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» Diariopinion
Fecha: 22/11/2025 22:52
Sin embargo, la realidad ha resultado muy distinta a la esperada: los controles policiales de alcoholemia, especialmente en Villa del Carmen y Herradura, se perciben como asfixiantes, burocráticos y estrictos, generando un clima de malestar que afecta tanto a los dueños como a los turistas. Testimonios y experiencias Propietarios y vecinos han manifestado su preocupación por el impacto de estos operativos. "Los controles son tan minuciosos y frecuentes que los turistas prefieren evitar la zona, afectando directamente nuestra posibilidad de alquilar las quintas", comenta un propietario local. Además, los controles no solo implican multas que pueden ascender hasta los 600.000 pesos, sino también la retención de licencias y vehículos, lo que genera pérdida de tiempo y frustración entre los visitantes. En redes sociales y medios locales, se han recogido testimonios de turistas que relatan su incomodidad ante la rigurosidad de los controles, llegando incluso a modificar sus planes de viaje para evitar la provincia. "La experiencia de descanso se ve empañada por la constante presencia policial y la posibilidad de sanciones severas", señala una familia que decidió no regresar a Formosa tras un fin de semana en la zona Impacto en el turismo y la economía local La situación ha repercutido en la ocupación hotelera y el movimiento turístico. Durante las vacaciones de invierno, la ocupación hotelera apenas alcanzó el 20%, y en los últimos tres años, cerca de diez hoteles han cerrado sus puertas en la provincia. Aunque Formosa ha sido reconocida por informes oficiales como una provincia con alta demanda turística sostenida, la realidad muestra una crisis estructural que afecta a hoteleros, gastronómicos y comerciantes. Los comerciantes advierten que muchos potenciales clientes prefieren realizar compras en localidades vecinas o incluso en Paraguay, generando un flujo económico que perjudica a los negocios locales. La falta de políticas que promuevan el turismo interprovincial y la rigidez de los controles policiales son señalados como factores clave en esta problemática. Comparativa con Salta: un modelo turístico diferente La comparación con Salta resulta inevitable. En esta provincia, la policía turística está orientada a la asistencia y orientación de los visitantes, brindando información y apoyo en situaciones de infracción sin recurrir a sanciones inmediatas. Por ejemplo, ante casos de alcoholemia, se pone a disposición un conductor responsable para trasladar al infractor a su domicilio, evitando multas y pérdidas de tiempo. Este enfoque ha contribuido a que Salta se consolide como uno de los polos turísticos más valorados del país, con una infraestructura y recursos policiales pensados para fortalecer la seguridad y el bienestar de los turistas. Los propietarios de quintas en Formosa reclaman una revisión de las políticas de control y mayor diálogo con las autoridades para encontrar un equilibrio entre la seguridad vial y el desarrollo turístico. "No pedimos que se eliminen los controles, sino que se adapten a la realidad turística y se priorice la experiencia del visitante", concluye uno de los afectados. El malestar y desencanto persisten, mientras la esperanza de que las autoridades reconsideren su postura se convierte en el principal anhelo de quienes apostaron por el turismo como motor de desarrollo local.
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