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  • Roblox bajo la lupa: Especialistas de la ciudad alertan por los riesgos detrás del juego más popular entre los chicos

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 22/11/2025 21:52

    “Mis amigos lo juegan”: el motivo más común a la hora de que un chico le pida a uno de sus padres para jugar a Roblox, una aplicación que permite a los usuarios jugar juegos y también crearlos. Es online, por lo cual quien la usa puede interactuar con otras personas que coincidan en la misma “sala”. Con gráficos llamativos y coloridos, una jugabilidad muy adictiva, y posibilidades ilimitadas en sus diferentes niveles y juegos (que incluso incluyen personajes famosos de la actualidad), niños de todo el mundo se conectan día a día para entrar en este mundo. Tal es su popularidad que, actualmente, cuenta con más de 380 millones de usuarios activos. En Argentina, hay cinco millones de personas que lo utilizan: de todos ellos, alrededor de 1,9 millones son menores de trece años. Adicionalmente, podemos nombrar otras características: aunque la plataforma y algunos de estos juegos son gratuitos, existen las “Robux”, monedas virtuales que animan a los chicos a realizar compras en la aplicación, para jugar juegos exclusivos o personalizar su avatar, es decir el personaje a través del cual interactúan en la plataforma. Entender el juego es, un poco, entender a los chicos. Yo mismo puedo decir que si fuese un chico de 10 años me encantaría jugar todo el día. Pero detengámonos ahí: las horas que los chicos pasan en la pantalla. Puede interesarte A la hora de hablar del uso excesivo de los dispositivos en los niños, Andrés Mazur, psicólogo de niños y adolescentes, relató a Ahora ElDía que “los afecta en forma mayúscula porque altera el modo de percepción de la realidad. Un chico no debería tener uso de pantallas antes de los dos años, para nada, y después de los dos años tendría que tener bastante restringido su uso porque va construyendo sus categorías perceptuales y va relacionando lo que percibe con estados afectivos”. “El uso de las pantallas, que son una hiperestimulación para los sentidos, no hacen participar al cuerpo. Lo lógico sería que, a mucho estímulo, uno con el cuerpo tenga que hacer algo. Entonces, tenemos un exceso de estímulo y una incapacidad de procesamiento, lo cual genera una situación que es la definición de trauma: es una situación traumática”, explicó Mazur. Por otro lado, el psicólogo especialista en niños, adolescentes y familia, Juan Melchiori, consideró “difícil establecer un parámetro para lo que se considera ‘uso excesivo’. A cada niño lo afecta de una manera particular, una determinada cantidad de tiempo no afecta de la misma manera a dos niños diferentes”. “Los efectos del uso excesivo suelen estar asociados a mayores dificultades para regular los estados emocionales, la impulsividad y el retraimiento, por nombrar algunas. También podemos ver afectadas otras áreas de desarrollo del niño como pueden ser el desempeño académico o las relaciones sociales”, resaltó el psicólogo. La Licenciada Ana Fischer, creadora de la página web “Crianza Cibersegura”, aportó su visión del asunto: “Hoy los riesgos no son sólo los que imaginamos (como el contacto con desconocidos, el acoso o el acceso a contenido inapropiado) sino también amenazas silenciosas que afectan la salud mental, el desarrollo del cerebro y la vida cotidiana de niños y niñas. Lo primero que nos podemos preguntar es ¿Qué pasa cuando un niño, una niña navegan solos? Las plataformas están diseñadas para que el usuario, incluso si tiene 6, 9 o 12 años, se quede la mayor cantidad de tiempo posible y además necesite volver una y otra vez por incentivos que se llaman ‘de compulsión’”. “Algo que debería preocuparnos mucho son los riesgos para el cerebro y la salud mental, porque mientras más pequeños se inicien en las pantallas, más sensible es la etapa del neurodesarrollo. El exceso de pantallas sobreestimula el sistema nervioso. El cuerpo entra en “modo alerta”, aunque el niño esté quieto, lo que genera irritabilidad, mal descanso, terrores nocturnos, hiperactivación, enojo o llanto fácil, dificultad para relajarse y disfrutar sin altos estímulos”, enumeró la profesional, y subrayó que, con el tiempo, esa sobrecarga afecta el sueño, el humor y al desarrollo del autocontrol. Mazur aclaró que, a la hora de la consulta psicológica, los chicos no van por sí solos por temas relacionados con el uso de las pantallas: “Generalmente es por una demanda de la familia, cuando el niño está todo el día prendido a la pantalla, no hay otra forma de entretenerlo. Las consecuencias son más que nada el aislamiento, el relacionarse solamente a través de las redes, y la desorientación”. En consonancia, Melchiori dijo que los chicos por sí mismos no suelen problematizar el uso de juegos o redes sociales, “A menos que hayan padecido las consecuencias de esto. Pero, generalmente, necesitan de la mirada de un otro que les ayude a observar los efectos que los juegos o las redes sociales tienen en ellos”. Ana Fischer destacó que, según Unicef, en Uruguay y Argentina, más del 70% de los niños tiene acceso a un dispositivo con internet antes de los 10 años. “La Asociación Española de Pediatría es quién tiene las recomendaciones más actuales: cero pantallas hasta los 6 años y, luego, un máximo de 1 hora diaria, evitando celulares, tablets, videojuegos y redes sociales”. Roblox, “una pileta sin cerco” “A diferencia de otros videojuegos, Roblox funciona como un ‘ecosistema abierto’: millones de juegos creados por usuarios, con chats integrados y posibilidad de interactuar con personas de todo el mundo”, describió la especialista, y resaltó que, al entrar a los videojuegos de este tipo se puede, por ejemplo, mentir la edad y entrar a espacios no aptos, recibir notificaciones, incentivos y ‘misiones que enganchan’, interactuar con desconocidos que pueden manipular a los chicos y encontrar contenido violento o sexualizado, entre otras cosas. Según Fischer, las características de esta aplicación habilitan escenarios donde los adultos pueden hacerse pasar por menores mediante avatares o perfiles falsos y contactar a los niños dentro del juego y luego derivarlos a aplicaciones externas (como Discord o Snapchat, donde ya no rigen los mecanismos de control de la plataforma). “Se registran casos de manipulación emocional, solicitudes inapropiadas y dinámicas de extorsión vinculadas al uso de Robux (la moneda virtual). El peligro que se corre no tiene que ver con casos aislados”, contó la licenciada, y agregó: “Aunque Roblox cuenta con filtros y herramientas de control parental, investigaciones y denuncias han mostrado que aún es posible acceder, incluso con cuentas configuradas como menores de edad, a juegos con temáticas no aptas para niños, entornos de rol con comportamientos inadecuados, experiencias que simulan prácticas adultas o actividades ilícitas”. Puede interesarte “Por otra parte, tenemos que saber que hay dentro del juego una monetización agresiva y presión por gastar. Se encuentran mecánicas similares a juegos de azar, ‘loot boxes’ y promociones que incentivan compras dentro del juego, recompensas o intercambios que pueden motivar a los niños a adoptar conductas impulsivas”. Fischer compartió un ejemplo muy impactante: “Así le pasó a una nena mendocina de 8 años, que creía estar hablando con otra chica de 12. Primero, entablaron una amistad: la nena de 12 le mostró una foto con su hermana, lo que generó más confianza, y luego le dijo que podía regalarle 1000 robux pero que tenía que pasar una serie de desafíos. El primero era sacarse una foto más “jugada”, y le mostró una foto de una nena levantándose apenas la remera”. “Esta nena dudó, pero accedió y luego le pidió una foto desnuda. La nena se asustó y le avisó a su mamá, pero esta persona seguía escribiendo diciendo que si no mandaba de inmediato una foto desnuda iba a compartir la primera foto a todos sus contactos. Ese es el modelo de chantaje que se utiliza. Afortunadamente, esta nena pudo pedir ayuda antes de entrar en estas garras de extorsión”, contó Ana. ¿Entonces, qué hacemos? Melchiori sostuvo que no piensa el control sobre las pantallas en una edad particular: “La edad no es tan importante, como sí lo es pensar y reflexionar si las herramientas que tiene mi hijo/a le hacen estar preparado/a para hacerse responsable de todo lo que implica entrar al mundo digital. Pero lo complicado hoy en día es que muchos padres desconocen qué recursos son necesarios para estar navegando en el amplio mundo digital y los riesgos existentes”. “Cuando un chico está frente a estas pantallas tiene que tener un acompañamiento de los padres. Los padres deberíamos mirar juntos con los chicos lo que está mirando. Para hacer aclaraciones, para preguntar, para poder hablar sobre lo que están viendo y lo mejor sería que los padres podamos disfrutar de lo mismo que miran los chicos. No hablar de control, sino acompañamiento y supervisión”, declaró Mazur. Finalmente, Fischer fue contundente: “Desde la perspectiva de prevención, acompañamiento familiar, cuidado de la salud mental y emocional de niñas y niños, mi recomendación es directa y clara: desinstalar Roblox”. “En cuanto al uso de pantallas, el consenso internacional avanza hacia la idea de que la regulación no solo es necesaria, sino urgente. Las familias pueden y necesitan acompañar, pero no pueden hacerlo solas frente a sistemas diseñados para captar la atención infantil. La protección real va a llegar cuando la regulación, la educación y la responsabilidad empresarial trabajen en conjunto”, concluyó la profesional.

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