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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/11/2025 18:31
El ajo, originario de Asia Central, se expandió globalmente gracias a migraciones y su integración en diversas culturas (Imagen Ilustrativa Infobae) El ajo, con su característico e intenso sabor, ha acompañado a la humanidad durante miles de años, no solo dando vida a la gastronomía mundial, sino también desempeñando un papel vital en la salud y la cultura de distintas sociedades. Desde su origen en Asia Central hasta su lugar actual en las mesas de casi todo el mundo, su historia es un recorrido de migraciones, leyendas y descubrimientos científicos. Origen y expansión histórica del ajo a nivel mundial Según un artículo reciente en The Guardian, el ajo fue cultivado inicialmente en Asia Central, desde donde se propagó hacia Europa y, con el tiempo, llegó a Estados Unidos acompañando a las distintas olas migratorias. Esa expansión no solo responde a su facilidad de cultivo y almacenamiento, sino también a su capacidad para integrarse en las culturas donde encontró nuevos hogares. La difusión del ajo cobró fuerza a medida que personas de Asia llevaban su uso culinario y medicinal a otras regiones. El bulbo no tardó en impregnar paladares y creencias en Europa y luego América, hasta consolidar su presencia universal, donde actualmente goza de prestigio tanto en la alta cocina como en la medicina popular. El ajo en la cocina y su significado cultural contemporáneo El ajo es un ingrediente imprescindible en la cocina moderna y símbolo de prestigio culinario en todo el mundo El protagonismo del ajo en la gastronomía moderna resulta incuestionable. Para Poul Erik Jenson, chef danés y profesor en la Escuela de Gastronomía Francesa de Francia, el ajo es imprescindible: “No creo que ellos [los franceses] pudieran imaginar un plato salado sin ajo. Desde los caldos hasta las sopas, y en platos de verduras o carnes, definitivamente hay un diente de ajo en alguna parte. Es inimaginable no usarlo”. Jenson, quien creció en una Dinamarca rural donde el ajo era prácticamente desconocido en la década de 1970, destaca cómo las migraciones y la influencia de cocinas extranjeras como la italiana normalizaron su uso. Actualmente, el ajo forma parte inseparable del repertorio culinario global, y muchas personas lo incorporan no solo por su sabor, sino también por las creencias en sus beneficios para la salud. El propio Jenson relata: “Mi pareja y yo bebemos una taza de caldo en la mañana con una cabeza entera de ajo exprimida en cada taza. No hemos tenido un solo resfriado o gripe grave, y estoy seguro de que es gracias al ajo”. El ajo en la historia antigua: usos culturales, espirituales y medicinales La historia del ajo está imbuida de significados espirituales y medicinales que se remontan a la antigüedad. En la Grecia antigua, se ofrecía ajo a Hécate, diosa de los hechizos y protectora de los hogares, mientras que en Egipto se halló ajo en la tumba de Tutankamón, símbolo de protección para la vida después de la muerte. Antiguas civilizaciones como Egipto y Grecia atribuyeron al ajo propiedades espirituales y medicinales, usándolo en rituales y remedios “La receta más vieja del mundo es un guiso mesopotámico, de unos 3.500 años de antigüedad, y contiene dos dientes de ajo”, comenta Robin Cherry, autora del libro “Ajo: una biografía comestible”. Cita también el papiro de Ebers, un texto egipcio antiguo donde se recogen numerosos usos medicinales para el ajo en afecciones que van desde parásitos hasta problemas cardiovasculares y respiratorios. Notables figuras de la antigüedad como Hipócrates emplearon el ajo con fines terapéuticos. Robin Cherry confirma: “La mención más antigua [de ajo] también es de hace unos 3.500 años. Se llama el papiro de Ebers, y tenía muchas menciones de cómo usar el ajo para curarlo todo, desde el malestar hasta los parásitos y problemas cardíacos o respiratorios”. Cambios sociales en la percepción del ajo a lo largo del tiempo Si bien hoy el ajo es símbolo de refinamiento culinario, durante siglos fue asociado a las clases populares, siendo alimento básico de esclavos y marineros. “Realmente era un alimento para la gente pobre”, explica Cherry. “Se suponía que daba fuerza a personas como los esclavos que construían las pirámides en Egipto, o a los marineros romanos. Era barato, podía ocultar el mal sabor de la comida rancia. Así que se veía como algo que solo los pobres comían”. El ajo atravesó un cambio de imagen desde el Renacimiento, cuando figuras como Enrique IV de Francia lo popularizaron en sectores nobles. Su llegada a Estados Unidos en el siglo XX, a través de migrantes europeos y asiáticos, contribuyó a derribar prejuicios y a integrarlo en la idiosincrasia alimentaria norteamericana, donde antes era objeto de discriminación. Propiedades medicinales del ajo y evidencia científica actual Estudios científicos actuales destacan las propiedades antimicrobianas, antivirales y antimicóticas del ajo gracias a la alicina Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) hoy existen unas 600 variedades de ajo en el mundo, aunque su uso medicinal está bajo revisión permanente. Diversos estudios han documentado potentes efectos antimicrobianos, antivirales y antimicóticos atribuidos a compuestos como la alicina. Otro estudio realizado en la Universidad de Sídney, en Australia, confirmó las fuertes propiedades antimicrobianas, antivirales y antimicóticas del ajo. “El ajo contiene niveles altos de potasio, fósforo, cinc y azufre, y cantidades moderadas de magnesio, manganeso y hierro. Es como un vegetal milagroso”, asegura Bahee Van de Bor, portavoz de la Asociación Dietética Británica y una nutricionista pediátrica. Las investigaciones científicas han arrojado resultados mixtos sobre otros posibles beneficios, como la reducción del colesterol y la presión arterial. Por ejemplo, un estudio iraní reportó mejoras tras el consumo de ajo con jugo de limón, pero un ensayo en la Universidad de Stanford con 200 participantes no detectó efectos significativos. No obstante, un estudio en Australia confirmó el potencial antimicrobiano del ajo. Posibles riesgos y recomendaciones sobre su consumo El consumo de uno o dos dientes de ajo crudo al día es considerado saludable para adultos. Sin embargo, excederse puede provocar molestias gastrointestinales, flatulencias y alteraciones en la flora intestinal, particularmente si se ingiere en ayunas. Estos efectos adversos son documentados en la revista clínica American Family Physician, que recomienda la moderación y tomar en cuenta la tolerancia individual.
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