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Parana » Informe Digital
Fecha: 04/12/2025 18:49
La publicación del nuevo dato oficial de pobreza volvió a poner en foco la forma en que se mide, tras la advertencia de la UCA de que la caída de la tasa informada por el Indec responde en mayor medida a factores técnico-metodológicos que a una mejora real y marcada. El Observatorio de la Deuda Social (ODSA-UCA) de esa universidad no desconoce avances, pero sostuvo que las cifras sobrerrepresentaron el alivio social. Según el informe del Indec, las tasas de pobreza e indigencia en los principales centros urbanos durante el primer semestre de 2025 se ubicaron en 31,6% y 6,9% de la población, respectivamente. Se trata de una reducción notable frente al 52,9% y 18,1% registrados un año antes. “Siguiendo la metodología del Indec, la pobreza en el segundo trimestre de 2025 habría sido de 31,8%. Esto significa una baja muy importante de 9,5 puntos porcentuales desde el segundo trimestre de 2023. Sin embargo, si observamos la estimación con corrección de captación, la pobreza también se habría reducido, pero ‘solo’ en 2,1 puntos porcentuales, desde 33,9% en dicho período”, señaló el ODSA-UCA en su último estudio. “Esto sugiere que existió una baja real de la pobreza monetaria bajo la actual gestión, producto de la baja de la inflación, cambio en los precios relativos y fortalecimiento de la AUH-Tarjeta Alimentar. Lo mismo se observa a nivel de la tasa de indigencia (caída de 1 punto porcentual)”, precisó. “No obstante, en ambos casos, la caída en las cifras oficiales con respecto al período anterior al ajuste estaría sobreestimada por la medición, de tal forma que es posible que en torno a tres cuartas partes de la caída desde los niveles de 2023 se deban a un efecto estadístico”, agregó. En detalle, el ODSA explicó que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) —herramienta central para medir la pobreza y la indigencia monetaria— releva los ingresos personales y familiares de los hogares y los compara con el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT), actualizadas según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. La UCA señala que este mecanismo presenta problemas conocidos de subregistro y de no respuesta: muchas personas desconocen o no declaran la totalidad de sus ingresos, lo que conduce a una subestimación del ingreso real de los hogares y, por consiguiente, tiende a sobreestimar las tasas de pobreza e indigencia. “Si bien se han ensayado diferentes métodos para reducir este sesgo, no hay ninguno que se considere el más adecuado. En tanto el sesgo sea constante, puede haber un error de precisión en la medición, pero las comparaciones resultan fiables”, apuntó el estudio. En años recientes, la EPH mostraba —al contrastar sus datos con registros oficiales y encuestas a empresas— un subregistro de ingresos que se extendía de forma lenta pero persistente. No obstante, desde el cuarto trimestre de 2023 y el primero de 2024 el ODSA-UCA observó una reducción fuerte y sostenida de esa brecha, explicada por un aumento más acusado de los ingresos laborales y no laborales declarados en la EPH respecto de los captados por otras fuentes. “En principio, resulta plausible la hipótesis de que por razones técnico-metodológicas (cambio de cuestionario EPH, procesamientos adicionales, etc.) o socio-culturales (mejor registro de ingresos por parte de los hogares debido a la caída de la inflación, etc.) la EPH haya logrado revertir la tendencia anterior y mejorar sustantivamente su registro del nivel de ingresos de los hogares (aunque esto no haya implicado una menor no respuesta de ingresos)“, analizó el ODSA. Los datos más recientes indican que, desde el cuarto trimestre de 2024, se observó una mejora significativa en la captación de ingresos, es decir, en la recolección de información sobre cuánto perciben las personas y los hogares. De acuerdo con la UCA, la EPH hoy registra ingresos 16% más altos de los que habría captado con la capacidad de captación del segundo trimestre de 2018, y casi 17% por encima de lo que reflejaba en el tercer trimestre de 2023. La universidad concluye que, si bien hay mejoras evidentes, es necesario corregir parte del sesgo en la evolución de los indicadores. Además, advierte que el Indec debería acelerar la actualización de las canastas de referencia, evaluar el impacto de los cambios en los instrumentos de captación de ingresos y transparentar su efecto sobre las series históricas. Por otra parte, el Indec continúa calculando la CBT utilizando la estructura de gasto de los hogares relevada en la ENGHo 2004/2005, a pesar de que ya existen datos actualizados correspondientes a 2017/2018. Entre ambos períodos, los hogares aumentaron de manera significativa el gasto destinado a servicios. La UCA señala que, de adoptarse una actualización metodológica, la CBT sería considerablemente más alta en todos los años, lo que implicaría también una mayor incidencia de la pobreza. A su vez, una ponderación actualizada modificaría la evolución temporal de la pobreza, al reflejar con mayor precisión el impacto del aumento en los precios de los servicios desde la segunda mitad de 2024. En otras palabras, con una canasta más reciente, la pobreza habría crecido menos tras la devaluación de diciembre de 2023, pero su descenso en los trimestres siguientes habría sido más lento. Temas Relacionados pobrezaindigenciaúltimas noticiasucaodsaEconomía-Argentina
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