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Rio Negro » Adn Rio Negro
Fecha: 01/12/2025 04:53
(Por Alcadio Oña*).- Por lo general, las crisis no ocurren ni estallan de un día para el otro. Van cocinándose a veces a fuego lento y anticipando mini desenlaces antes del sacudón, tal cual parecía señalar una súper encuesta que el INDEC desplegó en septiembre-octubre pasados entre directivos, gerentes generales, de ventas y producción de la industria manufacturera. Fue presentada como una muestra sobre la “tendencia de los negocios” según la visión de los propios ejecutivos. Allí hay de todo, pero sobre todo hay un clima tirando a gris si no directamente a oscuro más que a claro y propicio, un clima digamos complejo. Lo que sigue, cargado de números, sintetiza ese panorama: -Demanda interna “insuficiente” para el 50,2% de los empresarios. Esto es, onda deprimida como el 53% que había tres meses antes. -Cartera de pedidos de los clientes: “por debajo de lo normal” según el 54,3% de las respuestas; “por encima de lo normal”, 3,6%. Balance entre respuestas de uno y otro signo, “50,8% negativo”. -Acceso al crédito: 34,5% “difícil”, contra un raquítico “fácil” del 6,5%. Luego, el reclamo por la “normalidad” trepa al 58,9%. Vale reiterar que la encuesta es del instituto de estadísticas del Estado y aclarar que si las respuestas no resultan precisamente favorables a la gestión libertaria expresan, en cualquier caso, la opinión de empresarios de los colores y potenciales más diversos. Lo mismo pasa con la supuesta competencia desigual que genera la llamada “invasión” de bienes importados y el desplazamiento de producción nacional o cualquier otro factor que pueda alimentar incertidumbres o desconfianza. En este territorio entra el balance-desbalance comercial y la polémica sobre los resultados de los primeros nueve meses del año. Es decir, entre el crecimiento del 30,6% o del 38,6% de las compras argentinas al exterior según se las mida por precios o cantidades y los muy modestos 7,5%-7,8% que, según los mismos parámetros, aumentaron las ventas al exterior también argentinas. Justamente, la diferencia de 30 puntos porcentuales que separa las cifras de expo versus impo medidas por cantidades induce a pensar en que algún factor cambiario pudo haber influido en el sorprendente 38,6%. El ministro Luis Caputo se apresuró a rechazar de plano cualquier cosa que oliera a dólar retrasado, una hipótesis, aunque el momento del conteo coincidió con la eliminación temporaria de las retenciones a las exportaciones de granos. Si se prefiere, una apuesta a incrementar las ventas y engrosar las reservas. De vuelta a la encuesta, sobre las expectativas de que durante noviembre 2025-enero 2026 hubiese una levantada de los registros productivos, el 64,5% de los consultados respondió con un seco: “No variarán”. El 22,5% plantó “caída”. Y un 13,3% arriesgó “aumentarán”. Algo semejante cosechó la referencia al número de empleos que proyectan para ese trimestre respecto de los niveles actuales. El “no habrá cambios significativos” se llevó el 80% de las respuestas y un 16,5% la variante “disminuirá”. Claro que aquí las respuestas empresarias vienen precedidas por un ajuste, querido o provocado, que deja chiquita a la motosierra de la legión libertaria. Cifras del Centro de Estudios de la UIA basadas en datos de la Secretaría de Trabajo revelan que entre agosto de 2023 y agosto del 2025 se perdieron 48.432 empleos registrados en la industria manufacturera, o sea, trabajo en blanco, con aportes jubilatorios y cobertura laboral. Durante el mismo período, el bajón en la construcción se llevó 89.353 puestos de trabajo también registrados. Y así, de un solo golpe, la suma del empleo que desapareció del mapa le pegó a 137.785 personas o a casi 158.000 computando los 20.000 que tocaron en educación y salud. Los despidos coincidieron con el cierre de 1.937 empresas industriales de diciembre 23 a julio 25. Pronto se agregarán a la serie la planta de Whirlpool en Pilar y la baja de 220 trabajadores ocupados allí. Cuesta encajar semejante panorama en la polémica desatada alrededor de la reactivación económica que pregona el Gobierno y ponen en duda las estadísticas de varios centros de estudios y consultoras privadas. El punto es que los números del INDEC venían para cerrar 2025 en negativo y correcciones técnicas de última hora piloteadas por el director del organismo pusieron al año en positivo. En ese mar de cifras públicas y privadas algunas marcaban retroceso del 0,5% para el tercer trimestre, otras decían 0,5% positivo y varias adelantaban un 0,3% también positivo para el año. Está claro que nada da seriamente para batir el parche con la reactivación ni decretar el fin de la recesión. Todo da, más bien, para pensar en la necesidad de un verdadero plan productivo que genere empleo y mejore la situación de los sectores postergados o, al menos, no la empeore.
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