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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 08/12/2025 13:40
Australia “Nací en Buenos Aires, pero cuando tenía un año mis papás se separaron y ya para los tres años estábamos instalados con mi mamá y mi hermano en Gualeguay. Desde ese momento, mi vida fue siempre en continuo movimiento. Pasaba nueve meses entre la calidez del sol mesopotámico, el olor a tierra mojada mezclada con bosta de caballo, las largas siestas tan odiadas por los pequeños, las tardes de escondidas en la calle, los cuentos y los chismes. Luego, otros tres meses recibiendo el impacto de luces, el traqueteo de los motores, el ritmo de la gente caminando por la calle como si no hubiese mañana. Los incesantes estímulos que me golpeaban y envolvían cual olas. Creo que el germen de viajar ya estaba ahí. Ads Fuerteventura- Me pasé toda la niñez y la adolescencia fantaseando con viajar por el mundo: entraba al Encarta y me pasaba horas explorando el atlas geográfico, buscaba fotos en enciclopedias, le preguntaba a mi familia en dónde habían estado, cómo se veía, cómo se sentía. Quería saberlo todo. Un día, creo que tenía unos 15 o 16 años, llegó a mis manos el libro Comer, Rezar, Amar. Recuerdo estar en la cama, leyendo: “Si eres lo suficientemente valiente para dejar atrás todo lo familiar y reconfortante, emprender un viaje de búsqueda de la verdad, ya sea externa o interna; y si estás dispuesto a considerar todo lo que te sucede en la aventura como una pista; aceptas a todos los que te encuentres en el camino como maestros; y lo más importante, si estás preparado para enfrentar y perdonar algunas realidades muy difíciles acerca de ti; entonces la verdad no te será ocultada”. En ese momento supe que, en cuanto terminara la facultad, iba a viajar por el mundo. Singapur. Así que tras finalizar la carrera de Ciencias de la Comunicación y dejar mi puesto en una multinacional, me fui a trabajar como instructora de windsurf a Fuerteventura, isla canaria de España. Al principio fue difícil, el sitio me parecía inhóspito, no lograba hacerme de amigos y el trabajo era muy físico. Con el tiempo, empecé a ver con otros ojos la isla. Me enamoré de ella. Y lo que en principio iban a ser solo 3 meses se convirtieron en casi dos años. Es mi base, y en temporada baja (cuando no tenemos viento) me escapo a otros lugares. Recorrí España, Italia, Francia, Tailandia, Singapur, Australia y, actualmente, me encuentro en Brasil enseñando wingfoil y entrenando para mí misma. En Australia Cada lugar me permitió ver algo nuevo. Las personas que vas conociendo, su forma de experimentar el mundo, te hacen mirar la vida de otra manera. Llegué a conocer personas que recorrieron más de 50 países y otras que nunca salieron de su pueblo porque no necesitan nada más para ser felices. Personas que se quedaron porque se enamoraron. Personas que se fueron porque les rompieron el corazón. Personas que lo tenían todo y, sin embargo, se sentían vacías. Personas que no tenían nada y ahora tienen más de lo que pueden contar. Entendí que hay mil maneras de transitar este camino y todas son válidas siempre y cuando sean coherentes con tu brújula interna. Las playas de Tailandia, el color del agua de Fuerteventura, la comida de Italia y las olas de Australia son postales que guardo como si fueran pequeños talismanes. Pero, con el tiempo, entendí que viajar nunca fue —al menos para mí— acumular paisajes, sino permitir que cada lugar me devolviera una parte de mí misma que aún no conocía. Y porque creo que las historias compartidas también pueden ser un puente para otros, decidí crear mi propio espacio: un blog (www.modern-flaneur.com) donde escribo sobre mis viajes, mis aprendizajes y las pequeñas revelaciones que me regala cada lugar.” En Tailandia Ads
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