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  • "Tenemos la solución para evitar que los plásticos lleguen al mar"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 16/12/2025 00:44

    Desde las aguas del puerto de Palma, donde ha pasado buena parte de su vida profesional, Carlos Samblás contempla el mismo mar que lo vio crecer, hoy más contaminado y vulnerable que nunca. Descendiente de pescadores, capitán de yates durante 35 años y armador del buque de pasaje Falcao Uno, Samblás conoce bien la transformación de los fondos marinos. "Hace tiempo que vemos el deterioro -dice-. El mar ya no es lo que era. Y, si no hacemos algo, cada vez lo será menos". Esa preocupación fue el punto de partida de Sea Guard Barriers, un proyecto nacido en Mallorca que propone una solución práctica a uno de los grandes problemas ambientales de nuestro tiempo: la llegada masiva de plásticos al mar. "La mayor parte de la basura marina procede de tierra firme y llega por torrentes y pluviales", explica. "Si la frenamos justo en la entrada, evitamos que se disperse y se fragmente en microplásticos". El sistema, desarrollado junto al ingeniero de caminos Juan José Lemm, consiste en una estructura flotante modular instalada en la desembocadura de torrentes o salidas pluviales. Su función es interceptar los residuos sólidos -botellas, bolsas o espumas- antes de que alcancen el mar. "Es un sistema robusto, preparado para soportar caudales de agua muy fuertes y oleaje. Los modelos anteriores no resistían el impacto de las corrientes, así que tuvimos que probar, ajustar y rediseñar hasta lograr que aguantara sin bloquear el paso del agua", explica Samblás. La clave está en su diseño técnico: un "pantalán flotante" anclado a pilotes con una rejilla en profundidad que guía los residuos hacia un punto de recogida. El sistema incorpora flotadores de compensación que se adaptan a las subidas y bajadas del nivel del mar, manteniéndose operativo incluso en episodios de lluvias intensas. "Está colocado justo en la desembocadura, en el punto donde el torrente se encuentra con el mar. No obstruye el flujo del agua, sino que canaliza su fuerza y reduce el impacto sobre embarcaciones o pantalanes cercanos". A diferencia de otros métodos de contención, Sea Guard Barriers no requiere grandes obras ni maquinaria especializada. Cada unidad se fabrica con materiales marinos estándar -acero inoxidable y polietileno de alta densidad-, lo que simplifica su instalación y mantenimiento. Su diseño modular permite ajustar la longitud y profundidad de la barrera a distintos torrentes o bocanas, e incluso desmontarla y trasladarla si fuera necesario. "Buscamos un sistema eficaz, pero también práctico. No sirve de nada una solución que solo funcione sobre el papel", comenta. Carlos Samblás, empresario mallorquín: "Tenemos la solución para evitar que los plásticos lleguen al mar" / DM El proyecto piloto se concibió para el torrente de Portitxol, en Palma, un enclave donde tras cada lluvia se evidencian los efectos del vertido. "Allí se ve claramente cómo los residuos llegan al mar. Si conseguimos interceptarlos en ese punto, el impacto sería inmediato". Los beneficios ambientales son evidentes: una reducción drástica del vertido de plásticos flotantes y la protección de hábitats costeros y fauna marina. "Cada torrente protegido es una línea menos de contaminación directa al mar", resume Samblás. Además, el proyecto destina parte de sus beneficios a programas de educación medioambiental impulsados por la Fundación Almas Marinas. "No basta con colocar barreras. Hay que educar, investigar qué tipos de plásticos contaminan más y compartir esos datos para encontrar soluciones realistas". El reconocimiento no ha tardado en llegar. Sea Guard Barriers obtuvo un accésit en los Premios Timón, otorgados por Gaceta Náutica y la Autoridad Portuaria de Baleares en la categoría de Innovación. El equipo trabaja ya en nuevas fases junto a diferentes instituciones. "Colaboramos con Autoridad Portuaria en Palma y con Puertos del Estado en Madrid. La parte más complicada está siendo la económica, porque no todas las desembocaduras dependen del mismo organismo, pero seguimos buscando fórmulas y patrocinio para poder implantarlo". Otra de las ventajas del sistema es su escalabilidad: puede aplicarse tanto en grandes puertos como en pequeños torrentes urbanos. Su instalación no altera el entorno natural y las tareas de limpieza son rápidas y seguras, lo que lo convierte en una solución viable para administraciones locales y empresas portuarias. "Detener los plásticos en origen es viable, rápido y medible. Podemos identificar juntos los puntos críticos, implantar un piloto y medir resultados. Es la forma más directa de empezar a cambiar". Más allá de la ingeniería, Sea Guard Barriers encierra un componente emocional profundo. Samblás no oculta la carga simbólica de impulsar una iniciativa así desde una isla como Mallorca, donde el mar forma parte del paisaje vital. "Desde pequeño he vivido del mar, y ahora me toca protegerlo", afirma. Esa mezcla de vínculo personal y conciencia ecológica es la que guía el proyecto, que no solo aspira a ser una herramienta técnica, sino también un símbolo de cambio. "A veces, la conciencia no se despierta por los datos, sino por la emoción y la visibilidad. Ver una barrera recogiendo toneladas de plástico a la entrada de un puerto tiene un efecto inmediato: la gente entiende el problema". Desde Mallorca al mundo, el proyecto demuestra que la innovación medioambiental también puede nacer de la observación cotidiana y del amor por el entorno. "Es la solución hasta que la conciencia del ser humano cambie", concluye Samblás, convencido de que proteger el mar no es una opción, sino una responsabilidad compartida.

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