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  • Frigerio: “Se puede gobernar con sentido común, gestionar sin plata y ordenar el Estado”

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 08/12/2025 16:50

    El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, afirmó a AIM que “no son dos años de una gestión de gobierno, sino dos años de una decisión colectiva”, y señaló: “No sin esfuerzo, estamos recorriendo un camino de orden, previsibilidad y responsabilidad, y se trata una decisión que ratificamos hace poco más de un mes, cuando la sociedad dio una clara muestra en las urnas de que no quiere volver atrás, incluso cuando el contexto económico es el más difícil de las últimas décadas”. -- ¿Cómo evalúa este segundo año de mandato? -- Este segundo año de mandato lo evalúo, ante todo, como la confirmación de que el rumbo por el que elegimos avanzar los entrerrianos en 2023 empieza a mostrar sus frutos. No son dos años de una gestión de gobierno, sino dos años de una decisión colectiva. No sin esfuerzo, estamos recorriendo un camino de orden, previsibilidad y responsabilidad, y se trata una decisión que ratificamos hace poco más de un mes, cuando la sociedad dio una clara muestra en las urnas de que no quiere volver atrás, incluso cuando el contexto económico es el más difícil de las últimas décadas. A pesar de la caída histórica en la recaudación y de la delicada situación en la que recibimos la provincia en términos de infraestructura, educación, desarrollo productivo y funcionamiento del Estado, no bajamos los brazos. Y en estos dos años logramos demostrar que se puede gobernar con sentido común, que se puede gestionar sin plata, que se puede ordenar el Estado y que cada peso puede ir a donde tiene que ir. Y, sobre todo, que cuando la política se ajusta –como corresponde–, la sociedad empieza a recuperar la confianza. El Estado hoy está más ordenado, es transparente y está administrado con austeridad. Todo lo que hicimos –desde reactivar obras hasta bajar impuestos en términos reales, intervenir el Iosper, ordenar la Caja de Jubilaciones y Pensiones, simplificar los trámites, defender los recursos de la provincia en la Corte Suprema de Justicia y acompañar al sector productivo– muestra que, cuando hay prioridades bien definidas y reglas claras, la provincia avanza. Ese es nuestro espíritu: hacer las reformas de fondo que la provincia necesita, sin especulación y sin mirar el costo político. Hoy no está en agenda una posible reforma de la Constitución, pero no descartamos ninguna herramienta que ayude a consolidar el rumbo por el que estamos avanzando hace ya dos años. Gobernador de Entre Rìos, Rogelio Frigerio. Este segundo año de mandato pudimos demostrar que el esfuerzo vale la pena y que, cuando hay orden, transparencia y decisión, la provincia se mueve y el futuro con el que tanto soñamos empieza a quedar un poco más cerca.-- Este año consolidamos un cambio profundo en la forma de gobernar Entre Ríos: ordenamos, priorizamos y reorientamos los recursos hacia lo que verdaderamente importa, lo que transforma la vida de la gente. Cuando un Estado deja de beneficiar a unos pocos y empieza a trabajar con reglas claras, prioridades y transparencia, los resultados aparecen. Y eso fue lo que pasó en Entre Ríos.Lo primero que hicimos fue cortar con décadas de privilegios y opacidad. Eliminamos los gastos reservados, recortamos drásticamente el gasto político, transparentamos cada centavo y resolvimos casos que estaban cajoneados hacía décadas. Ese cambio cultural —pasar de un Estado que escondía a un Estado que rinde cuentas— es la base sobre la que construimos todo lo demás.Paralelamente, volvimos a poner a la producción y al trabajo en el centro del desarrollo. Entendemos que el sector privado no puede financiar la ineficiencia del Estado. Por eso bajamos la presión fiscal actualizando todos los impuestos por debajo de la inflación, eliminamos más de 100 tasas, damos incentivos y facilitamos el acceso al crédito como nunca antes. El Régimen de Incentivo a Nuevas Inversiones (RINI) ya demostró su impacto: inversiones que antes no llegaban hoy se están radicando en Entre Ríos porque entienden que esta provincia decidió apostar al desarrollo, al arraigo y al empleo privado. Ya vamos más de 150 millones de dólares comprometidos en el marco de este régimen.La educación volvió a ser una prioridad de verdad. Empezamos por recuperar los edificios escolares que se encontraban en estado crítico, y pusimos foco en la alfabetización y en el vínculo entre la educación y el trabajo. Implementamos un plan basado en la evidencia para garantizar que cada chico aprenda a leer y comprender lo que lee. Revalorizamos el rol del docente, definimos prioridades claras. La educación ahora es el puente entre el presente y el empleo del futuro.También dimos vuelta la página en lo que había sido uno de los símbolos del abandono: el Estado lento, viejo y burocrático. Digitalizamos procesos, simplificamos trámites y empezamos a construir un Estado ágil, accesible y transparente. Un Estado que deja de ser un obstáculo para convertirse en un aliado de la producción y de los ciudadanos.Ordenamos algo que durante el kirchnerismo se había desvirtuado por completo: las políticas sociales. Terminamos con intermediaciones opacas y con comedores manejados como cajas políticas. La política social ya no es un premio para el puntero: es una herramienta de dignidad.Hoy los recursos llegan donde tienen que llegar; hay más presencia del Estado en la calle; la policía volvió al territorio; fortalecimos la seguridad con equipamiento real, cámaras, chalecos, patrulleros y controles.La obra pública es, probablemente, el punto donde la diferencia entre el pasado y el presente es más visible. Las obras dejaron de ser sinónimo de sobreprecios, licitaciones a medida y corrupción. Regularizamos la deuda que heredamos, reactivamos obras que estaban completamente paralizadas y, por primera vez en décadas, estamos construyendo una cartera unificada de proyectos con planificación, previsibilidad y participación del sector privado. Ya mejoramos un tercio de las escuelas, un tercio de las rutas y un tercio de los hospitales de la provincia. Cada peso invertido hoy deja un activo real y tangible para los entrerrianos, no una factura inflada para algún amigo del poder.Y todo esto lo hicimos en un contexto de caída histórica de recursos.Los logros de este año no se explican por gastar más, sino por gastar mejor; por haber recuperado la capacidad del Estado de hacer, de planificar y de rendir cuentas. Y así, empezamos a devolverle a la gente la confianza en las instituciones, luego de años de promesas vacías.-- Los entrerrianos confiaron en nosotros, después de más de veinte años de ser gobernados por un mismo signo político, para corregir lo que nadie se había animado a corregir y encarar cambios postergados por décadas. La gente decidió que las cosas se hicieran de manera distinta, y una buena parte de esas transformaciones ya las concretamos en estos primeros dos años.Por ejemplo, ordenamos la Caja de Jubilaciones, para garantizar el 82 por ciento móvil de manera sostenible, sin parches y sin comprometer el futuro de todos. También intervenimos el Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper), impulsando transparencia, controles reales y mejoras de calidad en la atención, e impulsamos la creación de la Obra Social de Entre Ríos (Oser), lo que nos permite garantizar una administración responsable, transparente y eficiente de los recursos de la obra social.Cambiamos por completo la cultura del Estado: de un Estado grande, ineficiente y al servicio de la política, pasamos a un Estado que administra con método, cuida cada peso y acompaña a quien invierte, produce y genera trabajo, bajando los impuestos en términos reales, simplificando trámites y con herramientas concretas como créditos y el RINI, un régimen de incentivos gracias al cual ya hay más de 150 millones de dólares en inversiones comprometidas en la provincia.El cambio no se agotó ahí, sino que avanzamos en otras transformaciones estructurales que se venían postergando: obra pública transparente y ordenada, con licitaciones abiertas, competencia real y planificación; acceso a la información pública, para que cada entrerriano sepa cómo se administra su dinero; una ley de transición de gobierno, que garantiza previsibilidad institucional más allá de quién gobierne; reducción del gasto político mediante la creación de la figura de planta de gabinete, y un sistema de ingreso a planta permanente por concurso público, abierto y transparente, para poner en valor el empleo público y terminar para siempre con los acomodos.Ese es nuestro espíritu: hacer las reformas de fondo que la provincia necesita, sin especulación y sin mirar el costo político. Hoy no está en agenda una posible reforma de la Constitución, pero no descartamos ninguna herramienta que ayude a consolidar el rumbo por el que estamos avanzando hace ya dos años.Nuestro compromiso es claro: hacer que el cambio que eligieron los entrerrianos sea profundo, sostenible y duradero, más allá de los nombres propios y de cualquier gobierno de turno.-- Si tuviera que resumirlo en una frase, diría: ya demostramos que Entre Ríos podía cambiar; ahora vamos a demostrar que ese cambio puede perdurar.Después de ocuparnos de lo urgente, ordenar el Estado y recuperar su capacidad de planificar, invertir y rendir cuentas, ahora entramos en la fase más importante: consolidar todo lo que ya pusimos en marcha y convertir estos avances en un estándar permanente de gestión, que no dependa de una coyuntura ni de un nombre propio.Se trata no sólo de sostener lo hecho, sino de escalar lo que funciona y afianzar las transformaciones que Entre Ríos necesita para despegar definitivamente: más infraestructura estratégica, más acompañamiento a la producción, más competitividad, más Estado moderno y más oportunidades para los entrerrianos.Consolidar el equilibrio de las cuentas del Estado y seguir modernizando las áreas donde aún persisten prácticas obsoletas.Recuperar por completo la infraestructura con mejores rutas, caminos rurales, puertos y obras en escuelas y hospitales.Ampliar el impacto del RINI con más sectores alcanzados, más inversiones comprometidas y más fuentes de trabajo generadas.Seguir aliviando la presión impositiva y el costo de la energía para cuidar a los sectores productivos y que la carga de las crisis que puedan existir no vuelva a caer siempre sobre ellos.Consolidar un cambio cultural en el empleo público basado en concursos transparentes, profesionalización y fin de los acomodos.Profundizar las reformas estructurales que encaramos –la obra social, la Caja de Jubilaciones, el sistema de compras y contrataciones.Seguir defendiendo el federalismo y los recursos que le corresponden a nuestra provincia.Profundizar el cuidado a los que más necesitan y sostener la presencia del Estado donde tiene que estar.Fundamentalmente, tenemos que convertir estos dos primeros años en un verdadero punto de inflexión, para que la provincia no vuelva nunca más al desorden, la improvisación, el clientelismo ni los privilegios.Entre Ríos ya está en movimiento, y ahora se abre una etapa de consolidación y crecimiento. Los entrerrianos ya elegimos ratificar este camino hace poco más de un mes. Ahora tenemos que profundizarlo con planificación y decisión.

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