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» Clarin
Fecha: 15/12/2025 06:32
Cuántos de ustedes lectores han puesto el grito en el cielo intentando que su hijo suelte la pantalla, o mejor dicho que deje de ser abducido por ella? ¡El día llegó! Por lo menos a alguna geografía, este 10 de diciembre es una fecha de inflexión, Australia se convertirá en el primer país del mundo en prohibir completamente las redes sociales para menores de 16 años. Sí, una sociedad del Primer Mundo, con valores, ética y responsabilidad. Sin dudas, un ejemplo que debe cundir y contagiar, las plataformas como TikTok, Instagram, Facebook, YouTube, Snapchat, etc., estarán prohibidas para los menores, con penas y multas que conllevan elevadísimos montos. Los niños y adolescentes no podrán crear cuentas y las actuales deberán ser cerradas. Además, la ley obliga a las plataformas a hacer algo básico -que sin embargo nunca hicieron- que es verificar la edad de cada usuario, proceder a bloquear automáticamente a los menores y demostrar que tomarán medidas reales para proteger su integridad instrumentando medidas de seguridad, educación y concientización. Claramente este no es una cuestión de moralidad. Se trata de un problema de salud pública. Adolescentes zombies, niños que precozmente inician su relación con la tecnología a edades cada vez menores provocando ansiedad, depresión, irritabilidad, trastornos del sueño, ciberbullying, anorexia, bulimia, trastornos dismórficos corporales, lesiones en retos virales, alteración del lenguaje, problemas de atención, afectaciones de la vista, etc. y son solo algunas de las problemáticas. El acceso a pornografía o a contenido de sexo explícito es prácticamente imposible de inhibir. Allí está la pubertad precoz. Niños que con apenas 8 años acceden a material inapropiado para su edad. Australia analizó seriamente los datos y proyectó las posibles consecuencias, tomando una decisión fáctica que, aunque suene remanido definitivamente protege a los más vulnerables. Una verdadera lección de honestidad política, intelectual y sanitaria. Desde los 13 años participan en apuestas y juegos de azar, muchas veces financiados involuntariamente por sus padres. Al menos un 30% de los jóvenes apuestan dinero, lo cual es ilegal y conlleva riesgos financieros y de adicción Los niños argentinos de 11 años se convierten en usuarios intensivos de dispositivos móviles; 65% de los padres entregan pantallas a sus hijos desde los 4-5 años. Hoy la primera foto de un usuario subida a redes sociales es la de una ecografía antes de que este naciera, mamá y papá dan el primer paso para afectar su privacidad, apenas al año de vida entre todos los integrantes de la familia un bebe registrará unas 100 imágenes en fotos y videos, inaugurando su propio perfil antes de terminar el jardín de infantes, luego todos sabrán cómo es su uniforme escolar, el colegio al que asiste y como es su rutina diaria. Entrando a la adolescencia contará con más de 1.000 fotos y videos y cientos de personas a los que probablemente este bebe no conoce que sabrán sus horarios, apetencias, frustraciones y sin duda alguna, ¡sus sueños! Para algunos son solo recuerdos, fotos, videos, algo de emoción, pero para otros es información, datos comercializables. Para la sociedad australiana es mucho más; cuidar la salud mental de los jóvenes, reducir la exposición a contenido nocivo y fomentar la participación en actividades offline.
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