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Diamante » Neonetmusic
Fecha: 04/12/2025 11:53
El descubrimiento tuvo lugar este martes, alrededor del mediodía, en el sector del Camino Costero, un rincón habitual para los aficionados a la caña y el silencio del agua. El testigo, quien realizaba su rutina desde un rancho familiar, alertó de inmediato a las autoridades, desencadenando un despliegue policial que incluyó a efectivos de la Comisaría Décima, la Dirección Criminalística y especialistas de la Policía Científica. El cuerpo, recuperado sin ataduras ni pesos aparentes –posiblemente enredado en vegetación ribereña–, fue izado con cautela y transportado por Prefectura hasta la orilla para su examen inicial. La víctima, un varón de entre 30 y 40 años con barba prominente, vestía una remera roja bajo un pulóver azul y gris, junto a un pantalón negro desgastado, prendas que evocan la vida errante en las calles. Fuentes cercanas a la pesquisa indican que se trataría de un residente de Bajada Grande, en situación de vulnerabilidad social, cuya ausencia había sido notada por parientes en la misma barriada. Familiares, alertados por rumores en la zona, se presentaron en la comisaría para aportar datos: sabían de su deambular por los alrededores, pero no lo habían visto en un mes, con el último avistamiento confirmado apenas tres días atrás. Varias personas del vecindario contribuyeron con descripciones que apuntan a una identidad concreta, aunque la confirmación oficial pende de la autopsia en la morgue de Oro Verde. El panorama forense pinta un crimen deliberado: el examen preliminar reveló múltiples heridas punzantes en el tórax, compatibles con un ataque a cuchillo que habría sellado su destino. El médico legista, al inspeccionar el cadáver en estado avanzado de descomposición –estimado en una o dos semanas de exposición–, constató signos inequívocos de violencia externa, descartando inicialmente causas accidentales o naturales. “Las lesiones son claras indicadores de agresión intencional”, señaló el comisario Horacio Blasón, director de Investigaciones e Inteligencia Criminal, quien evitó especular sobre el lapso exacto en el agua hasta los resultados definitivos del peritaje. La División Homicidios asumió el mando de la indagatoria, con un equipo dedicado a trazar los pasos finales del fallecido en un barrio donde la marginalidad y los conflictos cotidianos a menudo escalan a tragedias. Testimonios recolectados, como el de una vecina –cuñada del pescador–, detallan cómo el cuerpo emergió entre espumantes y ramas, sin rastros de lucha inmediata en la superficie. La policía indaga posibles testigos oculares o rencillas previas, mientras se contacta exhaustivamente a los allegados para validar la identidad y recabar pistas sobre enemigos o deudas pendientes. No hay detenidos por ahora, pero el caso se caratula como homicidio agravado, con énfasis en reconstruir la cronología de los días perdidos. Mientras el Instituto Médico Científico procesa las muestras para precisar el arma y el móvil, las autoridades juran no escatimar recursos: “Cada pista cuenta para honrar a esta víctima anónima que ya tiene nombre en el corazón del barrio”, concluyó Blasón. La espera por la autopsia completa se antoja eterna, pero promete iluminar las sombras de un crimen que el río ya no podrá ocultar. Noticia vista: 195
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