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  • El banco de los acreedores quiere saber cuándo Argentina va a depositar los dólares

    » Diariopinion

    Fecha: 28/11/2025 10:11

    El Bank of New York Mellon (BONY) consultó de manera extraoficial al Ministerio de Economía. Quiere saber cuándo piensa Argentina depositar los fondos para el próximo pago a los bonistas privados, que entraron en la renegociación de Martín Guzmán y el año próximo tienen que empezar a cobrar. La consulta suena a un recordatorio incómodo: se viene una muralla de vencimientos en dólares y las reservas del Banco Central están más de 16 mil millones en negativo. Un agujero que, el lunes, se hundirá todavía más cuando haya que desembolsar otros mil millones de dólares para un vencimiento de los Bopreales que emitió Toto Caputo. La inquietud del BONY no es casual. Por las fiestas, diciembre pasa rápido y sin acumulación de reservas, no hay certezas de cómo hará el gobierno de Milei para honrar los vencimientos que se apilan en el horizonte, pero que tienen en enero una primara parada importante de USD 4.500 millones. El BONY cumple un rol crucial: es el agente fiduciario y pagador de los bonos emitidos bajo ley extranjera. Es el intermediario entre el Estado argentino y los acreedores internacionales, el encargado de recibir los dólares y distribuirlos a los bonistas. Cuando pregunta por el depósito, no lo hace por curiosidad: necesita confirmar si el dinero estará disponible para cumplir con los contratos. Frente a la realidad de las reservas negativas, Caputo desplegó un relato. Aseguró que el pago a los acreedores e enero se cubrirá por alguna de tres veías: el swap con Estados Unidos; un crédito repo con bancos privados o la activación de otro tramo del swap con China. El Bank of New York Mellon (BONY) consultó de manera extraoficial al Ministerio de Economía. Quiere saber cuándo piensa Argentina depositar los fondos para el próximo pago a los bonistas privados. El swap con el Tesoro estadounidense está en una nebulosa de desinformación y opacidad. Los USD 20 mil millones no aparecen en ningún balance oficial y se desconoce cuanto, como y para qué, puede usarse del monto anunciado. El crédito con los bancos privados tampoco fluye. Lo que empezó como un salvataje de USD 20 mil millones terminó reducido a menos de USD 5.000 y todavía no está cerrado. Las negociaciones son frenéticas, pero están trabadas en un punto clave: las garantías. Argentina solo tiene para ofrecer los propios Bopreales, un activo que los bancos ven con más curiosidad que apetito. Y el swap con China, la carta que alguna vez fue salvadora, hoy está congelado. La autorización depende de Xi Jinping, y la relación bilateral atraviesa su peor momento. Con este contexto vale reponer la pregunta respecto al destino de los lingotes de oro del Banco Central que el gobierno cargó en una aerolínea comercial con destino desconocido. El metal batió un nuevo récord histórico de USD 4.500 la onza. Lo que circula en el mercado es que el Banco Central mantiene 37 toneladas de oro en Londres. Representan cerca del 60% de las reservas totales del país. Ese oro está bajo un esquema de canje o swap. En este tipo de operaciones, el metal no se mueve físicamente. Las partes intercambian derechos sobre el oro, que puede permanecer en su lugar de origen. En este caso, en cuentas no asignadas del Banco de Inglaterra. Así se evita que los activos sean embargados. El BCRA renueva estos swaps con el Banco de Pagos Internacionales (BIS) cada tres meses. Los mensajes entre ambas entidades se cursan por la red Swift. El oro puede conservarse en Londres, mientras el BIS actúa como contraparte desde Basilea, Suiza. Este contexto vale reponer la pregunta respecto al destino de los lingotes de oro del Banco Central que el gobierno cargó en una aerolínea comercial con destino desconocido. Se trata de 37 toneladas de oro que representan cerca del 60% de las reservas del país. En 2017, Luis Caputo ya había enviado oro a Londres para una operatoria distinta. Entonces se trató de swaps en yenes. El Banco Central tomaba una línea de crédito en esa moneda, con el oro depositado como garantía en el Bank of England. Los fondos se usaban para comprar bonos del Tesoro estadounidense. Durante esa gestión, el presidente del BCRA era Federico Sturzenegger. La operación fue pública. Incluso se detalló en los estados contables el costo por certificar la pureza del oro, requisito del 99%, que se usó como colateral. En cambio, la operación iniciada en octubre de 2024 bajo la presidencia de Milei y de nuevo con Caputo como ministro, se realizó en la más profunda opacidad. Por otro carril corren los vencimientos con el FMI. Los burócratas del organismo entienden que aun con un eventual swap por 20.000 millones de dólares del Tesoro de EE.UU destinado solo a operaciones compensatorias, el calendario de pagos luce crítico. Algunos directamente descuentan que la administración Milei deberá encarar una reestructuración. De hecho, en el FMI se analiza la posibilidad de un nuevo esquema de pagos para la Argentina a partir de 2026. Los compromisos más pesados se concentran desde 2029, cuando el repago se vuelve inviable. La discusión incluye la idea de un "reschedule payment" que permita extender los plazos. La propuesta coincide con la visión del vicepresidente del BCRA, Volodia Werning, de modificar la estructura de la deuda. Busca corregir la curva de vencimientos y ofrecer una salida voluntaria a los tenedores de bonos. El objetivo es reemplazar los títulos actuales por nuevos instrumentos con cupones más atractivos, pero con vencimientos más largos. Para habilitar este tipo de operaciones, el Gobierno modificó mediante el DNU 846/2024 la Ley 24.156 de Administración Financiera.

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