Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Antártida: de la primera misa en el continente blanco a la iglesia católica más austral del mundo

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 06/12/2025 07:08

    Otra imagen de la Capilla Nuestra Señora de las Nieves, base Belgrano II (Foto: gentileza Héctor Ochoa) La primera iglesia de culto católico de la Antártida es la Capilla San Francisco de Asís, cuya apertura oficial tuvo lugar el 28 de febrero de 1976 en la base Esperanza. Esta estación científica, inaugurada en diciembre de 1952 en el extremo norte de la península antártica, se destaca por ser la única que alberga familias, y fue precisamente en ese templo donde se celebró el primer casamiento religioso y el primer bautismo en el continente blanco. Aunque esta capilla es la más antigua, la historia de la iglesia católica en el sexto continente comienza varias décadas antes. El verdadero hito fundacional ocurrió el 20 de febrero de 1946 en el observatorio ubicado en la isla Laurie de las Orcadas del Sur, cuando el jesuita Felipe Lérida bendijo las instalaciones y ofició, tras levantar una cruz de madera de 8 metros de altura, la primera misa en suelo antártico, en la base científica argentina pionera instalada en la región: la base Orcadas. Capilla Stella Maris de la Base Orcadas, primera instalación científica argentina (Foto: gentileza dotación 121 Base Orcadas) En aquella jornada histórica, el padre Lérida entronizó la imagen de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján y envió un telegrama al Papa Pío XII: “Celebrada primera misa, erigida Cruz, establecido culto Virgen María, Continente Antártico, Islas Orcadas, Rep. Argentina. Solicita bendición Padre Lérida, jesuita, Bs. As.”. Durante las siguientes tres décadas y hasta la inauguración de la Capilla San Francisco de Asís –la más antigua de la Antártida–, el continente permaneció sin templos permanentes. La historia de la iglesia católica en el sexto continente se remonta a la década del 40 (Fotos: archivo DEF) De Orcadas a Petrel, las siete capillas católicas antárticas argentinas En la actualidad, la Argentina cuenta con siete bases científicas permanentes en territorio antártico. Cada una de ellas tiene un espacio dedicado a la religiosidad, construido por los integrantes de las dotaciones durante las invernadas. De algunas, no hay demasiada información. Ese es el caso de la Capilla Stella Maris de la Base Orcadas; Cristo Caminante, levantada en la base San Martín, primera instalación argentina en territorio continental antártico fundada en 1951, y de San Pablo Apóstol de la base Carlini, ubicada en la península Potter de la isla 25 de Mayo, del archipiélago de Shetland del Sur. Otras tienen características particulares. En la base Marambio, inaugurada en 1996, se encuentra la capilla de la Santísima Virgen de Luján, que cuenta con una réplica de su imagen traída desde el santuario original y con un solideo y un rosario donados por el Papa Francisco, que están resguardados en un cofre de madera con cubierta de cristal. Excavada en el hielo, en la base Belgrano II, esta capilla se ubica a 1300 km del Polo Sur Quizás la estrella de las capillas antárticas sea Nuestra Señora de las Nieves, en la base Belgrano II, el templo más austral del mundo, que está excavado en el hielo y rodeado de túneles que se utilizan para almacenamiento, entre otras cosas. La capilla del fin del mundo posee dos crucifijos, un altar con la imagen de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina, unas pocas sillas y, desde febrero de 2024, una imagen de Mama Antula, la primera santa argentina. Y el más reciente, inaugurado en el año 2023 en el marco de la reconstrucción de la base Petrel, es el Oratorio Santo Cura Brochero. El conocido como “cura gaucho”, sacerdote católico canonizado en 2016, que dedicó su vida a los pobres y enfermos, tiene hoy su templo, al pie del glaciar Rosamaría en la rada Petrel. El denominado oratorio por su pequeño tamaño fue construido en la vieja y deteriorada casa de botes y cuenta con un poncho bendecido del santo y una escultura de él donada por el artista Julio Incardona. Otra imagen de la Capilla Nuestra Señora de las Nieves, base Belgrano II El Papa Francisco y la Antártida A pesar de no haber visitado el continente blanco, la figura del Papa Francisco dejó una marca significativa en las dotaciones de las bases antárticas argentinas, que se puso de manifiesto tanto en hitos conmemorativos como en los gestos personales de cercanía. La capilla pionera San Francisco de Asís, por ejemplo, fue escenario de varios hitos en honor al Pontífice: en 2013, se celebró la primera misa de acción de gracias tras el nombramiento de Jorge Mario Bergoglio como papa. Posteriormente, en marzo de 2014, al cumplirse un año del pontificado, se inauguró el campanario más austral del mundo en homenaje al Papa Francisco. A la vez, durante la ceremonia de la Eucaristía del Miércoles de Ceniza, la dotación de base Esperanza participó de la colocación de un solideo del Papa en una urna de cristal. Finalmente, en noviembre de 2014, el Capellán Mayor del Ejército Argentino entregó a la dotación argentina para el 2015 una reliquia de San Francisco de Asís destinada al templo. Otro hecho significativo que dejó huella fue, cuando en el año 2015, Francisco respondió a una solicitud por correo electrónico del suboficial Gabriel Almada y contactó telefónicamente a la dotación de la base Marambio para ofrecerles un saludo de Pascua, llamado que produjo una profunda emoción en todo el personal. Capilla Cristo Caminante, base San Martín, fundada en 1951, primera instalación argentina en territorio continental antártico Un refugio espiritual en el fin del mundo Lejos de ser simples construcciones o lugares de culto, estos templos son primordiales para la conexión espiritual de las comunidades antárticas. De hecho, no solo nuestro país tiene presencia católica en el sexto continente. Cuentan con capillas también Chile, Estados Unidos, Bulgaria, Ucrania, Rusia y Francia. Aunque a menudo queda en segundo plano ante las rigurosas actividades científicas y logísticas, la dimensión espiritual en la Antártida resulta crucial para quienes residen y trabajan en la región polar. Estos espacios de recogimiento, independientemente de la fe profesada, se convierten en verdaderos refugios y puntos de reflexión en uno de los entornos más aislados e implacables del planeta. Estas instalaciones, pequeñas y sobrias, ofrecen un soporte emocional esencial para quienes pasan un año entero separados de sus seres queridos y ayudan a poner en valor la experiencia comunitaria y fraternal.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por