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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 15/12/2025 11:42
Conversamos con Laura, quien reside en La Paz junto a sus padres y es la menor de cuatro hermanos. Este 2025 finalizó su cuarto año de Ingeniería de Sistemas y, en esta entrevista, nos comparte detalles de su viaje, sus expectativas y su experiencia en Gualeguay. Ads Antes de comenzar, en un intercambio distendido, surgió una aclaración lingüística sobre la forma correcta de referirse a quienes viven en La Paz. La Paz, Bolivia. —Laura, contanos, ¿quién sos? ¿Cómo llegás a Gualeguay y con qué misión? —Hola, soy Laura Flores. He venido a Gualeguay por un voluntariado y, sobre todo, por la experiencia de conocer un nuevo lugar y una nueva cultura. Me explicaron que esta es una provincia muy linda, especialmente en verano. Yo vivo en El Alto, La Paz, Bolivia. Allá estamos a unos 4000 metros sobre el nivel del mar —unos 3000 en La Paz— y muchos jugadores que van a competir allá suelen quejarse por la altura y la falta de oxígeno. Venir acá sola, lejos de mi familia, fue un poco complicado, especialmente por las fechas festivas. Pero mi familia me apoyó muchísimo y eso es algo que agradezco porque han sido muy comprensivos conmigo. —Vos llegás por un intercambio de AIESEC. ¿Qué vas a hacer puntualmente y dónde? —Sí, vengo a través de AIESEC, un voluntariado global que está en muchos países, incluyendo Bolivia. Me enviaron con el propósito de realizar pasantías, y en mi caso estoy trabajando en el diario El Debate Pregón. —¿Y qué tareas vas a realizar en el diario? —Principalmente analizar el mercado, conocer los procesos que se realizan en El Debate – Pregón y colaborar en la parte de marketing y en la producción de videos publicitarios. Me explicaron todos los procesos: cómo redactan las noticias, cómo se conforma un periódico y la historia del diario. Gastón (Marcó) ha sido muy amable y me ha explicado todo con mucha paciencia. Ads —Contanos qué hacés en Bolivia y un poco sobre tu familia. —En Bolivia voy a la universidad muy temprano; me tengo que levantar a las 5 de la mañana. Eso acá fue un choque, porque acá se despiertan muy tarde (risas). Allá a las 5 o 6 ya estamos de pie. Yo me levanto tan temprano porque la universidad queda a una hora y media de mi casa. Además, por la altura y los conflictos sociales es complicado. La Paz no es la capital del país, pero allí están las instituciones más importantes del Estado. La gente protesta mucho, se moviliza y bloquea el centro. —Aprovechando esto que mencionás: ¿por qué protesta la gente? —Muchas veces por decisiones del gobierno o por aumentos de precios. Últimamente hubo escasez de gasolina: los choferes se movilizaron, estacionaban sus autos bloqueando las calles y no los movían más. También protestan los panaderos, porque aumentó el precio del pan. Y en el área de salud siempre hay reclamos porque no pagan a tiempo. Todo esto provoca enormes embotellamientos, y como no hay muchas rutas alternativas, sí o sí tenés que pasar por el centro o usar caminos muy estrechos. —Contanos un poco sobre La Paz. ¿Es una ciudad con mucha actividad comercial? —Sí. Hay muchos vendedores en ferias como La Tumusla o la 16 de Julio, que es una de las ferias más grandes de Bolivia y de Sudamérica, si no estoy mal. Mucha gente se dedica al comercio, que es lo que más hay allá. Mucha gente viaja desde distintos pueblos —como Guarina o Desaguadero— para vender en la ciudad. Desde Desaguadero exportan mucha ropa al Perú. La gente de El Alto también suele trabajar en La Paz; hay un movimiento constante entre ambas ciudades. Además, las universidades más importantes del país están allí. Ads La feria comercial 16 de Julio es de las más grandes de Sudamérica. —¿Cuál es el gentilicio de los oriundos de La Paz? —Paceños o collitas. —Cuando nosotros vamos a La Paz sufrimos apunamiento. ¿A ustedes les pasa algo al venir al llano? —La altura es muy compleja para los que vienen del oriente. En mi caso, lo que sentí al llegar acá es el calor. Allá no hay mucha humedad, así que para mí es difícil. Un día estaba caminando por acá a eso de las 2 o 3 de la tarde, sin agua, y casi me desmayo (risas). Ha sido un choque de calor. Sí, es difícil. —Sabés que en Argentina y en Gualeguay la comunidad boliviana viene creciendo, especialmente en el comercio. ¿Estás al tanto? —Sí. Me han contado que en Buenos Aires está el Barrio Flores —como mi apellido— donde hay muchos bolivianos que venden ropa. También me dijeron que existe la BoliShop. Y sí, la ropa boliviana conviene porque es un poco más económica y gusta mucho acá. —¿Hasta cuándo te vas a quedar y qué te gustaría llevarte como experiencia? —Me voy a quedar hasta el 5 de enero. Lo que más me gustaría es llevarme la experiencia de aprender los procesos de El Debate Pregón. Me sorprendió que en Bolivia ya casi no existen los periódicos en papel, todo es digital. También quería aprender cómo es la cultura de Gualeguay. La gente acá ha sido muy amable. Me sorprendió porque allá somos más cerrados, y acá eran como: “Ah, hola, ¿cómo estás?”. Me preguntaban: “¿Y qué tal has sido?”. Yo respondía: “Bien, gracias”. Me gusta mucho la confianza con la que se relacionan. —Para cerrar, ¿querés dejar un saludo para tu familia y afectos en estas fiestas? —Claro. A mi familia, que la voy a extrañar mucho, sobre todo en Navidad y Año Nuevo, que allá lo festejamos todos juntos. Es muy lindo y me encanta celebrarlo con ellos, pero es triste estar lejos. También a mis amiguitos y compañeros de curso, que me apoyaron para venir y me dijeron que aproveche la experiencia, porque al principio tenía miedo. Un saludo especial a mi compañero Josué, que siempre me apoya. Y a mis hermanas, a mi hermano Sergio, a mi hermana Magalí —sin ella esto no hubiera sido posible porque desde el principio me dijo “dale”— y a mi papá, que me apoya económicamente. Y a mi hermana Nila, que siempre está preocupada por mí, me llama a cada rato y me extraña mucho. Soy la menor.
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