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» Politicargentina
Fecha: 26/11/2025 14:37
El diplomático Ricardo Lagorio, desplazado por Javier Milei de la representación argentina ante la ONU en octubre de 2024 tras un conflicto interno que terminó de quebrar su vínculo con el Gobierno,en la que acusó a la actual administración de conducir a la Argentina “a la etapa más débil de su presencia internacional en el sistema multilateral”.En el texto, Lagorio sostiene que la Argentina abandonó casi nueve décadas de tradición diplomática basada en la defensa de la paz, el derecho internacional, el trabajo con organismos multilaterales y la búsqueda de consensos globales. Asimismo, aseguró que el país pasó de ser un actor respetado en la ONU a alinearse con un grupo reducido de naciones, debilitando su autonomía estratégica.En 2024, las diferencias comenzaron a profundizarse tras su voto sobre la resolución que condena el bloqueo estadounidense a Cuba. Lagorio mantuvo la posición histórica de la Argentina —a favor del levantamiento del embargo—, pero el Gobierno esperaba un alineamiento pleno con Washington.También generó malestar un cable interno enviado antes de la reunión del Comité de Descolonización, donde advirtió que la Argentina estaba perdiendo apoyo entre países árabes y del Caribe en la cuestión Malvinas. Allí pidió gestos diplomáticos para sostener ese respaldo, especialmente en un contexto en el que el país se había distanciado de la Agenda 2030, de los acuerdos climáticos y había profundizado su vínculo con Israel.La tensión escaló al máximo cuando, durante el discurso de Milei en la Asamblea General de la ONU en septiembre, Karina Milei ordenó que Lagorio no integrara la delegación oficial, una decisión sin antecedentes en la diplomacia argentina. Ese episodio dejó clara la ruptura y derivó semanas después en su salida del cargo.En su columna, Lagorio advierte que el Gobierno “desmagnetizó la brújula histórica” de la política exterior argentina, que —según recuerda— se consolidó en 1936 con Carlos Saavedra Lamas, primer Premio Nobel de la Paz del país.Entre los puntos más duros de su diagnóstico menciona:- La salida del Pacto del Futuro y el distanciamiento respecto de la ONU.- El anuncio del retiro de la OMS, que considera contrario al plexo legal argentino en materia de salud, infancia, discapacidad, género e igualdad.- El abandono del liderazgo en cambio climático, pese al rol central que la diplomacia argentina tuvo en el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París.- El cambio de postura en el conflicto palestino, dejando atrás el reconocimiento de 2010 del Estado de Palestina y el respaldo a la solución de dos Estados.- La mínima presencia en misiones de paz, luego de décadas de participación activa.Para Lagorio, estos cambios transforman a la Argentina en “un actor periférico” y deterioran su capacidad de influir en agendas globales que considera esenciales: derechos humanos, descolonización, desarrollo sostenible, seguridad internacional y cooperación climática.La reaparición de Lagorio llega en medio de una Cancillería atravesada por tensiones internas, con una creciente centralización de la política exterior en la figura de Karina Milei y con nombramientos que generaron controversias dentro del cuerpo diplomático.Su crítica no sólo apunta a la orientación internacional del Gobierno, sino que vuelve a abrir un debate de fondo: ¿debe la Argentina sostener una política exterior basada en alineamientos ideológicos o recuperar el rol multilateral que la caracterizó durante casi 80 años?
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