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» Clarin
Fecha: 17/12/2025 14:44
La imagen clásica de playas de arena blanca, aguas turquesas y destinos soñados para el turismo internacional quedó esta semana atravesada por una decisión política inesperada. Antigua y Barbuda y Dominica, dos países caribeños conocidos mundialmente por su atractivo paradisíaco, expresaron su sorpresa y decepción tras la imposición de nuevas restricciones parciales de viaje a Estados Unidos decididas por el presidente Donald Trump. La medida, anunciada en el marco de una ampliación de la política migratoria y de seguridad de la Casa Blanca, generó un fuerte rechazo en ambos gobiernos, que la calificaron de error y apuntaron a posibles fallas de comunicación dentro de la administración estadounidense. La decisión forma parte de una proclamación presidencial que amplía de manera significativa el alcance de los vetos y limitaciones migratorias. Esta semana, el gobierno de Trump confirmó que Estados Unidos duplicará el número de países afectados por restricciones de entrada, incorporando a otros 20 Estados y también a personas que viajen con documentos emitidos por la Autoridad Palestina. En total, el esquema incluye ahora países con prohibición total de ingreso y otros con restricciones parciales, bajo el argumento de reforzar la seguridad nacional y los controles migratorios. Playa de Dominica. Foto: Wikicommons Según la Casa Blanca, estas limitaciones son necesarias para impedir la entrada de ciudadanos extranjeros sobre los cuales Washington considera que no dispone de información suficiente y confiable para evaluar los riesgos que podrían representar. La expansión de la lista se produjo tras el arresto de un ciudadano afgano acusado de balear a dos efectivos de la Guardia Nacional cerca de la Casa Blanca en noviembre, un episodio citado por la administración como detonante para endurecer aún más los criterios de ingreso al país. En ese contexto, Antigua y Barbuda y Dominica quedaron incluidas en el grupo de 15 países sujetos a restricciones parciales, junto con otras naciones de África, América Latina, Oceanía y el Caribe. El impacto político fue inmediato. El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, afirmó en un comunicado que su país está “profundamente decepcionado” por haber sido incluido en la lista, especialmente por el argumento utilizado por Estados Unidos en relación con el programa de Ciudadanía por Inversión, conocido como CBI por sus siglas en inglés. El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, afirmó en un comunicado que su país está “profundamente decepcionado”. Foto: EFE/EPA/ETIENNE LAURENT Washington sostiene que estos programas, mediante los cuales varios países caribeños otorgan la ciudadanía a inversionistas extranjeros a cambio de contribuciones económicas, pueden operar con controles insuficientes y representar un riesgo. Browne rechazó de plano esa afirmación y aseguró que no refleja la realidad actual de la legislación de su país. Recordó que, durante el último año, Antigua y Barbuda ha trabajado de manera “estrecha y constructiva” con autoridades estadounidenses para reforzar las salvaguardas del programa. Como parte de ese proceso, el Parlamento aprobó recientemente una nueva legislación que introduce un requisito obligatorio de residencia física de 30 días en el país como condición estricta para obtener la ciudadanía. “Es un error afirmar que el Programa de Ciudadanía por Inversión de Antigua y Barbuda opera sin un requisito de residencia”, insistió Browne, quien además ha sido crítico en los últimos meses con el despliegue militar estadounidense en el Caribe. Los intensos colores caribeños de Antigua y Barbuda. Foto: Getty Images Dominica expresó una postura similar. Su primer ministro, Roosevelt Skerrit, calificó la decisión como una sorpresa y sugirió que podría deberse a una falta de coordinación entre la Casa Blanca y otras áreas del gobierno estadounidense, como el Departamento de Estado y el Tesoro. En declaraciones a la radio estatal DBS, Skerrit señaló que su país ha mantenido conversaciones fructíferas con Estados Unidos sobre la implementación de medidas acordadas en el marco del programa CBI. Su primer ministro, Roosevelt Skerrit, calificó la decisión como una sorpresa y sugirió que podría deberse a una falta de coordinación. Foto: AP/Lucanus Ollivierre El jefe de gobierno dominicano adelantó que enviarán notas formales solicitando aclaraciones e instando a que se revise la decisión. “Creemos que se equivocaron y esperamos que lo reconozcan y revoquen la imposición de estas restricciones a Dominica y Antigua y Barbuda”, afirmó, confirmando además que mantiene contacto con su homólogo antigüense para coordinar una respuesta común.
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