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» Diario Cordoba
Fecha: 26/11/2025 22:54
Las regiones montañosas del planeta están sufriendo los efectos del cambio climático con mayor intensidad que las tierras bajas, lo que conlleva consecuencias potencialmente devastadoras para miles de millones de personas que viven en estas regiones o dependen de ellas, según un importante estudio internacional, publicado en Nature Reviews Earth & Environment. El informe examina lo que los científicos denominan "cambio climático dependiente de la altitud" (EDCC), un fenómeno por el que los cambios ambientales tienden a intensificarse a mayor altura. La investigación representa el análisis más exhaustivo realizado hasta la fecha sobre cómo están cambiando los patrones de temperatura, precipitaciones y nevadas en las cordilleras del planeta. Menos nieve y más lluvia Dirigido por el profesor asociado Nick Pepin, de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), el equipo de investigación analizó datos procedentes de diversas fuentes y referidos a cordilleras específicas, como las Montañas Rocosas (EEUU), los Alpes (Suiza), los Andes (Chile) y la meseta tibetana. De este modo, hallaron tendencias alarmantes entre 1980 y 2020: Temperatura: Las regiones montañosas, en promedio, se están calentando 0,21 °C por siglo más rápido que las tierras bajas circundantes. Precipitaciones y nieve: Las montañas experimentan lluvias más impredecibles y las precipitaciones de nieve tienden a transformarse en lluvia. Los Andes chilenos, vistos de la capital del país, Santiago / Agencias "Las montañas comparten muchas características con las regiones árticas y están experimentando cambios igualmente rápidos", afirmó Nick Pepin, del Instituto de la Tierra y el Medio Ambiente de la Universidad de Portsmouth. "Esto se debe a que ambos entornos están perdiendo nieve y hielo rápidamente y están experimentando profundos cambios en los ecosistemas. Lo que es menos conocido es que, a medida que se asciende en las montañas, la velocidad del cambio climático puede intensificarse aún más", agregó. 1.000 millones de personas afectadas Los efectos de este fenómeno van mucho más allá de las comunidades montañosas. Más de 1.000 millones de personas en todo el mundo dependen de la nieve y los glaciares de las montañas para obtener agua, incluyendo a China e India —los dos países más grandes del mundo por población—, que reciben agua del Himalaya. Pepin añadió: «El hielo del Himalaya está disminuyendo más rápido de lo que pensábamos. Cuando se pasa de nevadas a lluvias debido al aumento de la temperatura, es más probable que se produzcan inundaciones devastadoras. Los fenómenos meteorológicos peligrosos también se vuelven más extremos». Más de 1.000 millones de personas en todo el mundo dependen de la nieve y los glaciares de las montañas para obtener agua, incluyendo China e India «A medida que suben las temperaturas, los árboles y los animales se desplazan a las cimas de las montañas en busca de condiciones más frías. Pero, con el tiempo, en algunos casos, se quedarán sin montaña y serán expulsados de la cima. Sin ningún lugar a donde ir, las especies podrían desaparecer y los ecosistemas podrían verse alterados radicalmente». Millones de personas dependen del agua que procede de las grandes cordilleras / Agencias Los acontecimientos recientes ponen de relieve la urgencia. Pepin señala lo sucedido este verano en Pakistán, que experimentó uno de los monzones más mortíferos en años, con aguaceros y lluvias extremas en las montañas que provocaron la muerte de más de 1.000 personas. Progreso, desafíos y necesidades futuras Esta última investigación se basa en un artículo anterior de 2015 en Nature Climate Change, que fue el primero en proporcionar evidencia exhaustiva de que las regiones montañosas se estaban calentando más rápidamente en las zonas altas que en las bajas. Ese estudio identificó factores clave, como la pérdida de nieve y hielo, el aumento de la humedad atmosférica y los aerosoles contaminantes. Diez años después, los científicos han avanzado en la comprensión de los mecanismos que controlan dicho cambio y sus consecuencias, pero el problema fundamental persiste: "El problema del cambio climático aún no ha terminado", explicó Pepin. Si el hielo desaparece de las montañas, desaparecerá también el agua / Agencias Un obstáculo importante sigue siendo la escasez de observaciones meteorológicas en las montañas. "Las montañas son entornos hostiles, remotos y de difícil acceso", afirmó Nadine Salzmann, del Instituto WSL para la Investigación de Nieve y Avalanchas (SLF) en Davos, Suiza. "Por lo tanto, el mantenimiento de estaciones meteorológicas y climáticas en estos entornos sigue siendo un desafío". Un fenómeno tal vez subestimado Esta falta de datos implica que los científicos podrían estar subestimando la velocidad con la que cambian las temperaturas y la rapidez con la que desaparecerá la nieve. La revisión también exige mejores modelos informáticos con mayor resolución espacial; normalmente, la mayoría de los modelos actuales solo pueden registrar cambios cada pocos kilómetros, pero las condiciones pueden variar drásticamente entre laderas separadas por escasos metros. Emily Potter, de la Universidad de Sheffield, añadió: «La buena noticia es que los modelos informáticos están mejorando. Pero una mejor tecnología por sí sola no es suficiente; necesitamos medidas urgentes para cumplir con los compromisos climáticos y una infraestructura de monitoreo significativamente mejorada en estas regiones montañosas vulnerables».
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