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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/12/2025 06:06
Scott Bessent, secretario de Tesoro de EEUU (REUTERS/Al Drago) Frecuentemente escucho decir a empresarios una frase que suena técnica, tranquilizadora y políticamente útil: “La macro está bien, el problema es la micro”. Es un eslogan elegante para explicar por qué la gente no percibe mejoras en su vida cotidiana pese a que algunos indicadores agregados muestran orden. El tema es que, desde el punto de vista económico, esa frase es incorrecta. No existe tal cosa como la macroeconomía y la microeconomía, por más que en las universidades, y yo las tuve que cursar en la UCA, existan microeconomía y macroeconomía como materias. La economía es una sola y, como bien la definió Ludwig von Mises, la economía es la ciencia de la acción humana. La toma de decisiones tanto de inversión como de consumo, son individuales y van a depender de las subjetivas valoraciones de cada persona. Si la economía está ordenada y no hay distorsiones de precios relativos, las decisiones a nivel empresas son puro riesgo empresarial En definitiva, decir que la macro está bien y la micro está mal es como decir que la culpa del cierre de las empresas es del sector privado. La realidad es que, si la economía está ordenada y no hay distorsiones de precios relativos, las decisiones a nivel empresas son puro riesgo empresarial. Me expando, achico la empresa, cambio la forma de comercializar, contrato más personal, reduzco la planta de personal, etc., son todas decisiones que toman los empresarios en base a la política económica vigente. Por ejemplo, supongamos que un gobierno expande la cantidad de moneda y, en el corto plazo, el efecto es una baja en la tasa de interés. Esa baja en la tasa de interés puede llevar al empresario a percibirla como algo permanente y, por lo tanto, a tomar deuda porque ve que aumenta el consumo y vende cada vez más. Así, toma un crédito para ampliar la empresa y abastecer la mayor demanda. Pero si continúa esa expansión monetaria que genera una baja artificial en la tasa de interés, entonces, comenzará la presión inflacionaria y llevará al gobierno de turno a reducir la expansión monetaria, con lo cual subirá la tasa de interés, se contraerá la demanda de crédito para consumo, bajarán las ventas y la empresa se encontrará con que se expandió en base a una distorsión de la tasa de interés generada por el gobierno de turno. El Gobierno sigue utilizando el tipo de cambio como ancla contra la inflación Yendo al caso argentino, el Gobierno sigue utilizando el tipo de cambio como ancla contra la inflación. La intervención del Estado en el mercado de cambios para ubicar el tipo de cambio por debajo de un mercado libre quedó en evidencia cuando antes de las elecciones, Scott Bessent vendió USD 2.500 millones para frenar la suba del tipo de cambio. Por otro lado, el exportador está obligado a ingresar sus divisas en un plazo perentorio y liquidarlas en el mercado de cambios. Es decir, hay una oferta de dólares forzada por el gobierno que hace que el tipo de cambio no sea el de un mercado libre porque no hay libertad de no ingresar las divisas. ¿Qué pasaría con el tipo de cambio si Scott Bessent tuiteara que a partir de mañana el tesoro estadounidense deja de intervenir en el mercado de cambios de Argentina? El punto es que en la economía vienen cerrando más empresas de las que abren; es decir, la cantidad de empresas que contratan en blanco. Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 la cantidad de empresas que aportan al sistema previsional bajó en 15.050. Obviamente, este número es el neto entre las que abrieron y las que cerraron. La disminución en cantidad de empresas responde a problemas de rentabilidad. Casi diariamente tenemos noticias de empresas que cierran o se achican por falta de rentabilidad. Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 la cantidad de empresas que aportan al sistema previsional bajó en 15.050 (EFE/Juan Ignacio Roncoroni) Las empresas de servicios fueron las más afectadas con una caída de 11.705 casos. Por su parte, los productores de bienes perdieron 3.321 empresas. Cabe destacar que el sector servicios es el que mayor cantidad de personal contrata. Transporte y Comunicaciones fue el más golpeado y le sigue Comercio con 2.035 empresas que cerraron. En caso de las empresas productoras de bienes, Construcción lidera la baja en la cantidad de empresas. A menor cantidad de empresas, menor cantidad de puestos de trabajo. Entre noviembre 2023 y agosto 2025 el sector privado formal perdió 181.512 puestos en relación de dependencia. Esta reducción en la cantidad de empresas se adjudica a la apertura de la economía. El tema es que la apertura de la economía es una buena medida porque las empresas dejan de tener cautivos a los consumidores. La gente puede acceder a una mayor variedad de bienes y a precios más competitivos. Ahora bien, si se abre la economía con un tipo de cambio atrasado, sin haber hecho la reforma laboral previamente y tampoco la impositiva, el peligro que se presenta es que la apertura de la economía pase a ser una mala palabra y en un futuro no muy lejano, la respuesta sea volver a cerrar la economía. Pero el punto central es que la reforma laboral, la impositiva o la liberación del mercado de cambios no son temas “microeconómicos”, son parte de la política económica que, a su vez, establece las reglas de juego para que los empresarios tomen decisiones de invertir, contratar más personal, exportar o vender el mercado interno, por citar algunos ejemplos. Entre noviembre 2023 y agosto 2025 el sector privado formal perdió 181.512 puestos en relación de dependencia Mi punto es que no es cierto que la macro está en orden y ahora el Gobierno tiene que ocuparse de la micro. El Gobierno tiene que ocuparse de hacer las reformas estructurales necesarias para poner en orden la economía, que las reglas de juego sean estables y el empresario tomar decisiones dentro de ese marco económico institucional. Y el hecho de que la economía no esté en orden lo muestra que entre las empresas que abrieron y las que cerraron, hay 15.050 empresas menos. Si la economía (macro, como dicen) estuviese en orden, tendría que haber más empresas que abren que las que cierran, sin embargo, el número es exactamente al revés. Decir que la macro está en orden y ahora hay que avanzar en la micro es una forma de quedar bien con el Gobierno, mientras día a día cierran empresas. Y, en todo caso, si alguien tuviese que avanzar con la micro, ese es el empresario, no el Gobierno.
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