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» Diario Cordoba
Fecha: 16/12/2025 00:45
Bodas civiles y religiosas, en primeras o en sucesivas nupcias, bodas de parejas heterosexuales y homosexuales, en un cortijo o a pie de playa, para 300 invitados o en la más estricta intimidad. Pasar por el altar no solo no ha pasado de moda, sino que vive un momento de boom y de diversificación. Cada vez son más las parejas que se animan a celebrar el amor en los formatos más diversos, lo que ha hecho florecer nuevos productos asociados, como los reportajes de preboda y postboda, que se realizan antes y después en lugares muy diferentes, libros de firmas o vídeos más cortos en formato casi de cine, con tráilers de resumen para compartir en redes sociales. Para inmortalizar ese día tan especial, Córdoba tiene más de un centenar de profesionales trabajando en el sector de la fotografía de boda, muchos de los cuales forman parte de la asociación Aproima, que recientemente celebró su congreso anual Moguera con gran éxito de asistencia. En él, más que hablar de fotografía, acuden ponentes dispuestos a compartir con el resto su forma de trabajar y las últimas novedades de estilo y de tecnología. Un momento dulce Fran Vaquero y Juanma Rodríguez son dos de los miembros de la junta directiva y destacan el momento dulce que vive la fotografía de bodas, un género que exige estar al día en las últimas tecnologías y al que no le faltan amenazas externas. Una de las que más daño hace a los profesionales es el intrusismo laboral. «Hasta que surgió la fotografía digital, a nadie se le ocurría hacer fotos de boda a los amigos porque no todo el mundo tenía cámara y mucho menos sabía utilizarla», explica Juanma Rodríguez, «ahora todo el mundo tiene una cámara digital, cierta cultura visual y son muchos los que no tienen reparo en hacer fotos de boda sin ser profesionales y cobrar por ello». Recuerda Rodríguez que hacer fotografías no consiste en «apretar un botón», hay que controlar muchos factores como la luz, la composición, la edición y tener la formación y la experiencia necesarias para saber salir airoso de ciertas situaciones que pueden surgir en un evento como este». Reportaje de boda: plazos, precios y condiciones por contrato Los reportajes de boda han ido evolucionando en los últimos años. Lo habitual es contratar a fotógrafo y videógrafo. La innovación tecnológica juega a favor del sector y cada vez son más los que solicitan servicio de dron durante la boda. En el contrato del fotógrafo, se establecen las condiciones técnicas de cada profesional, las cuestiones de las que se hace responsable y de las que no, plazos de entrega, necesidades de tiempo, tipo de archivos que se entregarán (digital o álbum) y precio (según Aproima, aunque la horquilla es muy grande y depende de cada cual, la media por boda digital va de 900 a 1.500 euros y de 1.300 a 1.900 euros para una boda con álbum). De momento, el 70% de las parejas elige el álbum para conservar un mínimo de fotografías en papel. La jornada del fotógrafo empieza horas antes de la ceremonia, en la casa del novio y de la novia o en un hotel (la luz debe ser la clave a la hora de elegir). Tras el enlace, lo normal es que continúe en el banquete hasta el momento del baile. Según la asociación, «la cantidad de invitados ha ido disminuyendo y la media actual está en unas 150 personas». En Córdoba hay cien profesionales, «sumando a los que hacen fotos sin estar dados de alta hay doscientos», explican en Aproima, que denuncia la guerra de precios que provocan los intrusos. «Ocurre como en otros sectores, este trabajo tiene unos costes para quienes cotizamos a la Seguridad Social, tenemos nuestro seguro de responsabilidad civil y demás gastos de mantenimiento de equipos y programas que ellos no tienen». Recuerdan que el fotógrafo es quien más horas trabaja en una boda, ya que su jornada empieza horas antes de la ceremonia y suele durar un mínimo de 11 o 12 horas solo el día de la ceremonia. «A eso, hay que añadir el trabajo posterior de selección y edición», recuerdan. A esta realidad se suma la irrupción de la inteligencia artificial, que según Juanma Rodríguez, tiene también su lado positivo y negativo. Intrusismo laboral e Inteligencia Artificial «Cuando empezó la fotografía digital, mejoró la calidad, pero también se abrieron las puertas a muchos que no eran fotógrafos», señala, y explica que «con la Inteligencia Artificial (IA), los procesos más tediosos de la fotografía se pueden hacer de forma más rápida, pero hay ramas como la fotografía de producto que va a tener complicado competir con la IA». No obstante, con o sin IA, no todo el mundo está capacitado para hacer este trabajo sin la preparación adecuada. Según Rodríguez, «la IA que tenemos nosotros no es inteligencia artificial, sino inteligencia artesanal y de momento, eso va a seguir siendo así». Según Aproima, el sector de la fotografía de boda ha evolucionado sustancialmente en los últimos años. «En el último congreso Moguera, cuyas conclusiones se elaborarán el próximo 17 de diciembre, hemos comprobado la unión que hay entre los profesionales y la disposición de todo el mundo a compartir información y conocimientos sin tapujos, a colaborar unos con otros, algo que antes era impensable». Belén Dobado y Julián Mellado: «Teníamos claro que la fotografía era algo primordial en una boda, un dinero bien invertido» Belén Dobado y Julián Mellado se casaron en Córdoba en julio de 2023 y Juanma Rodríguez, tesorero de Aproima, fue su fotógrafo. Recuerdan esa fecha como uno de los días más importantes de su vida, largamente esperado, lo que les llevó a buscar fotógrafo con antelación, conscientes de que hay mucha demanda. «Teníamos claro que la fotografía era algo primordial en una boda y que iba a ser un dinero bien invertido», asegura Belén, que se muestra muy satisfecha con el resultado. Según relatan, el presupuesto de fotografía de boda es alto, «pero igual que no escatimas en otros gastos, mucho menos hay que hacerlo con la fotografía». A la hora de elegir fotógrafo, buscaban «alguien que nos hiciera sentir cómodos, que nos dejara movernos a nuestro aire, para que en las fotos saliéramos naturales, que no fuera algo encorsetado», explica ella. «En el vídeo, queríamos algo actual, un vídeo ágil, con música, que no durara demasiado ni resultara redundante o aburrido al enseñarlo a los amigos y a la familia».
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