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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 07/12/2025 06:50
Un intento de robo en un domicilio, el hurto de un medidor de agua y un asalto a punta de pistola a una vecina que regresaba del trabajo con su moto, encendieron nuevamente la alarma en los barrios Las Tejas, Villa Adela y zonas cercanas. Los hechos ocurrieron este miércoles 4 de diciembre al mediodía y expusieron una preocupación que arrastran desde hace meses. Despertar Entrerriano se comunicó con los vecinos de la zona y con la sub jefe de la Jefatura Departamental, Liliana Miño, para conocer cómo avanza la situación, cuál es la respuesta oficial y de qué manera se están organizando para enfrentar la inseguridad. Declaraciones de los vecinos Los relatos de los vecinos coinciden en que la escalada no es nueva. Aseguran que desde julio viven una seguidilla de robos con patrones repetidos: individuos que ingresan por los fondos de las casas, cortan alambrados, sustraen herramientas, garrafas, materiales de construcción y cualquier elemento al alcance, muchas veces mientras las familias duermen. Una vecina recordó que durante una noche de tormenta “eran tres tipos, hasta los perros no reaccionaron”, y que recién al revisar las cámaras entendieron cómo habían entrado sin que nadie lo notara. En respuesta a esa acumulación de episodios, la comunidad organizó un sistema propio de vigilancia. Reforzaron muros, instalaron alarmas y cámaras y establecieron patrullajes nocturnos rotativos que recorren la zona en una camioneta entre la medianoche y la madrugada. A este esquema lo complementa una red privada de cámaras que ya supera las setenta unidades y que costean íntegramente los habitantes del barrio. “Pagamos todo”, repiten, convencidos de que no tienen otra alternativa ante la falta de respuestas rápidas. Explicaron además que el patrullaje civil sale únicamente cuando observan por las cámaras que no hay presencia policial y que cualquier movimiento sospechoso se informa en un grupo de WhatsApp en el que monitorean la zona las 24 horas. La preocupación volvió a dispararse este miércoles, cuando cerca del mediodía un hombre intentó ingresar a una vivienda y poco después sustrajo un medidor de agua antes de escapar hacia Benito Legeren. Según el testimonio de los vecinos, fue visto corriendo hacia el predio de la fábrica EGGER, donde se perdió en el monte mientras un móvil policial intentaba alcanzarlo. Mientras los oficiales tomaban fotografías del lugar del primer hecho, otro episodio agravó la tensión: una persona armada asaltó a una mujer que regresaba en moto de su trabajo. Le apuntaron con un revólver, hurtaron y huyeron; “Estamos completamente desamparados. El personal policial no alcanza, los móviles no alcanzan. Nos roban en nuestras narices”, expresó una de las vecinas, angustiada por la violencia del último robo y por el horario en que ocurrió, justo cuando muchos chicos vuelven de la escuela por esa misma calle. En paralelo a los nuevos hechos, volvieron a aparecer reclamos pendientes desde hace un tiempo, especialmente en relación al área de Electrotecnia de la municipalidad. Los vecinos señalaron que solicitaron recambio de luminarias y mejoras de iluminación en sectores como el barrio San Jorge, donde la oscuridad favorece los movimientos de quienes, aseguran, ya han sido registrados en cámaras abriendo containers y retirando materiales de obra. “Hay postes que no funcionan y zonas enteras que quedan totalmente oscuras. Así es imposible”, explicaron, y remarcaron que el pedido administrativo “va y viene” sin resoluciones. Por otra parte, insisten en que los autores de los hechos serían “los mismos seis de siempre”, ligados a familias del asentamiento Benito Legerén. Dicen tenerlos identificados mediante filmaciones y denuncias anteriores, pero lamentan la falta de avances en la fiscalía. Una vecina afirma: “Yo le di la cara, nombre y apellido de los que entraron a mi casa con las cámaras. Ninguno está preso”. Según su relato, en Fiscalía les explicaron que en algunos casos no es posible avanzar con medidas más duras porque se trata de jóvenes. En las últimas reuniones barriales, el grupo de vecinos trasladó pedidos concretos a las autoridades policiales y municipales. Una de las referentes explicó que solicitaron mayor personal, refuerzos de móviles y presencia sostenida de la motorizada y la montada. “Planteamos que la cantidad de oficiales en la comisaría de Villa Adela es poca y hay un solo móvil. Pedimos más refuerzos, sobre todo de motos y caballos para recorrer las calles, porque a veces con la camioneta no se puede entrar a los montes donde se escapan”, relató. También insistió en la necesidad de mantener el enlace permanente con los efectivos: “Cuando bajás la guardia aparecen. Queremos medidas de seguridad claras y estar en comunicación todo el tiempo con la policía”. Respuesta oficial de la Policía Intentamos comunicarnos directamente con el comisario de Villa Adela para conocer su versión sobre los hechos, pero no se obtuvo respuesta. Ante esto, se realizó una consulta al número oficial de la comisaría (0345 429-1234), donde informaron que las investigaciones por el robo de la moto y el medidor “las maneja todo el oficial”, quien se encuentra realizando tareas investigativas con cámaras y otros recursos para intentar esclarecer los hechos. Desde la Sección Montada y Canes confirmaron que en los últimos días reforzaron su despliegue en la zona. Su jefe, Roberto Szylo, explicó que se realizaron recorridas conjuntas con la Comisaría Frigorífico Yuquerí y Comisaría Villa Adela, utilizando dos efectivos montados y un móvil para fortalecer la prevención. Aclaró que estos operativos, supervisados por la División Operaciones y Seguridad Pública, apuntan a evitar nuevos delitos y permitir una intervención inmediata ante cualquier situación conflictiva. La subjefa de Jefatura, Liliana Miño, también se refirió al hecho que mayor preocupación generó entre los vecinos. Confirmó que el jueves 4 de diciembre, cerca del mediodía, una mujer que circulaba en su moto por un camino vecinal del barrio Las Tejas fue sorprendida por “un masculino con el rostro completamente tapado, del que solo se le veían los ojos”, quien la apuntó con un arma de fuego y le exigió la entrega del vehículo. La víctima se vio obligada a dárselo y el agresor huyó del lugar “en marcha”. Miño señaló que la investigación está en curso y que se está trabajando “con todas las herramientas y recursos disponibles”, destacando el rol de la tecnología y el apoyo inmediato del área de Investigaciones. Indicó que ya cuentan con avances que permiten orientar la identificación del sospechoso, aunque el rostro cubierto dificulta el proceso. Detalló que se analizan filmaciones y se busca establecer por qué sector ingresó el autor, si pertenece a la zona y cuáles fueron sus movimientos posteriores. Respecto a la presencia policial, remarcó que los patrullajes no se detuvieron: “Las jurisdicciones tienen un móvil o dos y a veces se pide colaboración a la zona vecina; se trabaja”, afirmó. También destacó el aporte de los vecinos: “Nos prestan las cámaras, nos permiten el ingreso; eso es muy valioso”, aunque aclaró que no se espera que los civiles reemplacen la labor policial, sino que colaboren con información para acelerar las intervenciones. La subjefa agregó que en fechas cercanas también se registró la sustracción de un medidor de agua en el mismo sector. Aunque el damnificado no radicó la denuncia, la causa se inició de oficio y la Policía recuperó seis medidores en distintos puntos de la ciudad, uno de los cuales podría corresponder al caso. Para confirmarlo, necesitan que un representante pueda identificarlo formalmente. Finalmente, Miño sostuvo que comprenden la preocupación de los vecinos y que el objetivo principal es esclarecer los hechos y recuperar la moto sustraída. “Entre todos podemos ponerle frente y demostrar al delincuente que nunca se está solo”, afirmó, subrayando que, aunque el hecho ya ocurrió, se trabaja para que el responsable sea identificado y enfrente la correspondiente condena judicial. Fuente: Despertar Entrerriano
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