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» Elterritorio
Fecha: 27/11/2025 17:51
El dato de la actividad económica (EMAE) de septiembre desató la polémica, ya que marcó un aumento del 5% interanual que ni el más optimista esperaba. Economistas dudan de los datos oficiales, señalando que más del 70% del crecimiento se explica por la especulación financiera y los impuestos, dejando al margen a la industria y al consumo real. jueves 27 de noviembre de 2025 | 10:26hs. La euforia oficial desatada por el dato del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de septiembre, celebrado por Luis Caputo como un "tremendo dato" y una señal de que la economía estaba "bien encaminada", contrasta fuertemente con el escepticismo de gran parte del mercado y la realidad de los sectores productivos. El aumento interanual del 5% y la corrección retroactiva de julio y agosto aplicada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que desmienten técnicamente la recesión, han encendido una polémica de índole económica y política sobre la transparencia y la composición del crecimiento. El principal motivo de la desconfianza no es el número en sí, sino su composición interna. Un análisis detallado de los componentes del EMAE revela un modelo económico desparejo, que privilegia actividades financieras y estatales por sobre la producción de bienes. Los analistas sostienen que la mayor parte de ese crecimiento no proviene de la generación de riquezas productivas, si no más bien de la especulación financiera. A la crítica sobre la composición sectorial, se suma la polémica sobre el manejo estadístico del INDEC. El crecimiento del tercer trimestre solo fue posible gracias a una corrección retroactiva de los números de julio y agosto, lo que agregó un punto al índice de actividad. Consultoras privadas, como LCG, destacaron la magnitud de la corrección: "Mientras que en la publicación anterior los datos preliminares mostraban una caída de 0,6% en los primeros 8 meses del año, los nuevos datos muestran una suba del 0,5% en el mismo período". Este retoque generó reclamos de explicaciones por parte de analistas. La desconfianza se agravó al contrastar los números oficiales con la encuesta REM del Banco Central, donde bancos y consultoras habían pronosticado una variación negativa de 0,5% para el tercer trimestre. Además de esto, septiembre fue un mes de caos en las tasas de interés y corrida cambiaria. Un muro al optimismo El optimismo oficial se estrella contra el pesimismo industrial. No solo la actividad fabril se contrajo, sino que el saldo de empresas netas sigue siendo negativo, con 17.323 compañías menos en los primeros cinco trimestres de gestión. La Unión Industrial Argentina (UIA) interpreta estos datos no como un "bajón pasajero", sino como una marca del modelo económico actual. En la última conferencia anual, el CEO de Techint, Paolo Rocca, protestó por la política de apertura comercial, criticando la pasividad oficial frente al ingreso masivo de bienes terminados. Rocca lamentó que, mientras potencias como Estados Unidos y la Unión Europea discuten activamente la defensa de sectores estratégicos con políticas industriales, Argentina persista en un "discurso de neutralidad total". Los datos de comercio exterior exacerban esta preocupación: dos meses consecutivos con importaciones superiores a los $7.000 millones de dólares, donde los rubros de consumo final ya representan una cuarta parte. Un desglose crítico de los números Por su parte, el economista y ex secretario de Comercio Interno de la Nación, Guillermo Moreno, fue uno de los más duros críticos, desglosando públicamente el dato oficial para ilustrar lo que denomina una "chantada del falso 5%". Según su análisis, del 5,01% total de crecimiento, la mayor parte no proviene de la generación de riqueza productiva. Según su análisis los impuestos Netos de Subsidios aportan el 1,87% al total. Esto significa que casi el 40% del crecimiento lo explica una mayor participación del Estado en la economía, producto de la suba en la recaudación impositiva y la reducción de subsidios, no de la actividad privada. La intermediación financiera aporta el 1,36%. Este sector creció al 39,7% interanual. Moreno explica que el aporte del sistema financiero se mide por la diferencia entre la tasa activa (que cobra) y la tasa pasiva (que paga). Por lo tanto, una tasa de interés altísima —la tónica del tercer trimestre con violentas oscilaciones por encima del 180% nominal anual para adelantos— infla artificialmente este rubro. En conjunto, el aumento de los impuestos y la intermediación financiera explican más del 70% del crecimiento del 5,01%. A esto se suma el aporte de Actividades Inmobiliarias (0,57%), que para el INDEC crece por el aumento de los alquileres, y no por una inversión real o un aumento del stock de viviendas. El contraste con los sectores generadores de empleo es evidente y alimenta la lectura de un modelo que "privilegia la especulación financiera". Mientras la Intermediación Financiera se dispara, la industria manufacturera cayó un 1% interanual. El uso de capacidad instalada de las fábricas promedió un 59% en el tercer trimestre, por debajo del promedio histórico. En ramas como la textil, la cifra es alarmante: apenas un 37%. El comercio muestra un panorama recesivo: los supermercados registraron una caída real interanual de 0,8% y los shopping centers vendieron un 3,4% menos. En conclusión, mientras el Gobierno celebra un crecimiento técnico en gran medida impulsado por la especulación y el Estado, la economía real, industrial y comercial muestra signos de contracción, desconfianza estadística y alarma por la dirección del modelo. El pronóstico de los analistas es un crecimiento modesto y desigual para el futuro, traccionado principalmente por el petróleo, la minería y el agro, sin un boom de consumo a la vista.
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