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» Diario Cordoba
Fecha: 26/11/2025 22:59
Juan del Val ha ganado el Premio Planeta con la novela 'Vera, una historia de amor'. En ella, se habla de Vera, que ha vivido durante más de veinte años con la elegancia, la discreción y la dignidad exigidas a la esposa de un marqués. Pero ahora, a los 45, recién separada y sin nadie que le dicte qué hacer, empieza a plantearse preguntas que nunca se había permitido. ¿Estoy delante del demonio? Al final era previsible que pudiera haber polémica, porque el premio siempre la genera todos los años y en mi caso yo creo que se ha multiplicado por el número que tú quieras, pero yo procuro llevar las cosas con bastante filosofía y con perspectiva. ¿Ve justificadas las críticas? Cualquier crítica hay que aceptarla. En todo lo que hago, si me expongo, es normal que se me pueda criticar. Todo esto me parece que forma parte de la normalidad y no hay ningún problema. Otra cosa tiene que ver con el odio que se ha intentado dirigir y el odio que se ha creado, que a mí me parece que ha sido absolutamente desproporcionado. Y luego como reflexión que hago después de todo lo que ha pasado más de un mes con toda esta vorágine, yo creo que los medios de comunicación deberíamos, y lo digo en primera persona también, plantearnos la distancia que estamos manteniendo con la realidad. "El odio que se ha creado me parece que ha sido absolutamente desproporcionado" ¿A qué se refiere? Debe ser porque tenemos que llenar demasiados espacios en webs, que nos nutrimos demasiado de lo que sucede en redes sociales y eso es una bola que se va generando, que al final tiene mucho de ficción también y estamos muy lejos de lo que luego es la realidad.Cuando tú te nutres de todo el odio de las redes sociales y lo conviertes en una noticia que genera titulares, que a la misma vez genera movimiento en tu web, estamos creando una distorsión muy importante con lo que es la realidad. Y la realidad tiene que ver con que la gente se interesa por la novela y va a comprarla en masa, las firmas están llenas y yo lo que recibo permanentemente es cariño. ¿Cree que esto ha tenido que ver más con cosas no literarias que con literatura pura y dura? De repente entras en Twitter o en Instagram y ves la cantidad de expertos literarios que hay que vienen de leer a Houellebecq... Entonces tienen que garantizar la pureza literaria, dicho con toda la ironía del mundo. Y claro, imagínate qué vergüenza el que le de el Planeta a este señor que sale en la tele y que además casi siempre se ríe. Bueno, pues es algo que provoca cierto dolor por encima de ironía, de sarcasmo. Pero ahora queda lo importante, que es la novela y la gente contenta mientras la lee. Juan del Val y Ángela Banzas en la redacción de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. / LAURA TRIVES ¿Y qué opina de esa frase de que el Planeta se vende, pero no se lee? A cualquiera que diga eso le invitaría a que se sentara conmigo en una firma y cuando vengan verán que en el tiempo que me da para hablar con los lectores o lectoras, que no es demasiado, cómo vienen con la novela bastante diseccionada. Lo bonito de la vida es que cada uno puede decir lo que le dé la gana, aunque sean unas inmensas gilipolleces. Es todo lo que te puedo decir a ese respecto. ¿Qué es lo que le motivó para escribir esta novela? No lo estoy comparando en absoluto, pero sí que hay un motor que tiene que ver con el momento en que releí 'Últimas tardes con Teresa', yo lo había leído, me había causado una sensación hace bastantes años y ahora hace cuatro o cinco, cuando se empezó a forjar esta idea, la volví a releer. Cuando vuelves a ver esa novela te das cuenta de cómo ha cambiado la sociedad y creo que para bien. Abordar una historia de amor entre dos personas de condición social muy distinta fue lo que me interesó como motor. Y también me permitía hablar de desamor también y de amor, de diferentes aspectos. Y de la venganza, del orgullo, del honor, todos estos conceptos. No sale del universo femenino en su escritura, ¿por qué? El porqué no lo sé, es que no quiero caer en el tópico, porque tampoco creo que sea cierto, de que las mujeres son más interesantes que los hombres y los hombres son más simples, me parece un poco básico eso. Yo al final escribo de lo que me motiva, de lo que me interesa o de lo que me provoca emociones y me desenvuelvo mejor, me suscita más interés lo femenino. Y creo que hay muchísimas, por experiencia propia, mujeres en un momento parecido al de Vera. Hablo de esta mujer que tiene ya un bagaje suficiente, ya se te han quitado un poco las tonterías de la juventud y empiezas verdaderamente a valorar o a preguntarte si es la vida que tú quieres tener y ese anhelo de a lo mejor ir a buscar lo que intuyes que te estás perdiendo. "Si me pongo soy capaz de hacer muchísimas frases subordinadas en un párrafo, yo soy capaz de eso, pero no me interesa" ¿El amor y el sexo mueven el mundo? El amor y el sexo mueven el mundo porque son temas bastante recurrentes. El amor, por supuesto, y el deseo, es lo que mueve el mundo y lo que muchas veces lo explica es la ausencia de deseo. La ausencia de deseo como el reflejo de un hastío de tu vida también me interesa mucho contarlo. Es muy revolucionario lo que hace Vera en realidad. Hay algo que tiene que ver con el ser dueña de ti misma, que es algo que a mí me gusta siempre reflejar en todas las novelas. En mis novelas nunca hay un príncipe azul que te salva de ningún sitio. Al final siempre es ella la que marca su camino y por eso hay veces que alguna lectora no le parece una novela del todo complaciente, porque realmente no lo es. Lo que va a hacer es lo que le dé la gana. A algunos tampoco les gusta su estilo literario y... (Interrumpe) No puedo escribir para un crítico. Yo escribo para la gente y para la gente que me lee. Si me pongo soy capaz de hacer muchísimas frases subordinadas en un párrafo, yo soy capaz de eso. Tengo recursos para meter 37 subordinadas en medio folio, pero es que no me interesa nada. Hay un cierto malentendido sobre el lenguaje directo y la prosa fácil. Cada uno lee lo que le da la gana y me parece bien. Para mí, la literatura tiene que ser una especie de disparo, y si no a mí no me interesa, no me interesa hacerla. Reivindico el hacerle la vida fácil a los demás, incluso a la hora de que me tengan que leer o que me tengan que escuchar, yo se lo reivindico. Respeto muchísimo al lector y a su libertad. Sí que me apetece decir una cosa que creo que es importante. Cuando se empeñan en dividir permanentemente lo que tiene uno que leer si se considera inteligente y lo que no, creo que eso es un error tremendo de base, porque piensan muchas veces que se dirigen a dos o a tres tipos de lectores y muchas veces el lector es el mismo.
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