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» Diario Cordoba
Fecha: 28/11/2025 11:49
Definir la desertificación desde un punto de vista científico no es fácil, hasta el punto de que el primer Atlas Mundial sobre el asunto, publicado en 2018, renunció paradójicamente a presentar mapas que detallaran el proceso. Era una cuestión demasiado subjetiva y aún no había herramientas estadísticas adecuadas para estudiar el problema. Ahora la situación es otra y científicos españoles han abordado el primer Atlas de la Desertificación del país que, esta vez, sí incluye mapas detallados. Ha sido elaborado por decenas de académicos liderados por la Universidad de Alicante y con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica. Se basa en modelos matemáticos y estadísticos complejos gracias a los cuales han podido presentar mapas de probabilidad de que un terreno termine siendo un desierto. En los cuadros provinciales, Córdoba no sale mal parada en comparación con el resto del país, aunque los números parezcan elevados. La metodología empleada distingue entre degradación y desertificación. El segundo proceso solo puede darse cuando un territorio ya está degradado, pero solo si además presenta un elevado grado de aridez. Por ejemplo, la dehesa tan abundante en el Norte de Córdoba puede considerarse un ecosistema degradado por el ser humano a partir de encinares originales, aunque no corre riesgo de convertirse en un desierto al no encontrarse, al menos en amplias zonas de Sierra Morena, en un territorio árido. Hay provincias en España, como Murcia, donde casi todo el territorio es árido, lo que les otorga porcentajes de desertificación muy elevados. El pantano de Iznájar, afectado por la sequía. / MANUEL MURILLO Casi toda la provincia es árida Al considerar la desertificación únicamente sobre los territorios áridos, los datos que presenta este Atlas son más elevados que las aproximaciones anteriores que se basaban en todo el territorio. En el caso concreto de Córdoba, las zonas áridas abarcan más de 12.500 kilómetros cuadrados, el 90% de la superficie. Solo se libran Sierra Morena occidental y la mayor parte de la Subbética. Ahora bien, no todas las zonas áridas en Córdoba están degradadas: el porcentaje llega al 44% con poco más de 6.000 kilómetros cuadrados. Hay 22 provincias con porcentajes más elevados, algunas superando el 90% como la ya mencionada Murcia o su vecina Alicante. Entre las provincias andaluzas, solo una está mejor que Córdoba: Huelva, donde la degradación alcanza a poco más de un tercio de su territorio. El modelo estadístico aplicado a Córdoba Hay que tener en cuenta que el Atlas no ofrece una fotografía absoluta de la degradación y desertificación. Sus porcentajes indican la probabilidad de que un determinado terreno ya esté degradado y, si se encuentra en zonas áridas, desertificado. El umbral mínimo para estos datos es del 50%, o lo que es lo mismo, se considera que hay una entre dos posibilidades de que un terreno esté degradado. Son probabilidades, no certezas. Gran parte de la provincia aparece como desertificada (el 46% del total, más de 5.700 kilómetros cuadrados), cuando es obvio que no lo está. En Córdoba hay pocos desiertos, si es que hay alguno. Lo que el Atlas pretende ofrecer es un guía estadística que sirva para tomar decisiones y frenar el avance de la desertización que, si no se hace nada, sí puede convertirse en una realidad. De hecho, cuando se elevan los umbrales para considerar la probabilidad de que un terreno esté degradado hasta el 90% la superficie afectada por la desertificación desciende exponencialmente. En Córdoba se queda en un mero 0,1% y 16 kilómetros cuadrados. Independientemente del umbral que se aplique, todas las zonas de la provincia de Córdoba con riesgo de desertificación están al sur del Guadalquivir, con pequeñas manchas en el área Norte. En algunos sitios la probabilidad es más elevada, como en gran parte de la Campiña Sur.
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