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Fecha: 23/11/2025 21:39
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) manifestó nuevamente su preocupación por la caída sostenida en las tasas de vacunación a nivel nacional. De acuerdo con datos oficiales, las dosis estratégicas aplicadas en 2024 se ubicaron por debajo del 50%, y ninguna alcanzó el 95% necesario para la inmunidad colectiva. En Santa Fe, la ministra de Salud, Silvia Ciancio, señaló que la provincia muestra indicadores algo más favorables, aunque reconoció que la inoculación sigue siendo baja, sobre todo en los refuerzos de 5 y 11 años. La funcionaria remarcó que existe «una falta de percepción de la ausencia de riesgo» y advirtió que muchas enfermedades graves ya no son observadas por la población gracias al éxito de las vacunas. En este contexto, LT10 dialogó con la doctora Elizabeth Patricia Bogdanowicz —MN 66.915—, infectóloga pediatra y miembro del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, quien analizó las causas y consecuencias de este fenómeno. Con las vacunas, enfermedades que se han dejado de ver La especialista comenzó recordando que, décadas atrás, tanto las familias como las escuelas tenían un rol más activo en el control de los esquemas de vacunación: «Los que tenemos más edad recordamos el papel preponderante que tenían las escuelas en el control del estado de vacunación de los chicos, y los observantes que eran los papás del cumplimiento de ese esquema», afirmó. Bogdanowicz explicó que, con el correr de los años, distintos factores confluyeron en una disminución de la adhesión: «La pandemia tiene algún impacto en este punto, la prédica de grupos antivacunas, los mensajes que dejan abierta la posibilidad de tener dudas… son todos elementos que se suman en contra de una aceptación y comprensión de la importancia de la vacunación», señaló. La médica destacó que el éxito de las vacunas generó una falsa sensación de seguridad: «Con las vacunas hay enfermedades que las hemos dejado de ver, ya nadie ve difteria. Desde el año 2000 no hay sarampión autóctono; los últimos casos de rubéola fueron en 2009. Hay una generación de médicos que ha dejado de ver enfermedades prevenibles con la vacunación». La vacunación, un cuidado que debe acompañar toda la vida La infectóloga remarcó la importancia del calendario de vacunación y su continuidad en cada etapa. «La vacunación es un acto de prevención, tal vez uno de los más importantes que podemos ofrecer, que debe ser mantenido a lo largo de toda la vida», subrayó. Además, explicó que los refuerzos son claves para sostener la protección: «Recordemos que los refuerzos son imprescindibles para mantener la solidez de la respuesta inmune a lo largo del tiempo». En relación con la tos convulsa, enfermedad que volvió a cobrar relevancia, Bogdanowicz recordó que la protección inicial lleva tiempo: «Nos lleva seis meses tener un niño bien vacunado y fuera de riesgo», dijo. Y agregó que, por ello, es fundamental vacunar a las embarazadas: «No llegamos al 65% de vacunación en la embarazada… y el bebé es el que tiene más riesgo de tener un cuadro severo de tos convulsa». El rol de las escuelas y los desafíos sociales La especialista señaló que las instituciones educativas continúan pidiendo el carné de vacunación, aunque la crisis social actual impide medidas más estrictas: «Uno no puede tener la exigencia de decirle a tu mamá que si el carné no está al día mañana no vas a poder entrar, porque es imposible en la situación social actual». Sin embargo, destacó que las escuelas sí pueden acompañar y alertar a las familias: «Es posible que el colegio advierta a la familia que faltan vacunas, el carné está incompleto, y recuperar en el menor tiempo posible las vacunas faltantes». Movimientos antivacunas y la necesidad de políticas activas Bogdanowicz advirtió sobre el impacto de la desinformación: «El fenómeno de los movimientos antivacunas realmente es muy preocupante», afirmó. Y subrayó el papel del Estado en la actualización del calendario y en mejorar la accesibilidad: «El Estado debe garantizar la estrategia para que la vacuna llegue a la población objetivo: vacunar en las escuelas, prolongar los horarios de atención en vacunatorios, hacer postas los fines de semana». Antes de despedirse, la médica dejó un mensaje claro y reiterado: «Las vacunas salvan vidas, son gratuitas, son obligatorias, y acercarse a vacunarse es una de las tantas maneras que uno tiene de cuidar su salud». Fuente: LT10
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