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» Jackemate
Fecha: 15/12/2025 12:41
Comparte este Articulo... Por Ricardo Marconi (*) El objetivo de esta columna es aportar elementos acerca de lo que podría considerarse un análisis exploratorio para señalar elementos partiendo de casos que no se ajustan a teorías sociológicas o psicológicas. Y para dar un ejemplo, partimos de un individuo ficticio –al que podríamos llamar Juan-considerado un delincuente profesional y experimentado; un mentiroso, ladrón, habituado a tener enfrentamientos personales y hábil en el manejo de navajas y armas de fuego, al que podríamos agregar que se dedica a robos en negocios pequeños, utilizando armas y con predisposición a cometer violaciones si se dan las condiciones para ello desde antes de llegar a su mayoría de edad y con tránsito en institutos de minoridad. Es muy probable que un delincuente que reúne dichas condiciones, a los 18 años, se haya iniciado en delitos de mayor gravedad y que pasó por haber sido apresado en un allanamiento de domicilio. Es casi seguro que al ser capturado fingió problemas mentales y hasta logró que lo internaran en un nosocomio dedicado a problemas mentales por un tiempo prolongado, logrando que lo liberaran, en calidad de libertad condicional, tras ser considerado “recuperado” para vivir en sociedad. Nuevamente libre, Juan volvió a cometer delitos de envergadura, con lo que se convirtió “en una bomba de tiempo”. Este tipo de casos, en Estados Unidos, ha sido analizado más meticulosamente para precisar el trazado de perfil de delincuentes considerados incorregibles, con mentes depredadoras. Dicho estudio ha permitido establecer los siguientes elementos: Positivas influencias que reciben los delincuentes incorregibles no influyen en el logro de su libertad. Por esa circunstancia no tienen motivos para fingir enfermedades y no se interesan en ocultar la verdad. Fueron estudiados 252 delincuentes durante 15 años -162 adultos y 59 jóvenes de 13 a 21 años-, considerados no culpable s por sufrir problemas mentales. s por sufrir problemas mentales. Su aprendizaje se resumía en analizar si se volvía descuidado o buscaba engañar y si involucraba a su familia en sus mentiras para determinar si era positivo otorgarle la libertad condicional o la definitiva. Al ingresar individuos como Juan al programa, se buscaba desacostumbrar al delincuente de sus emociones y se hacía lo propio en lograr el incremento de su estima personal, motivado el sufrimiento de dolor emocional del delincuente en la renuncia de sus emociones y abstenciones, esto es: jaquecas, mareos, palpitaciones, insomnio y hasta llanto. La lista de comprobación del cambio es de 37 puntos para verificar si el delincuente ha dado nueva forma a su mundo personal. La personalidad criminal ofrece a los estudiosos de métodos correccionales un punto de partida para la rehabilitación del delincuente y ello ha generado una nueva serie de programas piloto de perfeccionamiento y proceso como prueba de cambio. A los que no siguen el programa o que traten de engañar a los analistas, se les revoca la libertad condicional o bajo palabra, enviándolos nuevamente a prisión sin indulgencias ni sentimentalismos. El cambio de forma de pensar de un criminal es un proceso lento. Los delincuentes escuchen que se los describe como son realmente, según saben ellos en su fuero interno. Por lo indicado, toman conocimiento de sólo 3 opciones: La cárcel; B) El suicidio y C) La corrección de sus actos. Si el delincuente acepta los planteos es considerado como muy factible que logre cambios. De 37 ingresantes al programa, 13 lograron llevar luego una vida respetable. Vale recalcar que el ingresante debe renunciar al alcohol, ser fiel, buscar empleo y asistir a sesiones diarias. Finalmente, debemos enunciar que el criminal, a pesar de iniciar el programa, busca escapar o mitigar su castigo, según el doctor Samuel Yochelson, quien recibió la colaboración del doctor Wilfred Overholser. (Jackemate.com) (*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política
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