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» Clarin
Fecha: 16/12/2025 16:44
En redes sociales viene creciendo una tendencia que mezcla dos hábitos muy instalados: el café de la mañana y la proteína en polvo. La idea es simple: sumar una medida de suero, colágeno o alguna variante vegetal directo a la taza caliente para aumentar el aporte proteico sin armar un desayuno completo. El clásico café con leche parece ceder terreno ante esta fórmula que promete un arranque más “nutritivo”, especialmente entre quienes buscan cumplir con la cuota diaria de proteínas. Pero la popularidad del truco abrió una duda central: ¿esta mezcla realmente aporta beneficios o es solo otra moda de internet? La ciencia ya tiene algunas respuestas. Los especialistas recuerdan que las proteínas son esenciales para la recuperación de tejidos y el mantenimiento de la masa muscular, y que una persona de 70 kilos necesita entre 20 y 30 gramos por comida para cubrir lo recomendado. En ese marco, sumar una porción de proteína en polvo al café puede ayudar a alcanzar esa meta sin mucha preparación. El café con proteína ganó lugar en redes como un modo rápido de sumar nutrientes al desayuno. Foto: Pexels. Al mismo tiempo, el café aporta cafeína, un estimulante habitual que mejora el estado de alerta y, según diversos estudios, también potencia el rendimiento físico. Por eso la combinación empezó a verse como una opción práctica para quienes entrenan o buscan un desayuno más saciante. Café proteico qué es y qué se sabe Uno de los efectos más señalados por nutricionistas es que este café ayuda a alcanzar la ingesta proteica diaria sin sobrecargar otras comidas. Para quienes realizan actividad física, el aporte resulta útil para la reparación y el crecimiento muscular. A esto se suma la acción de la cafeína. Un metaanálisis publicado en el Journal of the International Society of Sports Nutrition indica que mejora la resistencia, retrasa la fatiga y aumenta la contracción muscular. Por eso, muchas rutinas de entrenamiento ya incluyen algún tipo de cafeína en el pre o post ejercicio. La mezcla combina el aporte proteico con el efecto estimulante de la cafeína, útil para el rendimiento físico. Foto: Pexels. La mezcla, entonces, puede funcionar como un recurso para recuperar energía y favorecer la síntesis muscular, siempre y cuando este dentro de una alimentación equilibrada. El café con proteína también aparece vinculado al control del peso. Las proteínas aumentan la saciedad y ayudan a moderar la ingesta calórica en el resto del día. A la vez, la cafeína acelera el metabolismo y mejora la oxidación de grasas, según trabajos publicados en la European Journal of Clinical Nutrition. Esa combinación podría generar una sensación más prolongada de plenitud y un leve incremento del gasto energético. De todos modos, los especialistas remarcan que no es una solución aislada ya que solo puede funcionar si se acompaña con una dieta ordenada y variada. Cuándo conviene y cuándo no tomar café con proteína Aunque el truco es práctico, no siempre es necesario. Si el desayuno ya incluye proteínas —huevos, yogur, frutos secos—, sumar polvo de proteínas puede ser redundante. Además, los expertos de la Harvard School of Public Health advierten que un exceso de proteínas sin suficientes grasas saludables o carbohidratos hace que el cuerpo las use como energía en lugar de destinarlas a la recuperación muscular. Los especialistas recomiendan moderación y revisar las etiquetas, para evitar productos con azúcares añadidos. Foto: Pexels. La distribución también importa. La recomendación es repartir la ingesta proteica en varias comidas diarias en lugar de concentrarla en un solo momento.
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