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  • Los diputados del ’83. “¿Fracasó nuestra camada?”, la pregunta que responde Bernardo Salduna

    Colon » El Entre Rios

    Fecha: 04/12/2025 06:31

    Atención Esta imágen puede herir su sensibilidad Ver foto Compartir imágen Diputados radicales del 83: de izquierda a derecha: Leopoldo Moreau; (B.Aires); Carlos Becerra (Córdoba); Osvaldo Camisar (Salta); Adolfo Stubrin ( Santa Fe); Ricardo Terrile ( Santa Fe); Miguel Moragues (San Juan); Guillermo Tello Rosas (CABA); Marcelo Stubrin (CABA); Miguel Medina (Chubut); Guillermo Sarquis CABA); Roberto Sanmartino (Santa Fe); Julio Ginzo (B.Aires); Bernardo Salduna (Entre Rios); Juan M.Casella (B.Aires); Luis "Changui" Cáceres (Santa Fe); Juan Radonjic; (CABA); Juan J.Cavallari (B.Aires) y Raúl Milano (Santa Fe) A 42 años de nuestra jura nos reunimos en Buenos Aires un grupo de aquellos, entonces jóvenes diputados, que llegamos al Congreso de la mano del triunfo contundente de Raúl Alfonsín en el histórico comicio del 30 de octubre de 1983.De aquel recordado y combativo primer bloque parlamentario radical, que presidía César “Chacho” Jaroslavski, en aquel entonces integrado por 129 miembros, sobrevivimos hoy sólo 26.Por distintos motivos, varios no pudieron concurrir; nos reunimos sólo 18.Todos varones; por aquel tiempo no había “cupo femenino”; recién lo consiguió la porfía de Florentina a principios de los 90. Por eso la jura actual, contrasta con el formalismo de entonces (ahora parece un desfile de modelos).La mayoría de los que nos juntamos el pasado 28 de noviembre, en amable velada de reencuentro, éramos, en el 83, jóvenes entre treinta y cuarenta años.Pertenecíamos a una generación que le tocó vivir la mayor parte de su existencia bajo dictaduras, golpes de estado y endebles períodos institucionales.Por consiguiente, nuestra preocupación principal tuvo que ser la lucha por la libertad, la democracia y los derechos. Casi ninguno pudo tener acceso a algún resorte de poder, que le permitiese conocer mínimamente el manejo de temas concretos del difícil arte de gobernar.El escritor Robert Graves pone en boca de Tiberio Claudio estas significativas palabras: “Ya sabes qué sucede cuando uno habla de libertad. Todo parece hermosamente sencillo. Uno espera que todas las puertas se abran y todas las murallas se derrumben”.Parecido a aquello de “con la Democracia se come, se cura y se educa”. Frase erróneamente interpretada, como que la Democracia era la llave mágica que lo solucionaría todo.¿Fracasó nuestra camada? Según como se mire, en aquellos años del Congreso se dictaron sustanciales leyes relativas a Derechos Humanos (prohibición de torturas, reformas régimen carcelario, adhesión Pacto de San José de Costa Rica), se creó la CONADEP, se eliminó la censura etc. Fue modificado el Código de Justicia Militar y de Procedimientos Penales, lo que permitió terminar con la impunidad, y el juzgamiento de las cúpulas militares de la Dictadura (y también los guerrilleros, valga la acotación).Se modernizaron las leyes civiles (divorcio, Patria potestad compartida, igualdad hijos ilegítimos,), se reimplantó la Reforma en las Universidades y se promovió el Segundo Congreso Pedagógico nacional para que la sociedad debatiera la educación del futuro.Se dio solución, consulta popular mediante, al centenario problema limítrofe con Chile y a través del pacto Alfonsín Sarney, se sentaron las bases del MERCOSUR.En suma, se sentaron las bases de la Democracia y la vigencia de las instituciones y se volvió a insertar a Argentina en América y el Mundo. Si bien se mira, según lo expresa Daniel Malamud, son los éxitos más logrados desde 1983 a la fecha.Mérito que no cabe discutir a Raúl Alfonsín y, a quienes, en mayor o menor medida acompañamos en esa difícil primera etapa.La reconquista de la Democracia y la libertad, primero y principal objetivo, debía complementarse de aquello que los radicales llamamos “igualdad” y los Peronistas “Justicia social”. Pero ni uno ni otro son viables en el tiempo, si no están sustentadas por una economía sólida y en crecimiento.Y, es cierto, no nos fue bien en la parte económica: en el marco de una sociedad no habituada a la práctica democrática y que lo reclamaba todo; rodeadas las fronteras de subsistentes dictaduras; en minoría en el Senado y mayoría de gobiernos de Provincia; con una oposición política y sindical que obstaculizaba cualquier proyecto progresista; con Fuerzas Armadas donde –según cuenta Jaunarena- prevalecerían los cuadros actuantes bajo la Dictadura hasta 2011, los esfuerzos debieron necesariamente concentrarse en recomponer el tejido democrático-institucional, quizá dejando de lado otros aspectos.Es conocido, no se lograron dominar las variables de la economía que terminaron en hiperinflación y obligado acortamiento del mandato de presidente Alfonsín.Hubo causas objetivas, no imputables al gobierno de entonces, y también errores o imprevisiones.Un ejemplo fue no encarar a tiempo la reforma del Estado, como gráficamente lo expresó uno de los diputados de aquel grupo: “cuando teníamos poder político no sabíamos bien lo que había que hacer; cuando lo supimos, habíamos perdido el poder”.En nuestro tiempo de diputados usábamos máquina de escribir, no había computadoras ni teléfonos celulares.El mundo de entonces cambiaba sin embargo a pasos acelerados, se derrumbaban esquemas y creencias sólidamente arraigadas, obligaba a rápidas adaptaciones, a las que quizá muchos de nosotros, no estábamos preparados.Pese a todo lo avanzado en lo institucional, en el imaginario colectivo quedó la idea que asocia al Radicalismo con el fracaso, y los gobiernos peronistas que lo sucedieron con el populismo y la corrupción.Ello habilitó el surgimiento de un llamado “out sider” que capitaliza aquel desencanto. Y además, hay que decirlo, cuenta con una sociedad civil que, en buena medida, parece aceptar la necesidad del sacrificio y las carencias en aras de un hipotético futuro promisorio, todavía indefinido.Un artículo reciente de Jesús Rodríguez, el más joven de los diputados del 83, plantea con mucha agudeza los nuevos desafíos de hoy: el cambio climático, el auge de la tecnología la Inteligencia artificial, el mundo multipolar, la transición demográfica las migraciones, los fundamentalismos religiosos, etc.En ese marco la “cuestión fundamental” actual, será el ensamble de los viejos valores, siempre vigentes: la Democracia representativa, la división de poderes, el sistema de partidos orgánicos, las libertades públicas-en el nuevo contexto nacional, americano y mundial.Tema para las nuevas generaciones.Los veteranos de aquella dura transición, podremos aportar a través del libro, la nota, la palabra o el consejo la importancia de aquella experiencia que nos tocó vivir.Salvo alguna excepción, sin pretensión de protagonismo.

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