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  • Fuga frustrada y amores tormentosos con compañeras: la vida en prisión de Joanna Dennehy, la mujer que seducía hombres y los mataba por diversión

    » Clarin

    Fecha: 15/12/2025 00:52

    "Maté para ver como me sentiría". Así, detrás de una sonrisa y sin mostrar ni el más mínimo atisbo de arrepentimiento, Joanna Dennehy admitió ser una asesina en serie. Esto es lo que declaró en febrero de 2014, en el juicio que se llevó a cabo ante el Tribunal Penal de Old Bailey, en Londres. Los expertos concluyeron que se encontraban ante una psicópata incapaz de sentir empatía o remordimiento. Incluso, además de la personalidad antisocial también la diagnosticaron un trastorno límite de la personalidad (TLP) y parafilia sadomasoquista. Madre de dos hijos y dueña de un estilo y una belleza particulares, finalmente fue condenada a cadena perpetua con orden de permanencia total. Es decir, nunca saldrá en libertad. Hoy, su historia vuelve a ocupar un lugar central en la atención pública gracias a un episodio del documental Confessions of a Female Serial Killer (Confesiones de una asesina serial) que se estrenó en Amazon Prime, que le dedica un capítulo a su caso y describe cómo es su vida en prisión. "Cruel, calculadora, egoísta y manipuladora" Marzo de 2013. Todo sucedió en sólo 10 días, en Peterborough, Reino Unido. Joanna Dennehy, quien por entonces tenía 31 años, asesinó a tres hombres y atacó a otros dos. Su plan era matar a nueve pero, afortunadamente, no llegó a concretarlo. Durante su interrogatorio aseguró que los crímenes le resultaron “adictivos y divertidos”. Que todo lo había hecho para “gratificar su propia lujuria sádica de sangre”. Joanna Dennehy aseguró que mataba "para gratificar su lujuria de sangre": Foto: Web Al terminar el proceso, el juez la calificó como "cruel, calculadora, egoísta y manipuladora", y rechazó los signos de arrepentimiento que había pretendido demostrar. Como adelantamos, el fallo fue implacable. El 28 de febrero de 2014, fue condenada a cadena perpetua, convirtiéndose en una de las pocas mujeres en el Reino Unido en recibir tal sentencia. Además, se establecieron condenas para los dos hombres que la ayudaron en su macabro accionar: Gary Stretch recibió pena por intento de asesinato y Leslie Layton por obstaculizar la justicia. La resolución judicial incluyó, también, referencias a su peligrosidad y a la necesidad de impedir cualquier futura liberación "Tienes a una psicópata completamente comprometida" Tras la condena, Joanna Dennehy pasó por prisiones de alta seguridad en las que mantuvo conductas que preocuparon al personal e, incluso, a otras presas. No es de extrañar, teniendo en cuenta sus rasgos de personalidad, que haya ejercido violencia sin freno hasta durante su detención. En la cárcel de Bronzefield, la prisión femenina más grande de Europa, que está ubicada en Ashford, apenas llegó amenazó con matar a otra reclusa, la tan famosa como perversa asesina serial, Rosemary West. El objetivo era demostrar quién era la líder del lugar. Joanna Dennehy, durante su detención. Foto: Youtube West fue rápidamente trasladada a New Hall, otro centro para mujeres, para evitar nuevos incidentes graves. En 2016, Dennehy provocó un gran enojo al presentar una demanda por daños y perjuicios ante el Tribunal Superior por las violaciones de derechos humanos que, según ella, había sufrido durante más de dos años de aislamiento. Las pruebas presentadas, que no prosperaron, revelaron que había planeado escapar de la prisión asesinando a un guardia y usar sus dedos amputados para abrir puertas biométricas, informó The Mirror. Por otro lado, estando detenida, Joanna mantuvo relaciones sentimentales con varias internas, entre ellas la ladrona callejera, Hayley Palmer, detalló el mismo medio. En 2022, Palmer -quien había salido de prisión un año antes-, confirmó que la pareja se había separado. En una entrevista, la exreclusa sostuvo que Dennehy le escribió una vez, cuando planeaban casarse: "Tienes a una psicópata completamente comprometida". Incluso, según el medio, la mujer dio datos sobre el tormentoso vínculo que sostenían, que en una ocasión hasta las llevó a intentar suicidarse por miedo a ser separadas en prisión. Actualmente, Joanna cumple su condena condena en HMP Low Newton, en el condado de Durham. "Ups, lo hice de nuevo..." En marzo de 2013, Joanna Dennehy atacó a cinco hombres y mató a tres. Lukasz Slaboszewski (31), fue atraído a una vivienda y apuñalado; John Chapman (56), fue atacado en su domicilio; y Kevin Lee (48), apareció en un arroyo cercano a Newborough con heridas mortales. La investigación determinó que la misma arma se utilizó en todas las agresiones y que, tras los homicidios, los cuerpos fueron transportados y abandonados en zanjas por dos personas que la ayudaron. Lukasz Slaboszewski, un empleado de almacén, estaba enloquecido con Joanna. Ambos mantenían una apasionada relación sentimental y sus encuentros eran explosivos, de ahí que cuando la inglesa le avisó que quería tener otra de sus perversas citas sexuales, el polaco no lo dudó ni un instante. Pero en cuanto llegó a una de las viviendas que alquilaba la inmobiliaria en la que trabajaba Joanna, al norte de Peterborough, ella abrió la puerta y lo apuñaló en el corazón: el joven murió en el acto. Inmediatamente, Joanna arrastró el cuerpo fuera de la casa, lo metió en un contenedor de basura y obligó a una adolescente, que casualmente pasaba por allí, a mirar el cadáver. Su objetivo: hacerse famosa, pero la chica se asustó tanto que decidió no contárselo a nadie. Aquello frustró tanto a Joanna que decidió volver a matar. Lukasz Slaboszewski fue la primera víctima de Joanna Dennehy, Foto: YouTube La segunda víctima fue su compañero de piso John Chapman, un veterano de la guerra de las Malvinas, al que acuchilló de la misma forma que a Lukasz, pero en otra vivienda. Tras el crimen, Joanna escribió a su jefe, Kevin Lee, para mantener sexo sadomasoquista y este accedió sin reparos. La cita era en la misma casa donde diez días antes había matado a Lukasz, y cuando su víctima arribó, lo apuñaló cinco veces en el pecho, perforándole los pulmones y el corazón. Con dos cadáveres a sus espaldas y en dos casas distintas, la inglesa pensó en la mejor manera de deshacerse de ellos: llamó a un amigo, el delincuente Gary Stretch, al que, entre risas, le soltó una frase de la famosa canción de Britney Spears “Oops, I did it again” (Ups, lo hice de nuevo). Pero no fue suficiente. “Quiero divertirme, necesito divertirme”, dicen que dijo. Sí, necesitaba volver a matar, aquello le daba cierto grado de excitación y se había vuelto completamente adicta. Así fue cómo eligió al azar a su cuarta víctima, Robin Bereza, de 64 años. El hombre paseaba a su perro cuando Joanna se le acercó por detrás y lo apuñaló salvajemente. Minutos después y en un callejón sin salida, hizo lo mismo con John Rogers, de 56 años. Mientras tanto, Gary la esperaba en el interior del coche para huir de las escenas de los crímenes. Pese a la gravedad de las heridas, ambos hombres lograron sobrevivir y aportar algunos datos claves sobre su atacante, como el tatuaje de estrella que lucía bajo uno de sus ojos, además del relato de algunos testigos y de las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona. Ese fue el principio del fin. “La chica que amábamos se convirtió en un monstruo” La pequeña Joanna Dennehy, nacida en 1982 y criada en Harpenden, a las afueras de Londres, tuvo una infancia relativamente feliz: era un hogar estructurado, en el que sus padres, Kevin y Kathleen, adoraban pasar tiempo con sus hijas, y donde las hermanas compartían habitación, juegos y su propio lenguaje secreto. Joanna era el vivo reflejo de una niña dócil, estable, risueña, protectora, nada agresiva y buena estudiante, que destacaba por encima del resto de alumnos y tenía un gran potencial. Joanna Dennehy fue una niña feliz y dócil. Todos creyeron que estudiaría derecho y tendría una vida exitosa, pero un buen día, “la chica que amábamos se convirtió en un monstruo”, explicó su hermana María en una entrevista para la BBC. Durante la adolescencia, Joanna empezó a consumir alcohol y drogas, a robar dinero a la familia y a tener amistades de dudosa reputación. Su personalidad se tornó a irascible, violenta, iracunda e incontrolable, un cambio tan radical que desembocó en su primer acto de rebeldía: escaparse de casa con su primer novio, John Treanor, cinco años mayor. El joven, que tenía veinte, encandiló hasta tal punto a la adolescente que esta se saltó las prohibiciones parentales, abandonó definitivamente el hogar familiar y dejó devastados tanto a sus padres como a su hermana. En los cuatro años siguientes, Joanna tuvo dos niños, dejó las drogas y el alcohol, pero en cuanto el segundo le dio un poco de tregua y la abstinencia se convirtió en un problema, la joven inició una etapa de excesos y descontrol. Aquello se tradujo en el abandono de los pequeños para salir de fiesta y en un empeoramiento de su carácter: se volvió más agresiva y colérica y comenzó a maltratar a su pareja. La vida junto a Joanne era un auténtico infierno, así que, en 2009, John decidió marcharse con sus dos hijos, de 10 y 7 años respectivamente, para salvar sus vidas después de que lo amenazase con un cuchillo de quince centímetros. Joanna Dennehy y John Treanor, su primera pareja. Foto: Youtube "La persona más malvada que he conocido" El escritor Christopher Berry-Dee, que conoció a Joanna Dennehy en la cárcel como fuente para su libro "Hablando con asesinas en serie", la describió sin eufemismos: "Es sin dudas la persona más malvada que he conocido". "Se había rapado el pelo y había engordado mucho desde su arresto. Hablaba con naturalidad y su voz era tranquila y amenazante. Podía oler la maldad que emanaba de ella; es un olor indescriptible, pero acre y sucio", reveló.

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