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  • El ascenso del Cabernet Franc: los secretos del creciente éxito de la cepa, según sus impulsores en Argentina

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 04/12/2025 15:00

    El Cabernet Franc logró los primeros 100 puntos Parker para un vino argentino en 2013, consolidando su lugar junto al Malbec en el país (Freepik) Alejandro Vigil, enólogo de Catena Zapata y El Enemigo, y actual Presidente de Wines of Argentina, no fue el primero en hacerlo, pero sí fue el gran impulsor del cepaje y el responsable de ponerlo de moda. Porque él vio en el Cabernet Franc lo que ninguno otro vio, una alternativa al Malbec. Y no porque estuviera buscando reemplazarlo, sino porque mientras empezaba a sorprender al mundo con los Malbec de Catena Zapata, y seguía “aprendiendo” con los Cabernet Sauvignon y Chardonnay, eligió el Cabernet Franc para plantar su propia bandera con los vinos de El Enemigo. Y eso es muy evidente, porque fue el primero en vinificarlo en diferentes regiones y con las más altas pretensiones, a diferencias de los otros que solo lo tenían como vino de un solo lugar. Y así fue como el Gran Enemigo de Gualtallary de la cosecha 2013, pateó el tablero ni más ni menos que en la publicación Robert Parker, logrando los 100 puntos. Justo el mismo año en el que esa prestigiosa plataforma, a manos del especialista Luis Gutiérrez, coronaba por primera vez con 100 puntos a un Malbec argentino. Y, por lo tanto, el logro alcanzó un mayor impacto, porque rápidamente lo puso a la misma altura de los Malbec, a pesar de la gran diferencia en la superficie plantada de ambas variedades y, por ende, de la cantidad de vinos. Pero Vigil sabía que el Cabernet Franc era plástico y no solo se adaptaba bien a diversos suelos, sino que además podía reflejar los lugares con la misma diversidad y gracia que el Malbec, pero con un carácter diferente. Viñas centenarias de Cabernet Franc todavía producen en Mendoza, el viñedo más antiguo en producción fue plantado en 1899 Se sabe que el futuro del Cabernet Franc está asegurado, porque con mucha menos superficie (y vinos) ha logrado llamar la atención más que muchas otras variedades que la superan en volumen y cantidad de etiquetas. La clave, puede estar en su fluidez y trago consistente, gracias a sus texturas incipientes. Aunque los hacedores insisten en que es su frescura sostenida la que conquista los paladares. Hoy, entre los pioneros y el empuje dado por Vigil, el Cabernet Franc continúa en auge, con cientos de etiquetas disponibles en el mercado. Sin embargo, se destacan más los que acusan cierta experiencia en su elaboración. Infobae entrevistó a varios de los hacedores, reconocidos como referentes de la variedad, para entender sus claves de éxito y el verdadero potencial que tiene la uva que sigue los pasos del Malbec. Federico Benegas posee vides centenarias de Cabernet Franc en su Finca Libertad. Ubicada sobre el lecho del Río Mendoza, donde en 1899 significaba para el viticultor tener agua asegurada en medio del desierto. Las raíces de esas plantas descienden hasta 4 metros de profundidad, y se preparan para entregar su 126º cosecha. Se cree que es el Cabernet Franc más antiguo del mundo. Otros pioneros reconocidos de la variedad son los hermanos Eduardo y Hugo Pulenta (Pulenta Estate). Actualmente hay cientos de etiquetas de Cabernet Franc en Argentina, la mayoría provienen de regiones como Valle de Uco y Maipú (Imagen Ilustrativa Infobae) La historia cuenta que su primer Cabernet Franc 2002; cosecha muy recordada como la mejor de las anteriores tres décadas; llegó al mercado como Pulenta Estate. Y si bien ese vino no se pudo replicar ni en 2003 ni en 2004, por cuestiones climáticas, en 2005 se mostró de tal manera que se convirtió en el primer Pulenta Gran Cabernet Franc. Y todo gracias a ese primer exponente de 2002 que enamoró a toda la familia. Por eso, más allá de su irrupción en el mercado local y de ponerse de moda, el Cabernet Franc ya era una variedad importante para la familia, y lo sigue siendo. Es más, es de las pocas bodegas que puede ostentar una vertical de más de 20 cosechas de un gran exponente de la variedad. Por su parte Andrea Ferreyra, enóloga de Finca La Celia, es una de las personas que más elabora Cabernet Franc en la Argentina, porque trabaja desde 2006 en una de las bodegas pioneras en el Valle de Uco y elaborando esa variedad. Otro personaje que hizo mucho en su carrera por el Cabernet Franc es Silvio Alberto. Y hoy, en Bodegas Bianchi, acaba de lanzar la nueva cosecha del Particular Cabernet Franc; 2023. También Pablo Richardi, al mando de los vinos de Flechas de los Andes desde 2004 tuvo mucho que ver con el auge de esta variedad, ya que desde 2007 lo utiliza en el gran vino de la casa, y más tarde no dudó en sumarlo como varietal a la línea ícono de la casa. Por último, Philippe Caraguel es un ingeniero agrónomo y enólogo argentino, hijo de franceses, actualmente a cargo de la enología de Bodega Atamisque, que elabora Cabernet Franc en varietal y también forma parte de su reconocido assemblage. Todos ellos analizaron el presente y el potencial del Cabernet Franc en su día internacional. 1. ¿Cuáles son las claves del éxito del Cabernet Franc en la Argentina? La superficie plantada de Cabernet Franc viene creciendo de forma constante, aun en un contexto de menor consumo general de vino Cuenta Federico Benegas, “el Cabernet Franc tiene una historia muy profunda en la Argentina, y en especial para nuestra familia. Fue introducido al país por Tiburcio Benegas, mi bisabuelo, a fines del siglo XIX, cuando impulsó la vitivinicultura moderna de Mendoza. Ese legado sigue vivo en nuestra bodega: en Cruz de Piedra, Maipú, conservamos un viñedo plantado en 1899, que es el Cabernet Franc en producción más antiguo del mundo. Son plantas prefiloxéricas, algo que es prácticamente imposible de encontrar hoy en día. Esa continuidad demuestra cómo la variedad se adaptó de manera natural a nuestro clima y nuestros suelos”. Cuenta Andrea Ferreyra que “hace 25 años, con poco más de 200 hectáreas cultivadas, el éxito del Cabernet Franc en Argentina era poco probable. No obstante, muchos productores, incluyendo a La Celia, apostaron a su potencial cualitativo, y hoy estamos viendo los resultados. A mi entender, el éxito radica en su riqueza aromática y en su gran capacidad de guarda. Es una cepa que refleja de manera muy transparente los diversos terruños argentinos, lo que permite producir vinos que varían desde versiones fluidas y modernas con taninos evidentes, hasta opciones más corpulentas y clásicas. Argentina ha logrado posicionar al Cabernet Franc, consolidándolo como un compañero ideal para el Malbec”. Alejandro Vigil en su bodega, reconocido por impulsar el Cabernet Franc desde proyectos como Catena Zapata y El Enemigo Por su parte, Silvio Alberto hace muchos años que lo elabora. “Recuerdo en 2003 haber descubierto un varietal sorprendente, de aromas y sabores muy expresivos, un vino amable para tomar en el corto plazo o para guardar. Además, con ese primer vino demostramos a los franceses que no solo era bueno para blends. Estoy seguro que con el Cabernet Franc la Argentina tiene un nuevo exponente varietal que le permitirá seguir creciendo y mostrar su capacidad de hacer otros vinos con la misma calidad y diversidad que el Malbec”. Pablo Richardi sabe muy bien que el Cabernet Franc se da principalmente en el Valle del Loire (Francia), una zona fría y lluviosa. “Por eso los de acá son muy diferentes a esos, porque provienen de climas cálidos como también los de Napa, Sudáfrica y Toscana, por ejemplo. Acá se manifiesta muy bien, con un estilo en el que predomina la elegancia por sobre la potencia. Recuerdo que la primera vez que lo hice, el peso en boca no era el mismo que del Malbec, y eso nos hacía dudar si sacarlo en nuestra línea ícono. Pero ese fue el éxito. A nivel mundial, nuestros Cabernet Franc ofrecen una alternativa diferente a los del Loire, mientras que acá también son una gran alternativa al Malbec. Silvio Alberto en los viñedos de Bodegas Bianchi, artífice de la consolidación del Cabernet Franc como variedad de alta gama Para Philippe Caraguel es clave que la superficie de Cabernet Franc sea acotada, porque eso significa que las uvas solo se destinan a vinos de gama media y alta, “por eso todos los exponentes que hay en el mercado expresan su máxima calidad posible”. 2. ¿Cree que se plantarán las hectáreas suficientes para explotarlo en el futuro? Federico Benegas considera que sí. “El crecimiento del Cabernet Franc es sostenido y ya no es una moda. La variedad rinde muy bien en distintas zonas del país —desde las históricas como Maipú hasta regiones frías de montaña— y además tiene un mercado sólido, especialmente en los segmentos de media y alta gama. No creo que vaya a ser un varietal masivo, pero sí va a crecer en los sitios donde realmente se expresa con nivel. Su consistencia y su buena recepción hacen que cada año, más productores apuesten por él”. Andrea Ferreyra destaca que el crecimiento de superficie plantada ha sido constante, según los datos del INV a diciembre de 2024. “Y, a pesar de la tendencia general de menor consumo de vinos, la estadística demuestra la solidez del crecimiento del Cabernet Franc. Por lo tanto, considero que, después del Malbec, esta variedad continuará plantándose en zonas que ofrezcan las condiciones óptimas (clima, suelo, agua) para su cultivo”. Federico Benegas entre los viñedos centenarios de Finca Libertad, donde se produce uno de los Cabernet Franc más antiguos del mundo Silvio Alberto destaca que la demanda de plantas de Cabernet Franc en los viveros viene creciendo, signo que todos están plantándolo en diferentes zonas y para distintos tipos de vino; jóvenes y de guarda. “Y si bien la crisis está retrasando sus expectativas de crecimiento, es el varietal que más crece en la Argentina. Y en épocas de apertura comercial, el Cabernet Franc está demostrando su potencial para conquistar nuevos merados”. Para Pablo Richardi “es un mal momento para crecer en hectáreas, pero sí se están transformando otras variedades en Cabernet Franc (injertando) por eso va a crecer su superficie de manera paulatina. Además, hay que tener en cuenta que el mercado del Cabernet Franc en el mundo es muy limitado, y a la Argentina le cuesta imponer una botella que no sea Malbec”. Philippe Caraguel cree en el potencial del varietal, pero como hay sobre oferta de vinos, no considera que la superficie crezca. “Sin embargo, como el Cabernet Franc es como es Cabernet Sauvignon, tiene plasticidad adaptativa. Philippe Caraguel es un ingeniero agrónomo y enólogo argentino, hijo de franceses, actualmente a cargo de la enología de Bodega Atamisque, que elabora Cabernet Franc en varietal Por eso, más allá de las zonas concentradas (Agrelo y Valle de Uco) ofrece la posibilidad de explorar otras zonas como la Zona Norte y Este de la provincia, sobre todo injertando en vides más productivas como Criolla, logrando vinos con otras cualidades, pero siempre con el perfil varietal presente”. Por otra parte, advierte que “si bien la desregulación y la desburocratización de la industria son bienvenidas, hay que tener cuidado con la trazabilidad para lograr mantener la genuinidad del varietal”. 3. ¿Le gusta más como varietal o en blends? Andrea Ferreyra supervisa el proceso de vinificación en Finca La Celia, destacada por su trabajo pionero en el Valle de Uco Para Federico Benegas “las dos expresiones funcionan muy bien, pero el Franc argentino tiene una personalidad tan marcada que como varietal es realmente sobresaliente. Por ese motivo en 2002 fuimos la primera bodega en Argentina en elaborar y fraccionar un Cabernet Franc puro. Fueron muy pocas botellas del Benegas-Lynch Cabernet Franc 2000. Este año elaboramos nuestra cosecha 25 de ese Cabernet Franc puro y la número 125 del viñedo. Expresa perfume, tensión y una elegancia natural muy difícil de replicar. En los blends aporta frescura y complejidad, pero como varietal muestra con claridad lo que la variedad ha sido en el país desde que Tiburcio Benegas la trajo por primera vez y la plantó en 1899”. Andrea Ferreyra confiesa, “en lo personal prefiero el Cabernet Franc elaborado como cepaje único”. Silvio Alberto está muy seguro, “sin dudas me gusta más como varietal, porque así lo descubrí hace 22 años y siento que refleja mejor su complejidad”. A Pablo Richardi le gusta “de las dos maneras. Como varietal me resulta sutil, elegante y fácil, ideal para beber más joven. Y en cortes, considero que el Malbec es el compañero perfecto para lograr vinos con potencia y elegancia, como lo venimos haciendo con el Flechas de los Andes Gran Corte desde 2007, sin dudas uno de los pioneros en ese blend. Pablo Richardi dirige la elaboración de vinos en Flechas de los Andes, donde el Cabernet Franc es clave en los blends de la bodega “Me encanta como varietal y también, el aporte que le da a los assemblages, me produce gran satisfacción”, asegura Philippe Caraguel. 4. ¿Cuál es la zona donde mejor se expresa? Según Federico Benegas, “hay grandes Cabernet Franc en varias regiones, pero para mí el punto de partida es Cruz de Piedra, Maipú, donde está nuestro viñedo histórico de 1899. Ese lugar demuestra desde hace más de un siglo que el Franc puede ser profundo, equilibrado y longevo en suelos aluviales y clima templado. Y en los últimos años también aparecen expresiones extraordinarias en Gualtallary, Los Chacayes y San Pablo, donde la altura y los suelos calcáreos aportan energía, precisión y frescura”. Según la enóloga Andrea Ferreyra, los distintos microclimas y composiciones de suelo en subregiones específicas del Valle de Uco realmente contribuyen a la diversidad y singularidad de los ejemplares de Cabernet Franc, ofreciendo interpretaciones genuinas de sus características distintivas. “Es fascinante observar cómo la misma variedad puede mostrar perfiles tan variados y auténticos dependiendo de su origen dentro del Valle de Uco”.

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