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» Misionesopina
Fecha: 03/12/2025 02:20
La crisis yerbatera vuelve a hacerse visible en las góndolas de Misiones. Productores de la zona centro advierten sobre la aparición de marcas ultraeconómicas, algunas ofrecidas a $680 el medio kilo —equivalente a apenas $1.500 el kilo— y otras presentaciones de un kilo a $2.000, valores imposibles de alcanzar si se respetaran los costos reales de producción. El fenómeno no sorprende a quienes conocen el sector: se trata de una consecuencia directa de la desregulación impulsada por el Gobierno nacional, el vaciamiento operativo del INYM y la presión de una industria que paga valores ínfimos por la hoja verde. Jorge Skripczuk, productor y dirigente de Aristóbulo del Valle, confirma una tendencia que ya notan miles de consumidores: “Visitamos las góndolas y encontramos marcas nuevas, de una misma industria local, a precios irrisorios. Un paquete de medio kilo estaba a $680. A la semana siguiente ya estaba a $880. Y hay que preguntarse qué más tiene además de yerba”, señaló en diálogo con este medio. Su advertencia apunta a la calidad y a la falta total de controles estatales. Con un INYM limitado por decretos desde el año pasado, proliferan productos que mezclan poleo y otras hierbas sin declararlo. “Lo venimos diciendo: tiene que identificarse el tipo de cosecha, si es mecanizada o manual, para reivindicar el trabajo del tarefero. Y las mezclas deben transparentarse: poleo con yerba mate, no yerba con poleo”, enfatiza Skripczuk. Para él, el consumidor también debe asumir un rol activo: “Hay que mirar qué se está comprando. Lo barato puede ser engañoso”. Desregulación y precio pisado: el origen del problema Desde fines del año pasado, cuando el Gobierno de Javier Milei redujo drásticamente las funciones del Instituto Nacional de la Yerba Mate, el sector quedó expuesto a un mercado sin reglas. La industria paga $180 o menos por kilo de hoja verde, muchas veces con plazos de pago que superan los 60 días. Los productores coinciden en que esos valores no cubren los costos básicos de laboreo, cosecha, flete, secado y estacionamiento. “No cubrimos ni los costos. Así no se puede sostener la actividad. Los tareferos son los más perjudicados: su trabajo pierde valor frente a la mecanización y frente a las mezclas que disfrazan calidad”, señalan referentes del centro y norte provincial. Otros productores describen una tendencia preocupante: pequeñas plantas procesadoras y secaderos, asfixiados por la caída de ingresos, recurren a prácticas que deterioran la calidad. “Se están viendo marcas raras o bolsas a granel que aparecen solo para aprovechar el caos actual. Incorporan palo para hacer peso. Eso arruina la calidad y daña la historia de la yerba misionera”, detallaron. Un deterioro que viene de arrastre La crisis no comenzó en 2025. Desde mediados del año pasado, con la recesión nacional, la caída del consumo y la pérdida del poder adquisitivo, las industrias empezaron a presionar a la baja el precio de la materia prima. A esto se sumaron el congelamiento salarial, el encarecimiento del crédito y los aumentos del combustible y los insumos. Con la asunción de Milei y la decisión de avanzar en la desregulación total del mercado, el panorama se agravó exponencialmente. Sin precio de referencia, sin fiscalización y con un Estado nacional ausente, aumentó la concentración económica y se precarizó toda la cadena productiva. “Estamos en un escenario donde los únicos ganadores son algunos sectores industriales. Los perdedores somos los productores y los cosecheros”, resume Skripczuk. Productores anuncian una medida extrema: no habrá zafriña de verano Ante la gravedad del momento, asociaciones de productores y comisiones vecinales de la zona centro y nordeste decidieron no iniciar la zafriña de verano, una medida inédita que busca frenar el suministro de hoja verde y forzar respuestas políticas. El objetivo es claro: visibilizar la crisis, exigir que vuelvan la regulación, los controles de calidad y un precio mínimo que permita cubrir los costos. “Llegamos a un punto límite. Si seguimos así, la yerba barata de supermercado será la regla, y la calidad que convirtió a Misiones en potencia yerbatera desaparecerá”, advierten.
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