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Fecha: 21/11/2025 22:39
El fiscal federal de Sáenz Peña, Carlos Amad, reveló que todavía no lograron encontrar el aparato que tenía Acaí en el cuello. Hubo allanamientos en el interior provincial y estiman en 2.700 millones de pesos el daño ambiental por la pérdida del gran felino. La investigación por la desaparición de la yaguareté Acaí en el corazón del Parque Nacional El Impenetrable sigue adelante. En ese sentido, el fiscal federal de Sáenz Peña, Carlos Amad, comunicó este jueves que valuó el daño ambiental por la pérdida de este ejemplar en 2.700 millones de pesos. Aunque se han desplegado todos los recursos disponibles y se han realizado allanamientos y secuestros de celulares en diferentes puntos de la región, los investigadores todavía no pudieron encontrar el collar localizador ni el cuerpo del animal, y se evalúa el ofrecimiento de una recompensa nacional para reunir datos clave sobre su paradero. Acaí era uno de los últimos yaguaretés monitoreados en el parque chaqueño, donde la conservación de esta especie, declarada Monumento Natural Nacional y Provincial, es prioritaria dadas las amenazas de caza furtiva y el deterioro de su hábitat. La desaparición del animal, monitoreado mediante tecnología satelital, activó un protocolo de emergencia: desde la última señal emitida por el collar localizador, detectada cerca del río Bermejo, empezó una búsqueda intensiva con buzos de Bomberos, equipos terrestres, análisis de la geolocalización y tareas de inteligencia sobre el terreno. Pese al despliegue, el dispositivo y la yaguareté siguen sin aparecer. El fiscal Amad dio detalles de la investigación en una entrevista con Radio Libertad y precisó que el caso fue activado “desde el mismo momento en que se recibió la denuncia”. Las tareas abarcan rastrillajes terrestres y fluviales en áreas de difícil acceso, con recorridas sostenidas en una extensión inhóspita de El Impenetrable, donde las temperaturas extremas y la baja densidad poblacional complican la permanencia y movilidad de los equipos. Se suman análisis satelitales y la verificación de reportes de vecinos y pobladores, así como la revisión de posibles encuentros del animal con otros animales domésticos que podrían haberle ocasionado algún daño. En paralelo, la investigación técnica avanza con procedimientos judiciales: se realizaron varios allanamientos y se secuestraron celulares que serán peritados en los próximos días por la División Cibercrimen. Para el fiscal, cualquier información podría resultar clave para reconstruir la cronología de los hechos y acercarse a la verdad de lo sucedido. “Queremos saber si hay alguna información útil que nos permita reconstruir qué ocurrió”, expresó Amad, señalando la importancia de no descartar ninguna hipótesis. A pesar de versiones tempranas que apuntaban a la posible intervención de una banda de cazadores furtivos, el fiscal pidió cautela y subrayó: “No tengo elementos ciertos hoy que me hagan pensar que Acaí está muerta, ni que actuó una banda de cazadores furtivos. No descarto nada, pero no puedo afirmarlo”. Insistió en que la investigación debe ser rigurosa, responsable y fundada en pruebas, evitando la circulación de falsas certezas mientras el proceso se encuentra en curso. La dificultad operativa de buscar en un territorio extremo y la falta de señales recientes mantienen la incertidumbre sobre el caso. Amad remarcó que la ley es clara con respecto a las sanciones: “Es muy grave matar un animal de esta especie. La sanción está prevista y se aplicará si se determina un responsable”. Aunque por el momento no hay personas imputadas, la investigación prevé la colaboración de la ciudadanía y la implementación de una recompensa nacional para quienes aporten datos útiles. El fiscal solicitó que cualquier persona que tenga una pista la acerque de manera anónima y segura a la comisaría o destacamento más cercano. Destacó el antecedente de otro caso en Salta en el que la existencia de una recompensa fue clave para obtener resultados y reiteró que “cada aporte puede ser decisivo”. “Si la jueza autoriza la recompensa, capaz que alguno hasta manda al frente al padre”, ironizó Amad. El pasado 5 de octubre, Acaí, una ejemplar de 2 años y 8 meses, fue puesta en libertad como parte del programa de reintroducción del yaguareté, impulsado por la Fundación Rewilding Argentina en conjunto con la Administración de Parques Nacionales (APN) y el gobierno de la provincia de Chaco. Un dispositivo satelital registraba su ubicación cada hora y transmitía datos cada cuatro, lo que permitía que el animal fuera monitoreado de forma permanente por equipos técnicos en el marco de una estrategia de seguimiento continuo. Durante las primeras semanas, Acaí se desplazó por zonas de monte denso, hasta que el 25 de octubre el dispositivo dejó de emitir señales. Inmediatamente, se puso en marcha un operativo para dar con el animal. En un principio, desde la Administración de Parques Nacionales se informó que el collar había sido hallado en el río Bermejo, pero el fiscal Amad desmintió este jueves ese dato.
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