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» Santo Tome al dia
Fecha: 27/11/2025 07:17
En una decisión que tomó por sorpresa a sus empleados, la empresa Whirlpool cerró su planta de lavarropas ubicada en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, y desvinculó a 220 trabajadores. La noticia fue comunicada este miércoles y generó malestar e incertidumbre entre el personal, que denunció la falta de aviso previo y exigió respuestas en el lugar. Desde la compañía señalaron que el cierre responde a la pérdida de competitividad del modelo productivo local, en un contexto marcado por la caída en las ventas y la fuerte competencia de productos importados. “Se trataba de un modelo de negocio que no logró ser eficiente ni ágil”, explicaron fuentes de la empresa. A pesar del cierre de la planta, Whirlpool continuará operando en Argentina con su oficina comercial y centro de distribución, que mantendrá entre 100 y 120 empleados activos. La planta cerrada había sido inaugurada en octubre de 2022, con una inversión de USD 52 millones y un ambicioso plan de exportación. “La idea es reconfigurar la operación hacia un esquema estrictamente comercial”, afirmó la empresa. Sin embargo, los trabajadores denunciaron que no recibieron ningún tipo de notificación previa y que se enteraron de la decisión al llegar a su lugar de trabajo. “Nos trajeron un transporte para irnos, pero nadie se va hasta que nos den una respuesta coherente”, expresó Ignacio Cabezas, uno de los operarios despedidos. La fábrica producía unos 150.000 lavarropas al año, aunque el objetivo inicial era alcanzar las 300.000 unidades, con un 70% destinado a exportación. La caída de la demanda interna, sumada al ingreso de productos importados a precios mucho menores, desequilibró la ecuación del negocio. Según Cabezas, “un lavarropas Whirlpool costaba entre 800 mil y un millón de pesos, mientras que un producto chino se consigue a la mitad”. El cierre marca un duro golpe a la industria nacional, que atraviesa un escenario desafiante con retracción del consumo, apertura importadora y reestructuraciones empresariales. Mientras tanto, la incertidumbre crece entre los trabajadores despedidos, que reclaman ser escuchados y exigen explicaciones más allá del comunicado oficial.
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