Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Lo que se cae y lo que nace después de una traición

    » Corrienteshoy

    Fecha: 16/12/2025 12:17

    Lo que se cae y lo que nace después de una traición Por María Antonia Galvaliz ¿Sabías que la traición trae lecciones qué se aprenden con dolor? Hay experiencias que no se buscan y llegan como una sombra, la traición es una de ellas; te encuentra desprevenida, te quiebra un pacto y te confronta con una verdad que quizás no querías ver, y sin embargo (lo digo desde mis años de acompañar procesos humanos) es justamente ahí, en esa ruptura inesperada, donde empieza un movimiento profundo de claridad. ¿Sabías que la traición dice o habla más del traidor que del traicionado? Representa un acto que revela la identidad real de quien lo comete. Traicionar es romper un acuerdo de partes visible o, invisible, pero, sobre todo, es romper la confianza, ese hilo delicado que sostiene vínculos, proyectos, familias y sueños compartidos. Cuando alguien traiciona, no solo cambia la historia, te cambia la forma de mirar y te obliga a pararte en otro lugar. ¿Qué mueve a quien traiciona? Lo he visto muchas veces: la traición no nace del amor, nace de una desconexión profunda, algunas posibilidades serian: Miedo a perder algo, ego inseguro que busca ventaja inmediata, inmadurez emocional que no puede sostener límites ni acuerdos, Ansias desmedidas de poder o reconocimiento, vacío interior que se intenta llenar dañando lo que el otro cuidó. ¿Qué vive la persona traicionada? Aquí hablo también desde mi mirada terapéutica y humana: Se quiebra la confianza, se sacude la autoestima, se pierde el relato que sostenía la relación, el cuerpo habla con sensaciones: nudo en la garganta, opresión en el pecho, insomnio y aparece la pregunta dolorosa: "¿Cómo no lo vi?". Pero, lo que más duele de una traición, no es el acto en sí, es ver quién era realmente esa persona y darse cuenta de que el vínculo estaba sostenido por una ilusión o una mentira. Lealtad, valores y libertad interna: La traición muchas veces nos hace desconfiar de nuestros propios valores, pero la lealtad (esa palabra que parece antigua) sigue siendo una brújula poderosa. La lealtad no es sometimiento, la lealtad no encadena, la lealtad no obliga a mantener vínculos dañinos, la lealtad verdadera nace de valores que no se negocian, por ejemplo, la coherencia, la palabra, la reciprocidad, el respeto. Ser leal no te ata a quien te traiciona; te ata a vos, a tu integridad, y eso es lo que te permite levantarte con dignidad. La traición en la historia: Imperios, reinos, revoluciones, guerras y familias enteras han sido atravesadas por la traición, porque donde hay poder, vulnerabilidad o ambición, aparece la sombra humana. Te dejo cuatro preguntas que ordenan con sus respuestas que aclaran: Pregunta 1: ¿Podría haber evitado esta traición? Respuesta1: No siempre; vos actuaste con la información que tenías, no sos culpable. Pregunta 2 ¿Qué dice esta traición sobre mí? Respuesta 2: Que sos capaz de confiar, recuerda, la traición refleja al otro; no define tu valor. Pregunta 3 ¿Y ahora qué hago con esto? Respuesta 3: Aceptar, nombrar el dolor, poner límites y recordar que la traición depura tu camino. Pregunta 4 ¿Qué aprendizaje trae esta experiencia? Respuesta 4: Que tu intuición merece atención y que tus valores son tu fuerza. Para cerrar la nota, la traición duele, ¡sí!, mucho, pero aclara, depura y ordena, te devuelve a vos y a tu escala de valores, y no es un final: es un punto de inflexión y de un nuevo comenzar con una nueva mirada más poderosa. Te mando un beso inmenso. (*) IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por