de Misiones volvieron a mostrar que las afecciones bucodentales continúan siendo el principal problema de salud detectado en alumnos en edad escolar, una situación que ya se había registrado el año pasado. En esta oportunidad, el alcance del relevamiento creció de manera significativa, con un aumento del 42,7% en la cantidad de chicos evaluados en comparación con 2024. “Este año comenzamos en marzo y ahora estamos haciendo la evaluación del cierre 2025. Los logros fueron de 14.088 chicos evaluados en toda la provincia y 452 escuelas alcanzadas. El año pasado habíamos llegado a 9.870 chicos y 250 escuelas”, precisó Guillermo Rolón, coordinador del Prosame. Durante el año, el programa se desplegó en las seis zonas sanitarias de Misiones, con intervención de equipos locales y un equipo central de Salud Pública. Ese trabajo incluyó instancias de capacitación continua y articulación con el sistema educativo para sostener los controles dentro del ámbito escolar. El mayor volumen se concentró en Centro Uruguay, con 186 escuelas y 6.097 niños atendidos, seguido por la Zona Sur, donde se alcanzaron 91 escuelas y 2.077 niños. En Centro Paraná se relevaron 58 escuelas con 1.715 niños, mientras que el área APS llegó a 55 escuelas y 2.208 niños. En tanto, en Capital se visitaron 25 escuelas con 766 niños, en Norte Paraná 23 escuelas con 1.059 niños, y en Noreste 14 escuelas con 166 chicos atendidos durante el año. “El punto siempre es primer grado y sexto, pero este año avanzamos también a otros grados para llegar con todo el equipo técnico. Evaluamos la parte visual, auditiva y bucal, y después gestionamos los turnos para poder hacer el seguimiento”, explicó Rolón. En cuanto a los resultados sanitarios, el relevamiento permitió identificar un volumen importante de derivaciones, con problemáticas que requieren controles posteriores y continuidad en el sistema de salud. Ese esquema de detección orienta las prioridades del programa y la articulación con los servicios sanitarios. “Este año tuvimos más de 1.900 derivaciones solo en patología bucal. Después aparece la patología nutricional, como el sobrepeso y la obesidad, que sigue siendo alta. También detectamos patología oftalmológica y, desde hace dos años, patología auditiva y del lenguaje, por eso las derivaciones a fonoaudiología”, indicó. Uno de los objetivos centrales del Prosame es sostener el control sanitario de los niños una vez iniciado el trayecto escolar, ya que se observa una disminución en la concurrencia a los centros de salud tras el ingreso a la escuela primaria. La estrategia apunta a que la escuela funcione como espacio de detección y seguimiento. “A partir del ingreso escolar, muchos chicos dejan de concurrir a los centros de salud. Por eso no queremos perder ese control pediátrico y trabajamos para sostenerlo desde la escuela”, expresó Rolón. Vacunación En relación con el calendario nacional de vacunación, el operativo permitió relevar la situación de cada alumno y completar esquemas pendientes en el propio establecimiento educativo. El trabajo se dio en un contexto de alerta sanitaria a nivel nacional y con circulación de enfermedades prevenibles. “Más del 90% de los chicos evaluados llevó el carnet de vacunación. De ese total, cerca del 16% tenía esquemas incompletos, lo que nos permitió completar alrededor de 1.600 vacunas en las escuelas”, detalló el pediatra. El programa puso especial énfasis tanto en la vacunación del ingreso escolar como en los refuerzos correspondientes a sexto grado, teniendo en cuenta enfermedades con circulación activa y la condición fronteriza de la provincia. “Hacemos hincapié en la triple viral del ingreso escolar, sobre todo por el sarampión. En sexto grado insistimos con fiebre amarilla y otros refuerzos. Tenemos que estar atentos a la coqueluche y a la tos convulsa que apareció ahora y que también están en esas vacunas”, afirmó. Por último, el coordinador destacó la necesidad de sostener el trabajo conjunto entre salud, educación y familias, con respaldo de entidades científicas que acompañan las acciones del programa en la provincia. “Esto está avalado por sociedades científicas, como la Sociedad Argentina de Pediatría, filial Misiones, que nos acompaña y va a estar presente en el cierre para reforzar la importancia de la vacunación”. Por su parte, la directora de Nutrición Escolar, Gabriela Reyna, puso el acento en el valor estadístico del trabajo sostenido en el tiempo, al señalar que el programa permitió construir una base de datos provincial que no existe en otras jurisdicciones. Además, recordó que el operativo tuvo distintos niveles de cobertura a lo largo de los años, atravesados por el contexto sanitario y las decisiones de financiamiento. “Este trabajo genera una estadística provincial que no existe en otras provincias. El programa fue financiado por el Gobierno Nacional en 2019 y la provincia, a través del Ministerio de Salud, decidió sostenerlo. Pasamos por instancias de 8.000, 9.800 y 8.600 niños evaluados, y este año la meta era superar los 10.000”, planteó. En relación con la organización territorial, la funcionaria destacó la distribución de los equipos de trabajo en toda la provincia, con una estructura reforzada en las zonas de mayor densidad escolar. Esa modalidad permitió garantizar presencia sostenida en los establecimientos y acompañar a los directivos durante los operativos. “El trabajo es coordinado con los directores y con equipos que recorren distintos puntos de la provincia. Contamos con seis equipos y, en zona capital, incluso dos, porque es donde se concentra la mayor población escolar. En cuanto a la situación nutricional, Reyna advirtió que los relevamientos muestran un escenario complejo, en el que el exceso de peso convive con cuadros de desnutrición. La detección temprana en edades clave aparece como una herramienta central para evitar la consolidación de enfermedades crónicas en etapas posteriores. “El sobrepeso y la obesidad aparecen asociados a la desnutrición, y eso es algo que nos preocupa. Estamos trabajando con chicos de primer y sexto grado, en edades donde todavía es posible revertir estas situaciones”.
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