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  • Investigan el potencial de un tratamiento innovador para casos graves de depresión

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/11/2025 10:36

    La estimulación cerebral profunda mostró avances en el tratamiento de la depresión resistente (Imagen Ilustrativa Infobae) La estimulación cerebral profunda ha mostrado avances importantes en el abordaje de la depresión resistente al tratamiento, según los resultados de un reciente ensayo clínico. De acuerdo con lo que estima la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo, el 5,7% de los adultos tiene depresión. En este estudio, publicado en Nature Communications, la mitad de los pacientes sometidos a este procedimiento experimentaron mejoras clínicas notables, y un tercio alcanzó la remisión casi total de sus síntomas. Además, los investigadores identificaron un marcador cerebral específico que podría anticipar qué pacientes responderán mejor a la intervención, lo que abre la puerta a tratamientos más personalizados en el futuro. El ensayo se llevó a cabo en el Hospital Ruijin de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiaotong de Shanghái e incluyó a 26 personas diagnosticadas con depresión resistente al tratamiento. Trece de los veintiséis pacientes tratados presentaron mejoras significativas en los síntomas de depresión y ansiedad (Imagen Ilustrativa Infobae) Todos los participantes no habían logrado alivio con antidepresivos ni terapias cognitivas, una situación que afecta a entre el 30% y el 50% de quienes padecen este trastorno, considerado una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial. Los resultados del estudio muestran que 13 de los 26 pacientes presentaron mejoras significativas en los síntomas de depresión y ansiedad, evaluadas mediante escalas clínicas reconocidas. Nueve de ellos, es decir, el 35% de la cohorte, alcanzaron la remisión, lo que implica la desaparición casi completa de los síntomas. También se observaron mejoras en la calidad de vida y una reducción de la discapacidad asociada a la enfermedad. La profesora Valerie Voon, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Fudan, afirmó: “La estimulación cerebral profunda se muestra muy prometedora para abordar la depresión resistente al tratamiento, que puede tener un gran impacto en la vida de las personas. Pero nuestro estudio no solo ha puesto de manifiesto esta promesa, sino que nos ha proporcionado un marcador objetivo potencial y muy necesario para determinar qué pacientes responderán mejor". La estimulación cerebral profunda (ECP) es un procedimiento neuroquirúrgico para tratar trastornos del movimiento asociados con la enfermedad de Parkinson (EP) , temblor esencial, distonía y otras afecciones neurológicas (Freepik) Existen dos tipos frecuentes de depresión, según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos: Depresión mayor , que incluye síntomas de un estado de ánimo depresivo o pérdida de interés, la mayor parte del tiempo durante al menos dos semanas, y que interfiere en las actividades diarias. Trastorno depresivo persistente (también llamado distimia o trastorno distímico), que consiste en síntomas de depresión menos graves que duran mucho más tiempo, generalmente por lo menos durante 2 años. Para los autores del estudio, “el trastorno depresivo mayor (TDM) es uno de los problemas de salud mental más comunes e incapacitantes a nivel mundial, con altas tasas de resistencia al tratamiento". Qué es la estimulación cerebral profunda La estimulación cerebral profunda fue dirigida al núcleo del lecho de la estría terminal y el núcleo accumbens (Freepik) La estimulación cerebral profunda consiste en la implantación de electrodos finos en áreas específicas del cerebro, que funcionan como un “marcapasos” al emitir impulsos eléctricos leves para corregir la actividad cerebral anómala. Según Johns Hopkins Medicine, la estimulación cerebral profunda (ECP) es un procedimiento neuroquirúrgico para tratar trastornos del movimiento asociados con la enfermedad de Parkinson (EP), temblor esencial, distonía y otras afecciones neurológicas. En este estudio, la estimulación se dirigió a dos regiones: el núcleo del lecho de la estría terminal (BNST), vinculado a la regulación del estrés, la ansiedad y el miedo, y el núcleo accumbens, relacionado con la motivación y el procesamiento de recompensas. Esta técnica, ya utilizada con éxito en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, se aplicó aquí en un contexto psiquiátrico, con el objetivo de abordar casos de depresión que no responden a los tratamientos habituales. La calidad de vida y la reducción de la discapacidad mejoraron en pacientes tratados con la nueva técnica (Imagen Ilustrativa Infobae) Patrones de actividad cerebral y respuesta al tratamiento Uno de los hallazgos más relevantes del estudio fue la identificación de la actividad theta, un tipo de onda cerebral en el rango de 4 a 8 Hz, como un marcador clave para predecir la respuesta al tratamiento. Los registros eléctricos obtenidos tanto de los electrodos implantados en el BNST como de electroencefalogramas del cuero cabelludo revelaron que los pacientes con niveles más bajos de actividad theta en el BNST antes de la cirugía tendieron a experimentar mayores mejoras en los síntomas de depresión y ansiedad a los tres, seis y doce meses de seguimiento. Por el contrario, quienes presentaban niveles elevados de actividad theta mostraron síntomas más graves y una menor respuesta a la estimulación cerebral profunda. Además, una mayor sincronización —o coherencia— en la actividad theta entre el BNST y la corteza prefrontal, región implicada en la regulación emocional, se asoció con mejores resultados clínicos. Estos descubrimientos sugieren que la actividad theta podría emplearse como un marcador cerebral objetivo para anticipar la eficacia de la estimulación cerebral profunda en cada paciente. Se implantaron electrodos finos en áreas del cerebro asociados con regulación del estrés la ansiedad y la motivación (Imagen Ilustrativa Infobae) Los investigadores plantean la posibilidad de desarrollar sistemas de “bucle cerrado”, capaces de ajustar la estimulación eléctrica en tiempo real según los niveles de actividad theta detectados. Así, el tratamiento podría adaptarse dinámicamente a las necesidades individuales, optimizando los resultados y minimizando los efectos secundarios. Si la actividad theta indica un estado elevado de ansiedad, la estimulación podría incrementarse, mientras que una actividad baja permitiría reducir la intensidad del tratamiento. Posibilidades futuras del hallazgo El doctor Linbin Wang del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge, dijo: “Descubrimos que la actividad cerebral a una frecuencia particular —las ondas cerebrales theta— podía indicarnos qué pacientes tendrían la mejor respuesta al tratamiento con estimulación cerebral profunda (ECP) en la región cerebral del núcleo del lecho de la estría terminal (BNST). Esto podría ayudarnos a personalizar el tratamiento para cada paciente en el futuro". Voon añadió que la monitorización en tiempo real de la actividad theta permitiría ajustar la estimulación según el estado de ansiedad del paciente, lo que representa un paso hacia intervenciones más precisas y eficaces. Los investigadores iniciaron un ensayo clínico controlado y doble ciego para validar los resultados obtenidos en China (Imagen Ilustrativa Infobae) El profesor Bomin Sun, neurocirujano que dirigió el estudio en la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghái, afirmó: “Este es el mayor estudio realizado hasta la fecha que demuestra que la estimulación cerebral profunda del BNST y el núcleo accumbens puede tratar la depresión. La depresión es un importante problema de salud pública en China y en todo el mundo". Además de los registros cerebrales, el equipo evaluó la respuesta psicológica de los pacientes mediante la exposición a imágenes de contenido positivo, neutro y negativo. A los participantes se les mostraron diversas imágenes: algunas agradables (como cachorros), otras neutras (como muebles) y otras negativas (como accidentes). Los pacientes con la reacción más intensa a las imágenes negativas fueron los que menos probabilidades tuvieron de beneficiarse de la estimulación cerebral profunda (ECP).

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