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» Facundoquirogafm
Fecha: 24/11/2025 12:54
Las relaciones amorosas atraviesan cambios naturales con el paso del tiempo y, en ese movimiento, la conexión entre dos personas puede debilitarse hasta anticipar una despedida. La rutina, los proyectos que dejan de coincidir y la pérdida de sintonía emocional suelen marcar el inicio de ese proceso silencioso. En muchos casos, la persona que evalúa terminar la relación atraviesa un recorrido emocional interno antes de comunicarlo, y ese camino suele mostrar patrones que se repiten. El primero de ellos es el humor cambiante, un vaivén emocional que no siempre responde a discusiones puntuales, sino a una desconexión que comienza a instalarse y genera actitudes contradictorias. El segundo indicador habitual es el alejamiento afectivo. La comunicación se vuelve más escasa, los gestos cotidianos disminuyen y la implicación emocional se reduce. Esa distancia no siempre se debe a evitar responsabilidades, sino a la dificultad de poner en palabras un final que todavía no se anima a expresarse. La tercera señal suele ser la aparición de reproches continuos, incluso en situaciones menores. Ese mecanismo funciona como una forma de justificar la salida y de acomodar emocionalmente la idea de la separación, aunque muchas veces ocurre sin plena conciencia. En conjunto, estas señales forman un patrón que refleja un proceso de desapego progresivo. Reconocerlos no implica anticipar conclusiones definitivas, pero sí permite comprender con mayor claridad cómo se mueve emocionalmente alguien que está transitando el final de un vínculo.
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