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  • De la fugacidad de la flor a la eternidad del perfume

    » Clarin

    Fecha: 15/12/2025 00:32

    El proceso detrás del Chanel N° 5 revela un ritual centenario en Grasse (Francia), que cada año transforma al efímero jazmín en una fragancia atemporal y sofisticada. Entre fines del verano y comienzos del otoño, el aire de Grasse (Francia) se impregna de un aroma inconfundible: el del jazmín grandiflorum. Es el preludio de una cosecha ritual que, desde hace un siglo, le da origen al icónico Chanel N° 5. Invitados por la maison francesa, asistimos al proceso completo de elaboración de la legendaria fragancia, desde la recolección de la flor hasta su procesamiento y elaboración en planta. Aquí te lo contamos. "El jazmín no espera”, dicen en la localidad de Grasse. Y tienen razón. No bien amanece, con dedos ágiles y precisos, los recolectores desprenden una a una las pequeñas flores en forma de estrella que, después de haberse desplegado durante la noche, liberan toda su potencia olfativa. Las depositan con cuidado en sus cestas de mimbre y las cubren con un paño húmedo para preservar su frescura. Y al mediodía, cuando el sol y el calor están en su clímax, las canastas repletas de pétalos se llevan a pesar, y su trabajo en el campo termina. Chanel El Jazmín Grandiflorum: la estrella de Grasse Esta misma tarea se repite como una ceremonia desde 1921, cuando Ernest Beaux, el primer perfumista de la maison Chanel, eligió al jazmín grandiflorum como pilar para la composición del perfume N° 5. Así, durante las seis semanas que dura la cosecha -de agosto a octubre-, cada recolector obtiene a diario unos dos kilos de flores (aproximadamente diez mil por kilo). Pero cada flor vive apenas unas horas y al caer la tarde, se marchita. Por eso, en 1988, Chanel construyó una planta de procesamiento -justo al lado de las plantaciones-, para el tratamiento de la cosecha fresca Esta proximidad es clave para que la destilación de los pétalos comience de inmediato. Las flores se sumergen en disolventes naturales, liberando su esencia más pura cuando estos se evaporan. De esa fusión surge el “concreto”, una cera aromática que condensa toda la fragancia. Para obtener apenas un kilo de este material precioso se requieren 350 kilos de flores. Luego, tras un meticuloso proceso, el concreto se transforma en “absoluto”, un líquido extremadamente concentrado que es el corazón de la fórmula de Chanel N°5. Chanel La sinfonía olfativa de Chanel N° 5 Discreto y poderoso, natural y sofisticado, el jazmín encarna la esencia misma de Chanel N° 5. Es la “prima donna”, pero en la sinfonía olfativa del perfume participan otras flores que completan un coro invisible: la rosa de mayo, el iris pallida, el nardo y el geranio rosat. Cada una es diferente y tiene su estación, su ritmo y su manera de ser procesada. La rosa, por ejemplo, se recoge con el primer sol de mayo, antes de que el calor la marchite (y con sumo cuidado para evitar aplastar sus frágiles corolas). Esta flor es la que ofrece esa nota dulce que suaviza el Chanel N°5. Chanel El iris guarda su perfume en la raíz o rizoma; hay que esperar tres años para que madure y revele su fragancia empolvada y etérea. Es ahí cuando se desentierra, se lava y se corta. Luego se seca y se almacena para su maduración, por casi tres años más. Los rizomas maduros se muelen y destilan para recolectar el concreto de iris, también conocido como “manteca de lirio”. Considerada la flor más fragante del reino vegetal, el nardo de aroma voluptuoso florece por la noche. Sus bulbos se desentierran y replantan en un ciclo anual. Y finalmente, el geranio ofrece un aroma delicado con notas de rosa, pimienta y limón, ocultas en la fina capa vellosa de sus hojas. Para obtener su esencia, verde y picante, se destilan los tallos y hojas. Cada una de estas especies representa una de las cinco voces del conjunto olfativo de la fragancia. Y cada uno de sus pétalos habla de quienes lo cultivan y lo recolectan, de quienes lo transforman y de quienes lo imaginaron hecho perfume... De paciencia y de precisión, y de un savoir faire que trasciende generaciones. La alquimia de Chanel: tradición y modernidad Desde su creación, el perfume N° 5 se ha convertido en un mito. Pero detrás de ese mito hay un método: cultivar, proteger y perfeccionar. La creación de cada fragancia de Chanel es el fruto de un esfuerzo colectivo e integrado, de una cadena de valor humana única en la industria de la perfumería. Chanel De Grasse hasta París, esta historia de más de 100 años está escrita por un conjunto de talentos: “narices creadoras”, químicos, agricultores, técnicos, directores artísticos y, por supuesto, los recolectores en los campos.

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