12/12/2025 04:50
12/12/2025 04:38
12/12/2025 04:38
12/12/2025 04:37
12/12/2025 04:35
12/12/2025 04:34
12/12/2025 04:32
12/12/2025 04:31
12/12/2025 04:31
12/12/2025 04:31
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/12/2025 02:34
En Argentina, el consumo aparente de acero cayó 32% en 2024 y mostró un rebote en 2025, con expectativas de crecimiento del 12% en 2026 La expansión acelerada de China en los mercados globales instaló una dinámica que modificó la estructura productiva de numerosos países y generó inquietudes crecientes en sectores industriales que enfrentaron transformaciones profundas en los flujos comerciales, los precios relativos, la competencia externa y la estabilidad de sus cadenas de valor. Y la reacción de Estados Unidos, las tensiones geopolíticas y el rediseño de las reglas del comercio internacional delinearon un escenario que afectó decisiones estratégicas, inversiones sensibles y el funcionamiento histórico de varias industrias, con implicancias directas para economías como la de Argentina. Esa problemática concentró la atención en el Seminario Propymes, organizado por el Grupo Techint este jueves y que contó con las palabras de su CEO, Paolo Rocca, y de la senadora Patricia Bullrich. En el evento, referentes de la compañía analizaron el impacto de esta dinámica global sobre la estructura productiva argentina y reconstruyeron las señales que surgieron de un mapa internacional en movimiento. Las presentaciones se centraron en la interacción entre grandes potencias, la evolución de los flujos comerciales, la presión sobre proveedores locales y los desafíos que enfrentaron distintos sectores para mantener niveles de actividad en un entorno donde variaron precios, políticas comerciales y grados de intervención estatal. Paolo Rocca, CEO de Techint Javier Martínez Álvarez, vicepresidente institucional del grupo, afirmó que el mundo atravesó un proceso de cambios tectónicos y vinculó ese clima con la inserción de China desde su ingreso a la OMC. Señaló que varios países occidentales actuaron con algún grado de inocencia al abrirle la puerta a una economía dirigida por un Estado centralizado y autoritario. Explicó que ese modelo, basado en una planificación estricta de la actividad productiva y de la conducta de los ciudadanos, generó destrucción en sectores industriales de otros países. Sostuvo que la figura de Donald Trump no representó el origen del problema, sino una reacción política ante el fenómeno chino. Indicó que hoy Occidente reaccionó ante ese avance y que ese cambio de actitud abrió un escenario completamente distinto. ¿Fútbol o hockey sobre hielo? Desde esa perspectiva, planteó que la pregunta central es qué debe hacer la Argentina. Sostuvo que el mundo cambió, que aparecieron nuevas reglas y que el país tiene la obligación de interpretar cómo moverse. Remarcó que el país se abrió pero advirtió que la discusión pasa por la modalidad de esa apertura. Utilizó una comparación deportiva para ilustrar la situación y expresó su temor a que el país siguiera jugando al fútbol cuando el partido global se transformó en hockey sobre hielo. Para él, el libre comercio es deseable, pero lo determinante es el tipo de juego que impuso el contexto internacional. “Yo creo que tenemos que abrir un diálogo con el Gobierno y sus autoridades, y explicar de verdad que China tiene una actitud predatoria y responde a una necesidad estratégica de conquista hegemónica. Tenemos que competir igualmente con la competitividad de nuestras empresas", disparó Rocca, en la misma línea que sus directivos. Javier Martínez Alvarez, vicepresidente ejecutivo del Grupo Techint, en la apertura del Seminario Propymes Martínez Álvarez señaló también que se construyeron falsas dicotomías en el debate interno. Aclaró que asociarse con China implicó un riesgo concreto de primarización, ya que ese vínculo no prometió un desarrollo industrial sólido. En cambio, describió un escenario diferente con Estados Unidos, en momentos en que está clarísima la alianza entre los gobiernos de Javier Milei y Donald Trump, que se consolidará en breve mediante un acuerdo comercial que promete ser beneficioso para ambos países. Las oportunidades para la Argentina En el petróleo, dijo que EE.UU. es importador y que en gas puede aparecer una complementariedad estratégica, sobre todo porque la potencia norteamericana buscó disminuir la dependencia energética de Medio Oriente. Resaltó que la Argentina se ubicó en una zona de paz, lo cual es un factor sumamente positivo, que EE.UU. históricamente ha sido un gran importador de bienes industriales y que su política de cierre relativo con China abrió oportunidades para el país si logra posicionarse de manera inteligente. Además, detalló que Argentina encara desafíos internos. Desde su punto de vista, la industria debe aumentar la competitividad puertas adentro y el Gobierno debe avanzar en reformas laborales y tributarias. Para él, el orden de los factores altera el producto en este caso y existe una oportunidad extraordinaria si el país ajusta su estructura interna al nuevo escenario mundial. Martínez Álvarez también aprovechó para repasar los cambios que se observaron en la última década y destacó que el Gobierno realizó el primer ajuste de la economía nacional, redujo el gasto público, bajó la inflación, disminuyó los niveles de pobreza y logró una caída del riesgo país. Señaló que ese proceso creó una base para imaginar una Argentina distinta. Mencionó tres sectores con mayor potencial: el agro, la consolidación de Vaca Muerta y la minería, pero remarcó que incluso con un aumento significativo de las exportaciones energéticas y mineras hacia 2030, Argentina solo podría duplicar las ventas actuales al mundo, lo que reforzó la necesidad de un desarrollo industrial alrededor de los recursos naturales. El CEO de Tecpetrolm Ricardo Markous, remarcó que Vaca Muerta es una realidad gracias al entramado industrial que permitió hacer las inversiones REUTERS/Alexander Villegas A su turno, Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, destacó que "Vaca Muerta es posible porque hay industria nacional". Señaló que en 2025 se alcanzaron cerca de 800 mil barriles de petróleo por día, superando récords históricos del país, y proyectó que hacia el final de la década podrían llegar al millón y medio de barriles diarios. Subrayó que el mercado argentino de gas se mantuvo abastecido gracias a la inauguración del gasoducto Perito Moreno, lo que redujo la dependencia de importaciones: de 80 barcos por año se pasó a 25. Afirmó que en 2023 la balanza comercial energética se equilibró y que hoy el gas argentino resulta competitivo para la industria local, con exportaciones hacia Chile y Brasil. Pero Markous resaltó que Vaca Muerta es una realidad gracias a un entramado industrial que permitió hacer las inversiones, destacando el proyecto Fortín de Piedra, iniciado en 2017, que produce 25 millones de metros cúbicos diarios de gas, equivalente al 20% de la producción de Neuquén y al 15% del país. Indicó que uno de cada cinco hogares en invierno se abastece de Fortín de Piedra y que este logro fue posible gracias a la participación de pymes en el proyecto. El directivo resaltó que la colaboración en la cadena de valor busca que Vaca Muerta no sea solo un récord de producción o divisas, sino un entramado industrial que deje al país mejor preparado para futuros proyectos. La agresividad de China, en cifras Por su parte, Martín Berardi, presidente ejecutivo de Ternium Argentina, expuso un panorama global marcado por un crecimiento moderado, una nueva geopolítica y un enfrentamiento cada vez más visible entre Estados Unidos y China. Señaló que el gigante asiático creció menos, pero exportó más, y que ya explicó el 35% de las manufacturas del planeta. Indicó que las reacciones comerciales se multiplicaron junto con una fuerte volatilidad en los precios de los commodities. Martín Berardi, presidente ejecutivo de Ternium Argentina Berardi presentó datos clave para entender el impacto concreto de China. Indicó que el superávit comercial chino con el mundo se triplicó en siete años y que sus exportaciones de autos se multiplicaron casi por siete, de un millón a casi siete millones de unidades. Explicó que la inversión interna del país asiático cambió de orientación: cayó la inversión en vivienda por el descenso de nacimientos y se incrementó de manera acelerada la inversión en activos manufacturados. En Latinoamérica, Brasil fue el único país que registró superávit con China, mientras que México y Argentina mostraron déficits significativos. En el caso argentino, el déficit total llegó a USD 9.000 millones y el déficit en manufacturas de origen industrial alcanzó los USD 16.000 millones. El análisis del acero mostró un panorama aún más contundente. China redujo su consumo interno en un 17% porque disminuyó la construcción, pero aumentó sus exportaciones. En cinco años pasaron de 54 millones de toneladas a 132 millones. Ese volumen duplicó el consumo total de acero de toda América Latina. Las exportaciones chinas hacia la región crecieron de seis a diecisiete millones de toneladas y hoy un quinto del acero consumido en Latinoamérica provino del país asiático. Berardi destacó que el mundo respondió con más de 1.000 medidas de defensa comercial contra China, de las cuales cerca de 300 correspondieron al sector del acero. Señaló que aparecieron aranceles del 50% y del 100%, medidas inéditas desde la década del sesenta. Estados Unidos lideró esa reacción y luego se sumaron Canadá, México, Europa y Brasil con distintas herramientas. Consumo de acero en la Argentina En Argentina, el consumo aparente de acero cayó 32% en 2024 y mostró un rebote en 2025, con expectativas de crecimiento del 12% en 2026, si la economía crece entre 3% y 3,4%. Sin embargo, el sector todavía se encuentra en una fase de recuperación inicial. La encuesta Propymes, realizada a 235 empresas, mostró una visión poco optimista sobre facturación e inversiones, aunque con una fuerte decisión de mantener mano de obra calificada. Berardi señaló que las importaciones indirectas de acero se duplicaron respecto de 2017-2019, pasando de 56.000 toneladas por mes a más de 101.000, con un crecimiento fuerte de la presencia china: de 18% a 32%. Mencionó penetración creciente en galpones, silos, estanterías, heladeras, cocinas y lavarropas. Finalmente, planteó que el país enfrenta desafíos para 2026: competitividad interna, necesidad de inversión en tecnología, reformas impositivas que no penalicen la agregación de valor, una reforma laboral que reduzca la litigiosidad y la informalidad y una estrategia de integración internacional definida y políticas para el ingreso de manufacturas chinas. También indicó que la cadena de valor necesita condiciones estables para invertir.
Ver noticia original