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  • Las ventas minoristas de las pymes se desplomaron en noviembre

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 08/12/2025 16:34

    A pesar de un escenario de mayor certidumbre tras las elecciones legislativas, las pequeñas y medianas empresas volvieron a registrar una caída del consumo, a nivel interanual y mensual. Las ventas minoristas de las pymes cerraron noviembre con una caída interanual del 4,1 por ciento. La baja fue generalizada a la mayoría de los rubros y pese a un panorama presente desfavorable, marcado por la resignación de consumos no esenciales, los comercios mantienen expectativas positivas. De acuerdo con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), en la comparación mensual desestacionalizada, la variación fue de -9,1 por ciento. Vale recordar que en octubre se había observado un repunte de 2,8 por ciento en relación a septiembre luego de 6 meses consecutivos de caída. De este modo, en lo que va del año, las ventas acumulan un incremento interanual del 3,4 por ciento. En tanto, al evaluar la situación económica actual de los comercios, el 54,2 por ciento de los encuestados por la entidad indicó que se mantiene estable en la comparación interanual. Sin embargo, un 37 por ciento percibió un deterioro, cuatro puntos porcentuales más que en octubre, lo que revierte parcialmente la mejora en las expectativas registrada el mes previo. De cara al próximo año, el 48,6 por ciento anticipa una mejora en el panorama, mientras que el 43,7 por ciento prevé que la situación continuará igual y apenas el 7,7 por ciento espera una evolución negativa. En lo que refiere al clima de inversión, el 60,1 por ciento considera que el contexto actual es desfavorable para concretar desembolsos de capital; solo el 14,6 por ciento lo ve como un buen momento y el 25,2 por ciento aún no tiene una posición definida. “El cierre de noviembre consolida un escenario de consumo dual, donde la restricción presupuestaria y el agotamiento de los límites de financiación profundizaron la brecha entre la demanda de bienes esenciales y los consumos postergables. La actividad operó bajo una lógica de transición, caracterizada por una fuerte cautela operativa que frenó las decisiones de inversión en el corto plazo ante la incertidumbre de los costos y la competencia”, señaló Came. “No obstante, el dato distintivo radica en el desacople entre la coyuntura actual y las expectativas: pese a la contracción de los márgenes y el deterioro en la percepción del presente, el sector comercial sostiene una proyección optimista para el próximo año, apostando a un reordenamiento de las variables que permita reactivar la demanda interna”, añadió. En el análisis sectorial, seis de los siete rubros relevados registraron descensos en las ventas interanuales, con las caídas más pronunciadas en Perfumería (-17 por ciento), Bazar y decoración (-9,7 por ciento) y Alimentos y bebidas (-5,9 por ciento). El único segmento que mostró crecimiento fue Farmacia, con un incremento del 1,8 por ciento. Según el informe de Came, el sector de perfumería se vio especialmente afectado por la aceleración inflacionaria, que impactó en los precios y generó una caída mensual del 14,6 por ciento, atribuida a la estacionalidad negativa tras el pico de ventas por el Día de la Madre en octubre. “Desde la oferta, el escenario se describió como incierto debido a la falta de políticas claras para la industria sectorial. Los referentes del rubro señalaron problemáticas vinculadas a la desregulación en el ingreso de mercadería importada, advirtiendo sobre la falta de controles efectivos que generan asimetrías competitivas en el mercado interno”, destacaron. En el caso de bazar y decoración, la contracción se explicó principalmente por las restricciones en el financiamiento y el encarecimiento del crédito para bienes durables. Los consumidores priorizaron gastos esenciales y postergaron la compra de equipamiento, mientras que la insuficiencia de límites en las tarjetas de crédito y la ausencia de cuotas sin interés limitaron las operaciones de mayor valor. Los comerciantes identificaron las tasas de interés como el principal obstáculo para la rotación de inventarios y recurrieron a liquidaciones y adelanto de exhibición de productos de temporada, con la expectativa de que diciembre represente una oportunidad para revertir la tendencia negativa. En alimentos y bebidas, la pérdida de poder adquisitivo y la persistencia de la inflación en la canasta básica condicionaron la demanda, que se orientó casi exclusivamente a productos esenciales y segundas marcas. Aunque la incertidumbre política disminuyó luego de las elecciones legislativas, la falta de liquidez impidió una recuperación del consumo masivo. Los comerciantes reportaron una compresión de los márgenes de rentabilidad por el aumento de los costos fijos y operativos, y destacaron la influencia de las plataformas de delivery y la competencia por precios. Las estrategias se centraron en adelantar la oferta de productos navideños para estimular la demanda, describiendo noviembre como un mes de transición con la mirada puesta en la temporada festiva. Por el contrario, el desempeño positivo de farmacias respondió a factores estacionales como la amplitud térmica y el aumento de cuadros alérgicos, que sostuvieron la venta de medicamentos bajo receta. No obstante, la demanda se mantuvo racionalizada, ya que los consumidores limitaron la compra de artículos de perfumería y cosmética para asegurar el acceso a tratamientos esenciales ante la actualización de precios. Desde la oferta, la principal dificultad radicó en la tensión financiera generada por los plazos de cobro de las obras sociales y la burocracia administrativa, lo que obligó a implementar controles estrictos de stock y priorizar la eficiencia operativa para no comprometer la rentabilidad frente al aumento de los costos de los medicamentos.

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