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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 27/11/2025 21:37
En Concordia, la provisión de energía en los barrios no regularizados despierta dudas constantes: ¿cómo funcionan hoy las conexiones comunitarias?, ¿qué diferencia existe entre una instalación formal y una informal?, ¿quién controla los tendidos? Para responder estas preguntas y entender cómo opera el sistema en la práctica, Despertar Entrerriano conversó con Andrés Villalba, director de Electrotecnia y Comunicaciones de la Municipalidad. Redes comunitarias en barrios no regularizados: cómo funcionan hoy Según explica Villalba, el esquema actual se basa en un tendido central del cual dependen todas las viviendas del asentamiento. La municipalidad instala una red madre sobre las calles principales y, desde allí, cada familia se conecta de manera directa. Ese consumo se registra a través de un único medidor comunitario. Algunos pertenecen a programas provinciales y otros son de administración municipal, pero en ambos casos el funcionamiento cotidiano queda bajo el mantenimiento del municipio, con participación puntual de la Cooperativa Eléctrica. El sistema tiene particularidades que lo alejan de cualquier conexión formal. La diferencia técnica principal es clara: en lugar de un medidor por vivienda, toda la manzana o el barrio comparte una única medición. Villalba lo describe con una comparación doméstica: “Es como que vos en tu casa bajes un medidor y de ese medidor vayas conectando a tu vecino o a un familiar que tiene la casa atrás. Lo vas agregando. El problema es que fueron calculados para cierta cantidad de personas y hoy están desbordados”. El crecimiento de estos barrios, sumado al uso intensivo de electrodomésticos, genera una tensión permanente sobre las redes. “En muchos casos nos encontramos con estufas, calefones eléctricos, pavas, hornos. Como la electricidad no tiene costo para el usuario, la gente carga todo en la red y eso funde cables o baja la tensión en todo el asentamiento”, agrega. Instalaciones precarias y riesgos internos: el punto más crítico La municipalidad es responsable del tendido externo, pero la conexión dentro de cada vivienda queda en manos del propio usuario. En muchos casos, las instalaciones son precarias y sin protecciones adecuadas, lo que multiplica los riesgos. “A veces generan un cortocircuito y saltan las protecciones del medidor general. Cuando eso pasa, todo el barrio se queda sin luz”, señala. El director remarca que existen episodios en los que las malas conexiones provocaron incendios dentro de las viviendas. De ahí surge uno de los objetivos principales: reducir el riesgo eléctrico a través de programas de regularización que permitan a cada familia contar con su propio medidor y una instalación segura. Cuántos asentamientos tienen medidores comunitarios y cómo se controla la red Actualmente, en Concordia funcionan alrededor de nueve medidores comunitarios distribuidos en distintos asentamientos, entre ellos El Tero, Sarmiento, Isla Maciel, San Miguel I, Nebel y el sector conocido como “El López”. Algunos barrios ya iniciaron procesos de regularización, especialmente aquellos incluidos en programas nacionales que instalaron tendido nuevo, alumbrado LED y pilares listos para que cada usuario gestione su conexión formal. Sobre quién controla y mantiene estas instalaciones, Villalba aclara que se trata de un trabajo compartido. Electrotecnia municipal atiende los reclamos del 105, realiza las reparaciones de calle y administra los medidores municipales. La Cooperativa Eléctrica colabora en el mantenimiento de medidores provinciales y en la provisión de servicios específicos. “Cada uno se hace cargo de su parte, pero en los hechos trabajamos articulados”, resume. El costo del consumo y el impacto para el municipio En los medidores comunitarios municipales, el consumo lo paga la Municipalidad. En los provinciales, lo cubre la Secretaría de Energía de la provincia. Los montos varían según el tamaño del barrio, pero hoy un medidor comunitario puede representar entre 7 y 14 millones de pesos mensuales. Para el área técnica, reducir ese gasto y transformar esas conexiones en servicio formal es una meta necesaria. “Buscamos seguridad para el usuario y también poder destinar esos recursos a mejorar el alumbrado público, las plazas o los servicios del barrio. Hoy muchos de estos sectores ni siquiera pueden tener alumbrado porque la baja tensión no lo permite”, explica Villarba. Programas de regularización: hacia dónde se avanza Uno de los trabajos recientes fue la instalación de tendidos completos con alumbrado LED y pilares individuales en seis barrios. A las familias se les otorgó el pilar y el certificado de instalación eléctrica, reemplazando así la conexión precaria de la red comunitaria. El paso siguiente es que cada usuario se inscriba como socio de la Cooperativa Eléctrica. Cuando eso ocurra y el barrio quede formalizado, la municipalidad podrá retirar el medidor comunitario. “Se les va a dar un plazo de alrededor de sesenta días. No podemos exigirlo de un día para el otro porque implica un costo, pero la idea es que todos transiten hacia una conexión segura”, afirma. Fuente: Despertar Entrerriano
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