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  • Fulano Sport: “Si algo falla, lo cambiamos o buscamos una solución porque el cliente conforme es el mejor propagandista que uno puede tener”

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 25/11/2025 16:02

    En esta edición N° 98 de Conociendo a distintas empresas de Concordia, Despertar Entrerriano dialogó con Julio Kovalsky, dueño de Fulano Sport, una zapatería histórica de Concordia ubicada en calle Las Heras 170. Con más de seis décadas de trayectoria, el local se mantiene como un clásico del rubro gracias a la dedicación familiar, la adaptación constante y el vínculo directo con generaciones de clientes. En esta charla repasamos los inicios, las transformaciones del mercado, los desafíos actuales y la filosofía de trabajo que sostiene al comercio desde 1963. ¿Cómo y cuándo comenzó la historia de Fulano Sport? “Empezó cuando dejé de acompañar a mis padres en el negocio que ellos habían instalado acá en calle Las Heras. Mis viejos venían de un comercio que estaba prácticamente en el campo, en el departamento de Gualeguaychú, en un pueblito muy chiquito, que hoy tendrá ochocientos o mil habitantes. Cuando crecimos, como ya éramos tres hermanos estudiando, mis padres decidieron no quedarse solos en el pueblo y optaron por venir a Concordia. Alquilaron un local enfrente de donde estamos ahora, una propiedad cuya dueña vivía en Córdoba. Se instalaron ahí, trajeron algo de mercadería del comercio del campo y empezaron a renovarla de a poquito. Yo trabajaba con ellos, pero era una ciudad grande y había que competir con gente con mucha experiencia. De a poco fui formando mi propio camino, hasta independizarme y abrir mi propio comercio.” ¿Por qué se llama Fulano Sport? “El nombre se me ocurrió a mí, simplemente. Quería algo popular, fácil de recordar, que fuera nombre de boca en boca. Y funcionó muy bien. Fulano Sport fue el segundo comercio de Concordia en vender zapatillas. El primero estaba en Buenos Aires y Entre Ríos, a media cuadra del Cine Odeón, y pertenecía al Gallego Núñez.” Julio siguió contando: “En esa época, Concordia tenía un fabricante de zapatillas: la fábrica Marcone, ubicada donde hoy es la ruta Eva Perón. Ellos impulsaron el cambio del calzado formal al más informal, el de la zapatilla. Después apareció una oportunidad enorme cuando una empresa de capitales mixtos del gobierno de Entre Ríos decidió liquidar todo. Me convocaron desde Paraná, me mostraron el stock y les hice una compra tremenda. Con esa mercadería abrí un depósito con el nombre Fulano Sport, y fue un boom comercial. Incorporé otras fábricas y el crecimiento fue enorme. Más adelante compramos este local, demolimos la casa vieja que había y en 1984 inauguramos el espacio actual, con 250 metros cuadrados.” ¿Cuál fue el mayor desafío que tuvo que enfrentar la empresa? “Estamos subsistiendo hoy después de haber pasado todos los estados económicos que soportó el país. Pero creo que este es el peor momento. La gente no gasta porque no sabe qué puede pasar mañana. Cuando se hablaba de un dólar a tres mil pesos, muchos fabricantes aumentaron la mercadería de manera descabellada, desconcertando a todo el mundo. Ahora algunas fábricas están bajando hasta un 40% los valores, por la necesidad urgente de vender.” El dueño siguió expresando: “A esto se suma la falta de movimiento comercial y el ingreso de mercadería del exterior, más la venta por Mercado Libre, donde no se sabe quién paga los impuestos, quién controla la aduana o quién recauda. El rubro está pasando por uno de los momentos más críticos.” ¿Cómo impactaron los avances tecnológicos en tu negocio? “En informática yo soy un ignorante, lo admito. Y la modalidad de compra cambió muchísimo. Hoy la gente viene con el celular y te muestra: ‘¿Este calzado lo tienen?’ Y resulta que es una oferta que viene de Estados Unidos, fabricada en China, y que nuestros industriales ya no pueden replicar porque están desapareciendo las fábricas argentinas. Yo recibí comunicaciones de fábricas de Rosario, de Cañada de Gómez y de Capital Federal que están cerrando porque no pueden competir. Eso impacta directamente en lo que podemos ofrecer.” Mencionó además: “En las formas de pago también hubo un cambio enorme. Antes era todo efectivo. Ahora el 80% son transferencias o tarjetas de débito. Las de crédito casi no se usan porque es muy caro sostenerlas y los intereses son usurarios. Por suerte acá tengo ayuda: la empleada de la casa y mi hija, que maneja la parte registradora y el posnet. Yo le escapo a todo eso.” ¿Han cambiado los hábitos de consumo con el paso del tiempo? “Muchísimo. Cuando empecé, había poca variedad y la gente venía decidida: elegía tres o cuatro pares y se iba. Hoy las exigencias son enormes, sobre todo en la juventud, que mira mucha televisión y sigue tendencias globales. Buscan cosas que a veces ni existen en el mercado nacional, y con la desaparición de tantas fábricas es difícil satisfacer esa demanda. Por eso muchos terminan comprando online.” ¿Qué productos podemos encontrar en Fulano Sport? “Para el que no es extremadamente exigente, tenemos de todo. Desde un número 15 para un bebé recién nacido hasta una zapatilla número 49 para alguien muy corpulento. Hay calzado para la lluvia, para fiestas, para casamientos, para trotar, alpargatas de varios tipos, ojotas para las termas o la playa. Mucha variedad. Y ahora está entrando mercadería importada muy novedosa y atractiva.” ¿Cómo lograron mantener la fidelidad de los clientes durante tantos años? “Yo atiendo a la gente como me gustaría que me atiendan a mí. Y lo más importante que tiene un negocio es el cliente. La mercadería se consigue en algún lado, pero un cliente consecuente no. Después de 62 años detrás del mostrador, que alguien siga viniendo es el agradecimiento más grande. A mi edad, venir al negocio es una distracción. Cumplo mis ocho horas igual, aunque la actividad haya decaído muchísimo. Eso lo vemos todos: la gente del centro lo dice, cuesta muchísimo sostenerse.” ¿Qué significa Fulano Sport para usted? “Para mí fue estabilidad emocional, crecimiento económico y un puente hacia muchas otras cosas. Pero, sobre todo, es una relación con la gente. Después de tantos años, los clientes dejan de ser clientes. Son conocidos, y a veces amigos. Hablamos de cualquier cosa antes que del calzado.” Agrega; “Yo siempre digo que lo fundamental es ser humilde y honesto. Prefiero no vender antes que vender algo que va a disgustar al comprador. Si algo falla, lo cambiamos o buscamos una solución. Eso genera confianza, y el cliente conforme es el mejor propagandista que uno puede tener. Hoy la tendencia es simplemente sobrevivir. Las reglas éticas se fueron perdiendo y muchos solo quieren seguir remando a como dé lugar. Pero yo sigo apostando a lo mismo de siempre: respeto, honestidad y buena atención.” Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de los reels en redes sociales, buscános como @DespertarEntrerriano.

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