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  • Este alimento que siempre está en nuestra nevera era antes un manjar de lujo en las mesas de Navidad

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 12/12/2025 10:48

    Cinco postres del mundo que endulzan el día de Reyes más allá del roscón. El marisco, el jamón o ciertos tipos de carne y pescado se han convertido ya en productos casi de lujo que solo estarán al alcance de unos cuantos en las mesas de Navidad. Por el contrario, en la actualidad, hay alimentos en la nevera y que pasarán a formar parte del menú de alguna comida o cena especial por estas fechas, pero que, hace no mucho, en concreto, en la posguerra española, eran un manjar de lujo del que solo algunos podían disfrutar. Durante las celebraciones navideñas, las familias suelen reunirse en torno a mesas abundantes, repletas de platos preparados para ocasiones especiales. Langostinos, asados, embutidos, quesos y turrones forman parte habitual del menú festivo. Sin embargo, la escena era muy diferente en la España de la posguerra. En aquellos años, lo que actualmente se considera un alimento cotidiano solía reservarse para las grandes celebraciones. Productos básicos, alejados del marisco o la carne de ternera, llegaban a la mesa como verdaderos manjares, valorados por su simbolismo y la dificultad para acceder a ellos fuera de las fechas señaladas. El producto que solo los más pudientes comían en la posguerra española Una familia se reúne alrededor de una mesa decorada festivamente para compartir una cena navideña. El ambiente cálido, con velas encendidas, un árbol de Navidad iluminado y una chimenea, resalta la alegría y unión en estas fiestas. Platos típicos, galletas y postres caseros forman parte del banquete, mientras adultos y niños disfrutan del momento juntos. (Imagen Ilustrativa Infobae) En las Navidades de la posguerra, el pollo ocupaba un lugar central como plato especial. En aquel contexto, esta carne era considerada un auténtico símbolo de celebración y prosperidad. Acceder a un ave para la cena solo estaba al alcance de familias con recursos o de quienes tenían acceso a productos a través del mercado negro. El pollo solía prepararse relleno, marcando la diferencia respecto a los menús cotidianos. En contraste con la actualidad, cuando el pollo es un producto básico en la mayoría de los hogares, en aquellos años mantener una gallina se consideraba un lujo adicional, ya que aportaba huevos y su sacrificio solo se justificaba en ocasiones muy señaladas. La dieta habitual giraba en torno a legumbres, patatas, panes de grano oscuro y alimentos de sustitución, como boquerones o café que muchas veces no lo eran realmente. La presencia de un pollo en la mesa destacaba entre la escasez y las limitaciones de la época. Esta situación cambió paulatinamente con la mejora económica y el desarrollo de la avicultura industrial, que convirtieron al pollo en un ingrediente recurrente en el menú semanal español. Una receta con pollo que es perfecta para Navidad El pollo relleno es una receta habitual de Navidad. El pollo forma parte del recetario habitual durante todo el año, pero las celebraciones navideñas invitan a presentarlo de una forma diferente. Un relleno cuidado transforma este ingrediente sencillo en un plato para compartir que suele agradar a todos los comensales. Para preparar el relleno, se recomienda cocinar cebolla y ajo en una sartén con aceite hasta que estén tiernos. A continuación, se añade bacon y carne picada, mezclando hasta que empiecen a dorarse. En este punto, se incorporan manzana troceada, frutos secos y miga de pan remojada y escurrida. Tras sazonar y dejar que enfríe, la mezcla se utiliza para rellenar el pollo, que debe atarse para conservar su forma durante el horneado. Antes de llevar el ave al horno, se aconseja sazonarla por fuera y colocarla en una bandeja con aceite y vino. El horneado se realiza a 180 grados, regando el pollo regularmente con sus propios jugos para asegurar una textura jugosa y una piel crujiente. Si la superficie tuesta en exceso, es conveniente cubrirla con papel de aluminio. Al finalizar la cocción, se debe dejar reposar el pollo unos minutos antes de cortar. Se sirve acompañado de patatas asadas, que absorben el fondo de la bandeja y completan la propuesta festiva.

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