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» La Capital
Fecha: 13/12/2025 12:22
Julio Buffarini expresó su deseo por haber jugado en el Canalla. Además, recordó al Patón, DT con el cual ganó la Copa Libertadores en San Lorenzo Campeón de la Copa Libertadores con San Lorenzo en 2014, Julio Buffarini viene de jugar en Rampla Juniors de Uruguay, el equipo administrado por el empresario Foster Gillett que descendió a la segunda división. El lateral derecho regresó al país en busca de equipo y en una entrevista manifestó su deseo por jugar en Central , a pesar de haber pasado un puñado de meses en las inferiores de Newell's . Ante la pregunta sobre el equipo que se quedó con ganas de jugar, Buffarini respondió sin dudar: “Rosario Central” . Acto seguido, el oriundo de Córdoba explicó: “Me hubiera gustado jugar ahí por la locura que se vive en Rosario”. El volante devenido en defensor, además, recordó que en sus primeros años en General Cabrera lo apodaron “Chacho”, por su platinado similar al de Eduardo Coudet , en su época de River Plate. Cabe recordar que Buffarini llegó a los 13 años a las inferiores de Newell’s , pero a los cuatro meses regresó a su pueblo sin adaptarse a las inferiores rojinegras. Edgardo Bauza marcó la carrera de muchos futbolistas y Julio Buffarini fue uno de ellos , con el cual consiguió ganar la Copa Libertadores en 2014 y jugar la final del Mundial de Clubes ante el Real Madrid. Además, fue el técnico que convocó por primera vez al lateral para la selección argentina. Sobre su convocatoria, el exBoca recordó en "Líbero Vs." que era un “momento complicado” porque “(los jugadores) lo sufrían y eso me partía el alma ya que los admiraba antes de que ganen el mundial”. Buffarini compartió campo y entrenamiento con Lionel Messi, Ángel Di María y Sergio Aguero, entre otros. “Fue una experiencia hermosa y es algo que no voy a olvidar”, señaló el jugador y se mostró agradecido con Bauza. El cariño por el exentrenador de Central lo dejó claro y aunque dijo que no le gusta hablar de Bauza, reconoció que le hace "muy mal verlo” porque “pasaron cosas lindas en San Lorenzo, él me llevó a San Pablo y también a la Selección”. “Es un tipazo. Es un excelente entrenador. Era un padre para nosotros, era siempre ejemplo”, expresó Buffarini, que eligió no ver el documental de la Fundación Tase. “Cuando salen imágenes de él trato de mirarlo lo menos posible. Compartí muchas cosas lindas, hemos ido al Vaticano todos juntos”, agregó. Por último, recordó su etapa en el San Lorenzo de Bauza y contó: “Fuimos a jugar un partido contra Unión Española, en una fase de grupos que fue una locura. Ese partido teníamos que ganar sí o sí y a los 10 minutos del primer tiempo expulsan al Colo Cetto y después nos hacen un gol, terminamos perdiendo. Entra al vestuario y dice «este es el partido que necesitaba, ahora vamos a ganar la copa. Jugando de esta manera vamos a ganar la Copa Libertadores»”. El tiempo le dio la razón al entrenador y San Lorenzo terminó levantando el trofeo ante Nacional de Paraguay. El mal paso por Uruguay Buffarini firmó contrato a los 37 años con Rampla Juniors de Uruguay, una institución administrada por Foster Gillett, el empresario que quedó ligado a Estudiantes de La Plata a principios de año. El defensor planteó que fue convocado a un proyecto “muy lindo”, pero que empezó a disolverse desde temprano. “Arrancamos tarde la pretemporada, el entrenador Leandro Somoza se va y otros jugadores también”, confesó. La temporada para el Rampla fue catastrófica y terminaron descendiendo a la tercera categoría por primera vez en su historia, en un contexto donde los jugadores estuvieron “mucho tiempo sin cobrar”, aseguró Buffarini. “Nosotros entrenábamos solos, por nuestra cuenta: llevaba el agua, llevaba las frutas, comprábamos el hielo para recuperarnos. A mi me dolió mucho porque había muchos chicos que no tenían ni para poder pagar el colectivo para ir a entrenar. Compañeros argentinos ya tenían la carta de desalojo de sus departamentos porque no lo había pagado el club", añadió y afirmó que nunca se cruzó con Gillett. “Tenía un problema también para poder liquidar dinero, por lo que nos decían a nosotros. Sin embargo, teníamos que jugar los fines de semana, poner la cara con todas las dificultades que teníamos en el día a día".
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