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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/11/2025 04:57
La influencia china en América Latina se amplía a pasos agigantados. ¿Cómo impacta en la región? (Fotos: archivo DEF) El concepto de sharp power, relativamente nuevo en los estudios internacionales, define la proyección de la influencia de los Estados autoritarios en el mundo, como es el caso de China. A la opción elegida por algunos académicos, que traducen este concepto como “poder afilado”, la politóloga Constanza Mazzina prefiere la de “poder incisivo”. Se trata, tal como explica la actual directora de la carrera de Ciencia Política de la Universidad del CEMA, de una “narrativa caracterizada esencialmente por situar el poder del Estado por encima de las libertades individuales, especialmente las de expresión, prensa y pensamiento”. La “diplomacia partidaria”, los intercambios académicos y con periodistas, la participación de empresas estatales chinas en sectores estratégicos y la propaganda en español en medios de comunicación y plataformas digitales locales son algunas de las herramientas utilizadas por el gigante asiático para penetrar en nuestra región. Todos estos elementos son puestos al servicio de “estrategias de cooptación” que buscan “generar confianza, afinidad y compromiso” de las élites locales. Constanza Mazzina, directora de la carrera de Ciencia Política de la Universidad del CEMA (Foto: Fernando Calzada) “El trato que China ofrece a las élites de Argentina y el resto del hemisferio no es una corrupción tradicional, pero sí es un negocio transaccional, que deja las puertas abiertas a las áreas grises donde las élites tradicionalmente han maniobrado durante mucho tiempo”, señala, por su parte, el académico estadounidense Douglas Farah, en el prólogo a “La estrategia china de captura de élites y su impacto para la Argentina”, la reciente investigación de Constanza Mazzina publicada por Expediente Abierto. Una chequera generosa e inversiones en sectores estratégicos Al referirse a los vínculos económicos entre Argentina y el gigante asiático, el economista e investigador de la Fundación Federalismo y Libertad, Nahuel Ríos, recuerda que “la balanza comercial con China es básicamente deficitaria”. En 2024, el saldo negativo fue de 5616 millones de dólares, cifra que ya ha sido superada en los primeros nueve meses de 2025, en los que el rojo con China alcanzó los 6572 millones de dólares. A falta del último trimestre, los datos totales de 2025 podrían acercarse al saldo negativo récord de 9494 millones de 2022. Desde 2004. momento que Ríos define como el “punto de inflexión”, el volumen del intercambio bilateral se quintuplicó hasta 2022; se acordó el swap de monedas entre los Bancos Centrales y se profundizaron las inversiones chinas en sectores estratégicos, como infraestructura, energía y minería. El 46 % de estos proyectos en el país se encuentra en la región del Norte Grande, principalmente Jujuy y Catamarca. El concepto de sharp power, relativamente nuevo en los estudios internacionales, define la proyección de la influencia de los Estados autoritarios en el mundo (Foto: archivo DEF) Se trata, precisa Costanza Mazzina, de provincias caracterizadas por “economías poco diversificadas, reducidas oportunidades de movilidad social ascendente, liderazgos políticos débiles o liderazgos exógenos e instituciones políticas inestables”, entre otros rasgos. “Asimismo, se han conformado alianzas estratégicas entre empresarios locales y firmas chinas”, añade, al tiempo que reconoce el “papel clave de actores políticos locales en la atracción y facilitación de inversiones”. Litio y renovables en el NOA, la apuesta del gigante asiático Posicionada como un actor cada vez más relevante en la provisión de recursos energéticos y mineros, Argentina es actualmente el cuarto exportador mundial de litio, detrás de Australia, Chile y China. En 2024, se alcanzó un volumen exportado de 67.000 toneladas de carbonato de litio equivalentes, producido en los proyectos Fénix, Sales de Jujuy y Cauchari-Olaroz. Una vez consolidados los datos de 2025, se espera un aumento del 70 %, lo que permitiría alcanzar las 115.000 toneladas, a partir de la entrada en producción de Centenario-Ratones, Sal de Oro, Mariana y Tres Quebradas. “China representa el 30 % de las inversiones en capacidad de producción actual de litio de nuestro país”, advierte Nahuel Ríos. Entre los proyectos actualmente operativos, Ganfeng Lithium está presente en Cauchari-Olaroz (Jujuy) y Mariana (Salta); y, de cara al futuro, participa como operador del proyecto Incahuasi y como socio minoritario en Pozuelos-Pastos Grandes y Sal de la Puna, estos tres últimos en Salta. Por su parte, Zijin Mining Group es la propietaria del proyecto Tres Quebradas (Catamarca), que inició su producción en septiembre pasado. El economista e investigador de la Fundación Federalismo y Libertad, Nahuel Ríos, junto a Mazzina (Foto: Fernando Calzada) “Aunque el litio concentra la mayor parte del capital chino, también se ha manifestado interés en sectores como la energía solar, la infraestructura y el turismo”, apunta Mazzina en referencia a las inversiones en Catamarca, que repiten el mismo patrón que en Jujuy. En esta última provincia, el Banco de China financió el 85 % de la inversión del ambicioso parque solar fotovoltaico Cauchari, el mayor de su tipo en América Latina, con una capacidad instalada de 315 megavatios. Al gigante asiático, poco parece importarle la orientación política de los distintos gobiernos nacionales y provinciales. “A pesar de los cambios de gobiernos argentinos y las diferencias ideológicas entre los partidos que han llegado al poder, las relaciones con China han mostrado una notable continuidad”, concluye Mazzina, quien afirma que el fenómeno de la captura de élites se extiende transversalmente a las distintas fuerzas políticas.
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