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  • Aikido: el arte marcial que beneficia la salud física y mental, tiene su dojo oficial en Rosario

    » La Capital

    Fecha: 01/12/2025 03:32

    Nacido hace 100 años, el aikido es un arte marcial no competitivo que promueve el “autocontrol y la armonía entre cuerpo y espíritu”. El aikido no es una disciplina temporal, es para toda la vida. “Hay que estar preparado para recibir el ataque enemigo. Por muy sombría que sea la situación, siempre es posible darle la vuelta a tu favor. Un ataque es una prueba de que uno ha perdido el control. Quienes tienen malas intenciones o pensamientos conflictivos son vencidos al instante”. En la primavera de 1925, Morihei Ueshiba doblegó a un oficial de la marina japonesa que lo atacó con una katana de madera. Lo venció sin armas, sólo utilizando y redirigiendo la propia fuerza de su atacante. Ueshiba dijo que ese día su cuerpo se volvió luz. El aikido había emergido. Pasaron 100 años y varias generaciones Ueshiba; distintas escuelas, corrientes, pensamientos e interpretaciones. Pero todas siguen el dogma original: la unificación de cuerpo y mente con el espíritu. El aikido no es un deporte competitivo. Rechaza convertirse en uno. No hay división por pesos, calificación por victorias y derrotas, trofeos a los campeones. Nada de eso existe, ya que eso “solo alimenta el ego y la falta de interés por los demás”. Tampoco hay enemigos: “El real enemigo se lleva dentro”. Los demás son compañeros de práctica. En Rosario funciona un Tomodachi Dojo oficial, perteneciente a la Asociación Argentina de Aikido, con sede en el club Amistad y Unión (Marcos Paz 5450). Los entrenamientos son lunes, miércoles y viernes. El grupo está integrado por unas 15 personas, todas bajo la atenta mirada de los sensei Carlos Espinosa y Julio Chimenton. >>Leer más: Facundo Marín: "No voy a jugar más en Central Córdoba, me despido de la mejor manera" El aikido, una escuela de vida El aikido no es un pasatiempo. Tampoco un juego. El aikido es una filosofía de vida. Es el arte que libera el crecimiento personal a través de la armonía entre cuerpo y mente, el respeto propio y por los demás, el resolver situaciones de manera pacífica. “El aikido es un estilo de vida”, le cuenta Carlos Espinoza a Ovación, en un alto de los entrenamientos en el club Amistad y Unión, que son lunes y miércoles de 19.45 a 21.15 y viernes de 18.30 a 19.45 (para más info: 3413-253574 – Instagram: aikirosario). A pesar de la entrevista y las fotos que transcurrían a un costado del tatami, los alumnos nunca desviaron la vista y siempre se mantuvieron enfocados en el entrenamiento, como muestra de lo que genera el aikido: concentración, enfoque y atención al objetivo. —¿Cuándo y a través de quién llega el aikido a Argentina? —De sensei Miyazawa, que llega a Argentina en 1964. Tenía un doctorado en ciencias políticas y hablaba cinco idiomas. Lo que menos pensaba era que iba a terminar difundiendo y dando clases de aikido. El fue entrenado por el mismísimo Ueshiba y terminó fundando la Asociación Argentina de Aikido en 1980, de la cual formamos parte. Así fueron germinando las semillas del aikido por todo el mundo, que era lo que quería Ueshiba. Sensei Yamada fue el precursor en Estados Unidos, sensei Tamura en Francia, por nombrarte algunos otros. Aikido3 >>Leer más: Boca le ganó 1-0 a Argentinos Juniors y se metió en las semis del Torneo Clausura Los maestros en Argentina —¿Qué otras escuelas hay en el país? —A la Argentina vinieron tres grandes maestros, digamos que hay tres ramas. La que te comenté de Miyawaza, la de sensei Kurata y la de sensei Sakanashi. Son las tres escuelas que hay en Argentina. Más allá de que tengan algunas diferencias de pensamientos, el fin es el mismo. El año pasado se hizo un congreso en Buenos Aires con la presencia del cónsul de Japón, del director del aikido en Sudamérica, donde se firmó un acta de acercamiento entre las escuelas del aikido, algo que nunca había pasado. —Decís que hay algunas diferencias entre escuelas pero que el aikido es el mismo. Y si hay algo que define esta actividad es que no tiene categorías, ni hace falta experiencia, ni hay distinción de edades. —El aikido es para todos. Tenemos desde un chiquito de 9 años hasta un hombre de 78 años, que es el más grande de la escuela y está completamente activo (¡Voy por el récord Guinness!, grita el hombre cuando escucha que lo nombran). Es algo que te genera orgullo y te enseña el camino. —Me mencionás lo que ya lograron pero, ¿en qué aspecto falta que crezca la disciplina? —Desgraciadamente, en este dojo no hay presencia femenina, algo que sí pasa en Buenos Aires. Quizás por un tema de edad o porque no tienen con quién venir. También está la creencia de que las artes marciales son violentas. No sabría decirte, pero ese es un punto pendiente, que crezca la participación femenina. aikido2 La presidenta es mujer —Paradójicamente a lo que me contás, la nueva presidenta de la Asociación Argentina de Aikido es mujer, algo histórico dentro del aikido. —No sólo que es histórico que hoy sea la presidenta, sino que sensei Laura Copello es la primera mujer sudamericana en llegar al título de Shihan, que significa “Gran Maestro”. Es un orgullo. Y esto viene avalado desde Japón. —Se ven varios colores en los cinturones, ¿Qué significan y cuántos hay? —Hay cierta diferencia entre las escuelas, como hablamos antes. Algunas van del blanco hasta el negro. En nuestra escuela tenemos cinco grados Kyu: amarillo, naranja, verde, azul y marrón. Y después se rinde examen para los grados Dan que se representan con el negro. —¿Y cómo se rinde examen para ir pasando de grado? —Se rinde con técnicas y movimientos, con manos vacías y con armas. Todo ante una mesa de instructores avanzados. Nosotros nos encargamos de preparar a los alumnos para eso y después los llevamos. >>Leer más: Estudiantes de Río Cuarto ascendió y habrá cuatro equipos cordobeses en primera división El aikido en Rosario —Según lo que vienen viendo en los últimos años, ¿fue creciendo el aikido en Rosario? —Ahora está queriendo. La pandemia nos metió a todos adentro y como es un deporte de contacto, se frenó todo. Y siempre te cuesta retomar. Eso es lo que pasó. En este momento muchos están retomando, de a poco. Vamos a seguir creciendo porque hay un auge de las artes marciales. La idea que tenemos ahora es difundir el aikido en escuelas o plazas para que la gente lo conozca y se fomente el boca a boca. —¿Qué cambios logra el aikido en las personas? —El aikido se practica de a dos. Yo te presto mi cuerpo, vos me prestás el tuyo. Yo cuido el tuyo, vos cuidas el mío. El respeto de no lastimarnos. Eso se traspasa a la vida. Los problemas no te los saca, pero los ves y encarás de otra manera. Después de cada practica salís renovado, con otra mentalidad. Se cree que acá se viene a tirar golpes y nada más, pero no. Importa tanto la ética como las técnicas. Si un espejo está limpio, te va a devolver una buena imagen. Si está sucio, se pierde la nitidez. El aikido es eso, despojarse del ego. No necesitás tener ningún conocimiento de entrenamiento, de técnicas, ni de manejo de elementos. El aikido no es una disciplina temporal, es para toda la vida. Es un estilo de vida.

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